domingo, 28 de febrero de 2021

 40 ANIVERSARIO DEL PULIJÓN

1.973 – 2.013

Emilio García Codesal es el socio encargado de las “cuentas” del Pulijón. Cuando en 1973 se constituyó la primera Junta Directiva figuró con  el cargo de Tesorero hasta que hace unos años pasó a la situación de Vicetesorero pasando a ocuparse de la tesorería su hija Pilar. Ha ejercido y ejerce su trabajo con mucha dedicación, responsabilidad y seriedad. Siempre ha estado en la primera línea de actuación en todas las decisiones importantes que han afectado en el devenir de la Asociación.
Falleció el 10 de junio de 2.021 debido a la enfermedad del COVID-19   
Su artículo para la revista ocupó un largo espacio por lo que debido a su extensión lo publicamos en dos post.

HISTORIA DEL PULIJÓN (I)

            Esta pequeña  y gran HITORIA DEL PULIJÓN, se la dedico a todos los nuevos valores que se han ido incorporando al cumplir los 18 años  y posteriormente a los 25 años con todos los derechos como sus padres “los socios fundadores” alrededor del 67% del total empezando por Mª Otilia García Gómez y acabando en Ángel Pinto Ruiz para que sepan y puedan contar a generaciones venideras como se fundó nuestra GRAN PEÑA FERMOSELLANA “EL PULIJON”.

            Además lo voy hacer por “entregas”, porque sencillamente, se intentó hacer una revista al cumplir el décimo aniversario, después a los 20 y ahora (espero que ésta sea la de verdad)  al cumplir los CUARENTA AÑOS.


Esto es lo que no se llegó a publicar con motivo del X Aniversario:

            “En esta breve historia de nuestra GRAN PEÑA FERMOSELLANA “EL PULIJON”, tengo encomendado la tarea de realizar un pequeño análisis socio-económico, para ello, y comprendiendo lo poco grato que resulta la recopilación de simples datos numéricos voy a discernir en tres apartados:

                    a)  Socios                     b)  Cuotas                 c)  Domicilio social.

S O C I O S :

            Aún me parece estar viendo, en aquel domingo del mes de septiembre de 1.973 entrar en el Bar Fermoselle de la localidad de Basauri a Alfredo, Varas, Monchi, Lice y a Seco, si no mal recuerdo. Me pregunto sobre el motivo de tan extraña visita ¿qué traerán éstos por aquí? Mis dudas pronto fueron resueltas. Mientras apurábamos unos “chiquitos” me comentaron su plan, “...queremos formar una Peña para nuestro FERMOSELLE, se nos mueren las fiestas, venimos aquí porque contamos contigo…”Y dicho y hecho. Aparte de los arriba mencionados, allí se encontraban los Tarabillas y otros “echando la tradicional partida”.

YA ESTAN LOS PRIMEROS SOCIOS. Desde aquel lejano día encabezan la lista de socios con el número 1 y 2, José Fernández Vaquero y Tomás García Diez respectivamente.

            A partir de ese domingo, la lista de socios se va engrosando con nuevos fermosellanos que se sienten preocupados por el decaer de las fiestas. Conscientes de la existencia de sangre fermosellana por todos los recovecos de la Península y extranjero, nos dirigimos a Don Ángel (q.e.p.d.) solicitándole nos proporcionara direcciones de fermosellanos pero nuestras ilusiones no cuajaron en un primer momento, así lo demuestra el hecho de que contestaron a nuestro boletín de inscripción muchos menos de los que en un principio pensábamos. De tal forma que para el mes de Julio del 74 tan solo contábamos con 46 socios. Hago referencia al mes de Julio, porque en aquel mes, de paso por Barcelona, le comento a Laguno lo que por Bilbao se estaba tramando y de “Los Corrales de Castilla” me traigo en la cartera otros nuevos 7 socios.

