sábado, 25 de agosto de 2018

A COCINAR…
Pasó el Miércoles de Toros en Fermoselle día dedicado por el El Pulijón a los más pequeños. A partir de las 11 de la mañana se concentraron en la planta asador una treintena larga de niños preparados para hacer sus pinitos gastronómicos. Fueron sus ayudantes algunos de los padres que con sus sabios consejos consiguieron un menú de “rechupete”. 
El taller se inició con la confección de carteles relativos a la actividad, junto a mandiles y gorros que les caracterizaban como si se tratara de verdaderos profesionales. Continuaron con el pelado y troceado de las frutas. Melocotón, piña, sandía, melón, pera, manzana y kiwi se fusionaron, ensartados en unos palillos, conformando unas brochetas multicolores que con mucha minuciosidad colocaron sobre las bandejas ofreciendo un “bodegón pictórico” digno de contemplar…y no digamos de saborear. Con parte de los deberes ejecutados se retiraron a sus casas.  Les esperaba la comida y la siesta en un día muy caluroso.
A media tarde se reanudó la faena. Ruth y Félix animaron el cotarro con un pintacaras que se hizo interminable y que transformó el perfil de cuanto lo desearon. ¡Un gran acierto! 
Nuevamente se colocaron mandiles y gorros y comenzaron preparando las mesas con un orden que para sí querrían muchos restaurantes acreditados. Ahora llegaba el momento de elaborar más de 200 hamburguesas, que sería el primer plato. Este proceso se controló a fondo por los adultos al tener que trabajar sobre dos planchas calientes. Simultáneamente se lavaban y se cortaban los tomates y las lechugas para la guarnición de carne. 

Así fue transcurriendo la jornada gastronómica con un final un tanto peculiar. Al atardecer los propios niños invitaron a jóvenes y adultos a degustar un menú un tanto veraniego que agradó a los comensales hasta tal extremo de que no sobró nada. Para el próximo año habrá que elevar sustancialmente el número de hamburguesas hasta las 250, que no está nada mal.
Gracias, pequeños amigos. Os esperamos para el próximo año. Y agradecidos.
…DESFILE DE PEÑAS
Llegaban las 22,30 h. mientras la Campaña Torera sonaba desaforada invitando a fermosellanos y simpatizantes a envolverse en la noche más mágica de las fiestas patronales. Poco a poco la plaza mayor se fue llenando de gente con la alegría que requiere este acontecimiento y que se reflejaba en sus rostros.  Entre música, cantos populares, bailes y refrescos varios se acercaba la hora de la “bomba real”. 
El Pulijón aportaba el grupo más numeroso acompañados de la charanga Cucu Band de Medina del Campo y encabezados por una pancarta en la que se recuerda la tragedia ocurrida el pasado año por el incendió que azotó a una buena parte del término municipal. 
Tras la salutación del alcalde desde la balconada del ayuntamiento y los “vivas” de rigor, la serpiente multicolor partió rauda para recorrer las arterias principales de la localidad. Cientos de vecinos les recibían con aplausos a su paso por plazas y calles mientras el ambiente iba “in crescendo”. Las paradas reglamentarias en los barrios de Las Eras y Santa Colomba sirvieron para la hidratación y la reposición de aire fresco. La llegada a la plaza fue un estruendo de cánticos y felicitaciones que dio paso a la verbena.
…Y A CORRER CON LOS MORLACOS DEL PULIJÓN
El ganado del Fari esperaba impaciente en el “pajero” del Pulijón. La Calle Abajo, desde el Arco a la plaza, era un hormiguero de niños, algunos acompañados por padres o abuelos. Las aceras las copaban los adultos con los móviles preparados para inmortalizar las carreras de sus pequeños. Cientos de niños, repetimos, cientos de niños, mostraban  la ansiedad, la preocupación y la tensión que se viven en situaciones tan serias como lanzarse a correr delante de unos “morlacos simulados” entre el griterío ensordecedor de los espectadores. 
La osadía vence al miedo y piden a San Agustín, patrón de las fiestas, que les proteja durante todo el recorrido. Los tres “toritos” y el “cabestro” muy bien arropados por el personal de la ganadería realizaron varias subidas y bajadas produciendo el delirio infantil. Sin incidentes reseñables finalizó el primer encierro a espera del viernes que se repetirá la misma secuencia.

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