A COCINAR…
Pasó el Miércoles de Toros en Fermoselle día
dedicado por el El Pulijón a los más pequeños. A partir de las 11 de la mañana
se concentraron en la planta asador una treintena larga de niños preparados
para hacer sus pinitos gastronómicos. Fueron sus ayudantes algunos de los
padres que con sus sabios consejos consiguieron un menú de “rechupete”. 
El
taller se inició con la confección de carteles relativos a la actividad, junto
a mandiles y gorros que les caracterizaban como si se tratara de verdaderos
profesionales. Continuaron con el pelado y troceado de las frutas. Melocotón,
piña, sandía, melón, pera, manzana y kiwi se fusionaron, ensartados en unos
palillos, conformando unas brochetas multicolores que con mucha minuciosidad
colocaron sobre las bandejas ofreciendo un “bodegón pictórico” digno de
contemplar…y no digamos de saborear. Con parte de los deberes ejecutados se
retiraron a sus casas. Les esperaba la comida
y la siesta en un día muy caluroso.
Así fue transcurriendo la jornada gastronómica con un
final un tanto peculiar. Al atardecer los propios niños invitaron a jóvenes y
adultos a degustar un menú un tanto veraniego que agradó a los comensales hasta
tal extremo de que no sobró nada. Para el próximo año habrá que elevar
sustancialmente el número de hamburguesas hasta las 250, que no está nada mal.
Gracias, pequeños amigos. Os esperamos
para el próximo año. Y agradecidos.
…DESFILE DE PEÑAS
Llegaban las 22,30 h. mientras la Campaña
Torera sonaba desaforada invitando a fermosellanos y simpatizantes a envolverse
en la noche más mágica de las fiestas patronales. Poco a poco la plaza mayor se
fue llenando de gente con la alegría que requiere este acontecimiento y que se
reflejaba en sus rostros. Entre música,
cantos populares, bailes y refrescos varios se acercaba la hora de la “bomba
real”.
El Pulijón aportaba el grupo más numeroso acompañados de la charanga
Cucu Band de Medina del Campo y encabezados por una pancarta en la que se
recuerda la tragedia ocurrida el pasado año por el incendió que azotó a una
buena parte del término municipal.
…Y A CORRER CON LOS MORLACOS DEL
PULIJÓN
El ganado del Fari esperaba impaciente en
el “pajero” del Pulijón. La Calle Abajo, desde el Arco a la plaza, era un
hormiguero de niños, algunos acompañados por padres o abuelos. Las aceras las
copaban los adultos con los móviles preparados para inmortalizar las carreras
de sus pequeños. Cientos de niños, repetimos, cientos de niños, mostraban la ansiedad, la preocupación y la tensión que
se viven en situaciones tan serias como lanzarse a correr delante de unos
“morlacos simulados” entre el griterío ensordecedor de los espectadores.

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