            En Agosto, ya en el pueblo, fuimos dando a conocer nuestros proyectos, se nos fueron adosando nuevos simpatizantes. Fijamos una fecha tope o límite de admisión el “Sábado de Toros”; recuerdo que aquel mismo día me hicieron levantar de la cama bastante antes de la hora de “ir al Prao” los dos últimos socios de aquel año.

            Desde estos festejos del 1.974, en los que la GRAN PEÑA FERMOSELLANA “EL PULIJON” contaba con 74 socios hasta los 81 de la actualidad, hemos tenido constantes altas y bajas, llegando incluso a superar el centenar. Concretamente en agosto del 79, la Peña estaba compuesta de 109 socios.

            Otro dato interesante estadísticamente, es el que por nuestra Peña han pasado, a parte de los socios actuales, otros 59 que han ido causando baja paulatinamente por unos motivos u otros. Entre ellos, cabe recordar en estas líneas, a modo de homenaje, aquellos que fallecieron siendo socios en el momento del óbito: José Luis Luelmo, José Almendral, Manuel Funcia Diez, Ángel Gómez Miranda y Ángel Vaquero.

Así mismo recordar la baja de la señorita Adela Vaquero, socia soltera, que afectada por el hechizo del amor unió su vida en matrimonio con el también socio soltero Antonio Baz.

C U O T A S:

            La primera reunión tuvo lugar en el mes de septiembre de 1.973. Entre otras decisiones se acordó fijar el sistema de cuotas:

a)    Cuota de entrada 500,-- Ptas. (aún hoy día sigue siendo la misma cifra exigida para la entrada en la Peña a todo nuevo socio).

b)    Mensualidad: 100 Ptas.

De esta forma llegada las fiestas agosteñas todos los socios habrían aportado la cantidad de 1.200 Ptas.

    Esta cifra resultante se mantuvo como cuota durante varios años, exactamente hasta el verano del 78.

            Han sido muchas las veces que me he cuestionado sobre cómo nos la podíamos ingeniar para sostener la Peña con tan raquíticas cuotas, porque hay que considerar que con las mismas se realizan todas las actividades que se llevan a cabo, cara a los festejos de agosto, incluyendo los “asaos” y demás meriendas que degustamos. ¿Puede ser una respuesta válida, la existencia de un buen grupo de socios que pagan religiosamente la cuota y que por cualquier causa no acuden a ninguna merienda? Esto supone una recaudación mayor para los mismos gastos originados en ese año, dando lugar a tener superávit.

            Superávit con el que contamos en mayor o menor medida a la hora de la liquidación efectuada al finalizar las fiestas de cada año, a excepción del mes de agosto del 76 en el que los gastos fueron mayores que los ingresos y fue preciso que la Junta Directiva “apechugara” con aquel desequilibrio.

            Aquella cifra de 1.200 Ptas. ha sufrido varias alteraciones, concretamente en el año 78 se aumento a 2.000 Ptas., cantidad que quedó modificada en el año 1.980 a 3.000 Ptas. que es la que se viene abonando en la actualidad.

            Otro factor que hay que tener presente en este análisis, es el modo de efectuar el abono de las cuotas. Ha sido éste un gran inconveniente a la hora de realizar, a priori; un presupuesto acerca de los gastos dedicados a las distintas actividades (competiciones, música, juegos, meriendas, etc., etc.) en las fiestas de cualquier agosto. ¿Motivos?, uno y muy importante que quedará patente si nos basamos sin ir más lejos en lo que ha ocurrido este agosto del 82.  Hasta el día que se celebró la Asamblea General no había cobrado más que ¡¡DOS CUOTAS!! Queda claro ¿verdad?

            De tal modo que año tras año se han venido realizando “castillos en el aire” habiendo salido bien, no podemos quejarnos, pero... ¿Y si algún año no sale? Desde estas líneas os propongo una solución: domiciliar las cuotas, así sea quien sea el Tesorero podría realizar un verdadero presupuesto y saber con lo que cuenta al iniciar las fiestas.

DOMICILIO  SOCIAL

            Siempre fue uno de los mayores anhelos de nuestra Junta Directiva el tener un lugar propio donde reunirnos, a la vez que nos sirviera para hacer nuestras “limonadas” y poder cobijarnos si algún año el buen tiempo no nos acompaña, por ejemplo, en la hora de las meriendas.

            Buscábamos soluciones, dimos muchos pasos, viajes incluso para ver terrenos..., pero, este sueño, no dejaba de ser eso. Un sueño malogrado. Mas todo se resolvió de una manera rápida e imprevista. Durante 6 años habíamos venido disfrutando de una bodega cedida por la Sra. María Cecilia González (sirvan estas líneas para demostrar nuestra gratitud), trascurrido este tiempo uno de los propietarios de aquella bodega puso objeciones a nuestra presencia en la misma, y ¡¡ zas ¡! Al día siguiente se acuerda comprar la casa  puesta a la venta por Ángel Pastrana en la calle Muladares, 26.           

            Como idea esta decisión fue un éxito, pero, ¿cómo llevarla a la práctica?, es decir, ¿cómo pagarla? Tras varios debates se decide invertir todos los Socios la cantidad de 2.000 Ptas. en forma de bonos obligatorios, e independientemente cada socio podía libremente adquirir cuantos bonos voluntarios deseara. Estos últimos ocasionarían un pequeño interés.

            En esta línea, se realizó el boletín de suscripción que es enviado a todos los socios y al que van respondiendo poco a poco un buen número de éstos. Recuerdo que la primera contestación que recibí fue del socio Agustín Prieto del Barrio justamente dos días después de echar las cartas al Correo y además dándonos aliento para proseguir con aquella campaña.

Todo esto ocurría por el mes de setiembre de 1.979, nos habíamos comprometido a pagarla en el mes de diciembre, llegado éste, no solamente tenemos el dinero para correr con aquellos gastos (la cifra ascendía a 475.000 Ptas.), sino que además nos sobra dinero. Este superávit nos animó a invertir lo sobrante en el comienzo del derribo de la casa e iniciar una nueva campaña dirigida a la colaboración de los socios para realizar “lo soñado”, levantar NUESTRA SEDE SOCIAL.

        Con este fin en una Asamblea Extraordinaria celebrada en Abril del 80 se decidió realizar participaciones de un valor de 15.000 Ptas. por socio como bonos de propiedad y sin intereses. Así, poco a poco, grano a grano, con esfuerzo y mucho tesón: ¡¡AHÍ LA TENEMOS!!

             Digo con esfuerzo y mucho tesón,  porque de verdad, si nuestro domicilio social es ya una realidad, se debe a la colaboración de todos vosotros; no sólo a vuestra aportación económica tan significativa en aquellos difíciles momentos por los que atravesábamos sino también a los trabajos realizados una vez levantada para acondicionarla y mantenerla en buen funcionamiento.

            Algunos les debió parecer excesiva la aportación económica, tal vez, debido a las circunstancias de los malos tiempos que antes apuntaba, mas, dimos facilidades para que por falta de estos medios económicos no se borrase nadie, pero la desconfianza o vete tú a saber qué, hubo varios que se nos dieron de baja.

            Nuestro “SUEÑO” ha entrado ya en el campo de las realidades, nuestro DOMICILIO SOCIAL funciona, aunque no en su completa integridad, desde hace varios años. Ahora tan sólo queda desearnos que sepamos y podamos disfrutarlo por muchos años y que sea un ejemplo para generaciones presentes y venideras.

                        TAMBIEN EN FERMOSELLE, AUNQUE SEA POR UNA SOLA VEZ, SABEMOS ESTAR UNIDOS, HERMANADOS.

 

Emilio García Codesal

                         …………………………Tesorero y actualmente Vice-T

 

miércoles, 17 de febrero de 2021

 PANCARTA DEL PULIJÓN…AGOSTO 1974

Corría el año 1.974 y más concretamente el mes de agosto cuando la Asociación Cultural “El Pulijón” remataba todos los detalles para hacer su presentación como “peña” en los festejos de las fiestas patronales. Uno de sus proyectos, con afán de continuidad, fue la elaboración de una PANCARTA que presidiría todos los desfiles y actividades de calle, que fueron muchos. Para ello nos pusimos en contacto con Efraín Carrasco, pintor fermosellano, autor, entre otros trabajos, de los frescos que decoran las cuatro pechinas situadas en el entorno a la cúpula del santuario de la Virgen de la Bandera. Propuesta la idea de lo que pretendíamos se  le dio total libertad para desarrollar su proyecto personal que al final lo plasmó en dos lienzos con las siguientes leyendas: “CON TOROS, ASAOS Y BUEN VINO AQUÍ SE DIVIERTE TODO VECINO” y “SI COGORZA QUIERES COGER VENTE AL “PULIJÓN” A BEBER”. Ahí quedan como recuerdo las composiciones pictórico-poéticas que causaron un fuerte  impacto  entre las gentes, por su novedad y su apropiado mensaje festivo.


Traemos a la memoria colectiva una serie de textos relativos al programa oficial del ayuntamiento y otros aparecidos en la prensa escrita pasadas las fiestas de 1974:

Destacamos que se celebraron tres encierros con sus correspondientes novilladas el domingo, el lunes y el martes apareciendo como novillero el tordesillano Antonio de la Cruz del Caño, “el Pajarito”, que posteriormente tomaría la alternativa.

Veamos la descripción un tanto curiosa que se hace del Sábado de Toros en el programa oficial: “Al amanecer de este día, gran espectación popular ante la llegada del ganado procedente del campo “vallisoletano” que han de ser lidiados en la tres colosales corridas, desde la Venta de Cibanal para seguidamente hacer su entrada en el “Prao” de Valcenoso.

Grandes contingentes de público podrán admirar este tipismo fermosellano, podemos decir único en su clase. Son innumerables los vehículos que circulan en este recorrido, a la vez que autocares desde las primeras horas de la madrugada se encuentran en servicio permanente, estando fijado este horario desde las siete horas.

Una vez terminadas las faenas por los adiestrados garrochistas que intervienen en esta faena, el público de dispone a preparar los ricos y conocidos “Asaos” pasando a degustarlos con el tinto y clarete, elaborado de las selectas uvas de nuestra incomparable campiña…”

Este año, por primera y única vez, un miembro de la junta directiva del Pulijón formó parte de la Comisión de Fiestas actuando como vocal y ofreciendo la nueva visión de unas fiestas más participativas.

¿Y qué se escribió el 28 de agosto, el día siguiente a la finalización de los festejos?

En el Correo de Zamora, hablando de los encierros, se narra que “Las fiestas de Fermoselle, su Semana Grande, giran en torno de los festejos taurinos. Sobre todo en los encierros que no son, desde luego, como los de Pamplona. En Fermoselle, los encierros son cosa distinta y la mayor diferencia entre unos y otros estriba en la duración de los mismos. Mientras que en la capital navarra, todo es como un relámpago y se desarrolla en el trascurso de tres o cuatro minutos, en Fermoselle, los encierros duran un par de horas que pueden prolongarse a tres o cuatro si en el traslado de las reses por los caballistas y mozos se producen “espantos”.

 

En el mismo diario y en la sección Cosas de la Villa, D. Ángel Peláez Uña, párroco de la localidad escribió con el título “Atrás quedan las fiestas” lo siguiente: “…Pero lo que más alegró las fiestas de este año ha sido la actuación de la GRAN PEÑA FERMOSELLANA “EL PULIJÓN”, mas esta actuación merece capítulo aparte. Veamos: Todavía no hace un año que se organizó esta GRAN PEÑA en Bilbao y este año ha intervenido por vez primera en nuestras fiestas de agosto y le ha dado tal realce que no habíamos conocido unas fiestas tan alegres y simpáticas. Los altavoces instalados en los puntos estratégicos de la villa llevaron la música y la alegría a todas partes; igualmente los avisos y demás circunstancias. Continuamente actuaban peñistas recorriendo nuestras calles, cantando y bailando alegremente y tocados siempre con sus jerseys en los que se podía leer “El Pulijón”. Nuestra peña organizó baile, competiciones deportivas y un gran número de festejos atractivos. Estos peñistas fueron los portadores de la Virgen de la Bandera y San Agustín que dieron el acostumbrado paseíllo el sábado por la tarde por nuestro coso taurino…Maravilloso, amigos, unas fiestas como nunca, volvemos a decir, rebosantes de alegría y entusiasmo y todo ello debido en primer lugar a la eficaz actuación de la peña “El Pulijón…”

También el otrora presidente del Pulijón D. Alfredo Marcos Trabanca se dirigió a los socios en estos términos: “…De esta forma nos es grato informar que durante las celebraciones fiesteras no solamente se llevó a buen fin el programa previsto: competiciones, concursos para mayores y para niños, asados, servicio de megafónico con altavoces por todo el pueblo, fanfarria, tamboriles y desfiles, lidia de un novillo, etc sino que se programaron y se llevaron a efecto otros actos no menos divertidos y de gran éxito como fueron la celebración de un patido de fútbol entre los equipos Pulijón Deportivo y el Fermosellano Balón Pie, la gran ensalada de bacalao con patatas y la merienda “torera” del lunes día 26 y la gran sardinada del martes siguiente. Si a estos actos añadimos los del programa obligado de la Comisión de Fiestas de la Villa, es lógico comprobar que quien quiso divertirse la cama le era desconocida en aquellas fechas, si pretendió aprovecharlo todo…Estamos orgullosos del abundante número de felicitaciones obtenidas por nuestro buen hacer en la fiesta y porque en general todas las actividades de la Peña fueron encaminadas a revalorizar un programa que año a año se iba perdiendo. Ese es uno de nuestros principales motivos de existir como Asociación y pondremos todo nuestro entusiasmo y tesón para que de nuevo nuestro querido Rincón se coloque en el lugar que le corresponde a la hora de mencionar y disfrutar las vacaciones a las que todos tenemos derecho y de las fiestas más atractivas y halagüeñas de toda la Comarca…”

Hasta aquí unos apuntes de lo ocurrido durante las fiestas en agosto de 1.974.

domingo, 7 de febrero de 2021

 A VUELAPLUMA

ANE MONZÓN GARCÍA

“ORO LÍQUIDO DE FERMOSELLE”


Ane Monzón García, nació en Salamanca y se siente fermosellana de corazón  y por los cuatro costados; no en vano  sus predecesores ahondan sus raíces en Fermoselle. Actualmente estudia un doble grado de periodismo y humanidades en la universidad Carlos III de Madrid. Dentro de la asignatura Reportaje en Profundidad ha elaborado un trabajo claramente relacionado con Fermoselle y con una de las actividades agrícolas más importantes de la Villa como es la recogida de la aceituna y la elaboración del aceite. Lleva por título “ORO LÍQUIDO DE FERMOSELLE”.

Dice Ane que eligió ese tema porque quería aproximarme al mundo rural en un momento en el que parece que todo se centra en las grandes instituciones y la velocidad de las ciudades. Que le pareció una buena manera de acercarse al pueblo y a su historia e incluso a su círculo más cercano (los personajes que cita tienen relación familiar con ella).

Se trata de una descripción realista en la que participa activamente, muy bien estructurada y con un fuerte sabor lígrimo al terruño.

Trascribo algunos párrafos:

“En la comarca zamorana  de Sayago, oculto entre los Arribes del Duero y erigido sobre un subsuelo de más de mil bodegas, el pequeño pueblo de Fermoselle cobija a sus lugareños, protagonistas de la historia que hoy tintará estas páginas. Esta localidad -declarada conjunto histórico-artístico en el año 1974- recibe durante el año a cientos de turistas rurales quienes, a  pesar  de las restricciones marcadas por las consecuencias de la pandemia, intentan huir de la acelerada vida de la polis. Pero durante el mes  de  diciembre,  la  faena   central es la aceituna; la producción del aceite fermosellano, llamado “oro líquido”, que es fruto de un trabajo costoso de recogida, transporte y maquinaria…”

“También pensé, al observar los paisajes, que no es de extrañar el topónimo de la villa, cuyo significado etimológico es “fermosa ella”, ya que hace justicia a los perfiles arquitectónicos romanos, las empinadas calles con casas de granito y las extensas panorámicas de los cañones fluviales flanqueados por bancales…”

“El olivo que “pañaban” era de grandes dimensiones; un olivo de más de mil años de antigüedad. Lo habían rodeado con las típicas redes verdes que cubren el suelo y recogen el fruto que cae de  las ramas. Gabri se encargaba de podar la parte superior del árbol para facilitar la altura del vareo…”

“Cerca del olivo, Toño atiza una lumbre en la que se preparará posteriormente la parrilla. Se aprovechan las hojas, ramas y ramones que  se  han  caído  de  los olivos para  hacer  el  fuego.  El contraste entre el frío de diciembre y el calor de la lumbre permite amenizar la faena. Meri no tiene inconveniente en admitir que lo mejor de la recogida de la aceituna es la comida. Sobre la lumbre se cocinan costillas, el habitual pestorejo -careta de cerdo adobada- o lo que apetezca; todo esto acompañado del hornazo típico de la zona y, a lo mejor, de las propias aceitunas ya preparadas tras el aliño…”

“Roberto Fariza, un forastero que llegó en los ochenta como guardia civil al pueblo -con un puesto de vigilancia fronteriza- sin intención de quedarse, ya lleva más de treinta años siendo un follaco más (gentilicio que también se les da   a los fermosellanos). Se casó con Begoña -hija de la Pili del Amado “Patricio” y del Emilio del Tomás “Calero” y la María “Panadera”- con quien formó una familia y construyó una casa. “No pensaba quedarme y ahí me ves con ocho viñas, el olivar, el huerto, las gallinas y los perros”, nos dice. Ahora jubilado y en la reserva activa, dedica la mayor parte de su tiempo al mundo de la agricultura, por el que siente una gran pasión.

Cuenta cómo ha cambiado el pueblo desde que él llegó. Debido a las transformaciones que ha experimentado el mundo rural en las últimas décadas, Fermoselle forma parte de lo que conocemos como “la España vaciada”. A principios del siglo XX,  cuando el municipio podía llegar a contar con más de 8000 habitantes, se produjo un primer éxodo de emigración hacia varios países de Latinoamérica como Argentina, México y Chile. Más tarde, en las décadas de los 50 y 60, sucedió la diáspora rural hacia zonas urbanas del interior de España como Bilbao, Barcelona o Madrid. “Cuando yo llegué a Fermoselle, en enero del 85, había 2740 habitantes y hoy seguramente no llegue a los mil. Aunque hay 1200 empadronados porque la gente se empadrona para pagar menos impuestos, sobre todo para los vehículos de rodaje, ya que es más barato aquí”, dice Roberto…”

Para finalizar este “A vuelapluma” decir que Ane tiene estudios musicales y que ha participado en todas las ediciones de las Veladas Musicales “JÓVENES INTÉRPRETES”, actividad organizada en Fermoselle por la Asociación Cultural “El Pulijón” de la que también es socia.

Enhorabuena, Ane, y a continuar en esa línea de trabajo y éxitos.