domingo, 16 de noviembre de 2014

“CORONACIÓN DE LA REINA 1.975”
Durante algunos años y de forma intermitente, fechas antes a las fiestas patronales de Fermoselle se realizaba la elección de  la “Reina de las Fiestas y su  Corte de Honor” entre las jóvenes que voluntariamente se presentaban al certamen. Era una actividad del gusto de la gente y concitaba a buena parte del pueblo al acto de su proclamación. Como testimonio de ello rescatamos un artículo aparecido el mes de agosto de 1.975 en “El Correo de Zamora” titulado “CORONACIÓN DE LA REINA”. Dice así:
Reina de las Fiestas y Damas de Honor en 1.975
“A las ocho de la tarde del sábado, una vez finalizada la misa solemne, se iniciaba el desfile de la artística carroza en la que instalaba su trono la Reina de las Fiestas, María de los Ángeles Martín Garzón, acompañada por su corte de honor, integrada por Raquel Bragado Vaquero, Bella Borges Gómez, Diamantina Ramos, Encarnación Seisdedos Bragado, Aurora Veloso Fernández y María de los Ángeles Pintado.
Reina y damas realzaban su espléndida belleza y juventud con primorosos trajes de ceremonia y correspondían a la admiración y aclamaciones del público con lanzamiento de serpentinas, cofeti y caramelos.
En la Plaza Mayor, reina y damas descendieron de la carroza y se dirigieron a la Casa Consistorial a cuya entrada recibieron el homenaje del Ayuntamiento y de la Comisión de Festejos. El presidente de ésta, don Ángel Díez Serrano, coronó a María de los Ángeles Martín Garzón, en el balcón principal del Ayuntamiento y entregó las correspondientes bandas a sus damas de honor mientras se escuchaban entusiastas aclamaciones de la multitud agolpada en la plaza.
Ya investida de sus atributos, la gentil reina entregó numerosos trofeos a los ganadores de los diversos concursos deportivos y recreativos, organizados durante la semana precedente por la Gran Peña Taurina “El Pulijón”, asociación esta que se ha erigido en la gran animadora de las fiestas”.
Clarificadora descripción de uno de los actos centrales de las otroras fiestas fermosellanas.
Peña "El Pulijón en 1.974
Como curiosidades entresacadas de  las respectivas entrevistas destacamos que: a Encarnación Seisdedos le gustaría ser torera y que lleva dos años corriendo los encierros delante de los toros; Aurora Veloso pertenece a un equipo de balonmano; María de los Ángeles Pintado monta a caballo y practica en Laredo; Bella Borges representó a la comarca de Sayago en un “Día de la Provincia” y María de los Ángeles Martín lució en una de las novilladas una mantilla blanca que utilizó su madre en la primera comunión.

Y añadimos como complemento: el puesto de alcalde lo ostentaba D. Gonzalo Martín Flores; la Reina de las Fiestas era hija de la conocida familia propietaria de la línea de viajeros “El Oeste Zamorano” y “Viajes Alfa”. Por último, la peña “El Pulijón” participaba por segundo año en las fiestas de la localidad.

sábado, 8 de noviembre de 2014

TODOS LOS SANTOS Y DIFUNTOS EN FERMOSELLE
Todos los Santos, el primero de noviembre, es una fiesta dedicada al recuerdo de los antepasados. En sus inicios, el cristianismo trasladó la fiesta de los difuntos a la primavera, ya que se vinculaba a la creencia en la resurrección, celebrando la fiesta de los Mártires poco después de la Pascua. Pero la fuerte tradición anterior, básicamente en los países de cultura celta, acabó devolviendo la fiesta al otoño, en forma de doble festividad. Por un lado, desde principios del siglo IX se celebra la fiesta de Todos los Santos, dedicada a todos aquellos que por su comportamiento en vida han ganado un lugar en el paraíso, el 1 de noviembre. En el siglo XI, el orden monástico de Cluny creó el día de Conmemoración de los Fieles Difuntos con el fin de rogar por todos los muertos. Popularmente, el conjunto de ambas fiestas tomó la denominación genérica de Todos los Santos.
En Fermoselle se mantiene intacta la tradición de recordar a los fallecidos en estos días otoñales. Las vísperas se dedican a arreglar y adornar con sumo esmero las tumbas de familiares o amigos. Son muy pocas las que ofrecen un ostensible estado de abandono lo que no resta a la bella estampa que ofrece el cementerio. La tarde de “Todos los Santos” el párroco preside una procesión seguida por numerosos fieles recorriendo el camposanto haciendo varias paradas para rezar los correspondientes responsos.
Nuestro cementerio, de propiedad parroquial, es de planta rectangular. Se encuentra situado a la vera de la carretera de Fermoselle a Bemposta (Portugal) a unas centenas de  metros de la villa, al final de la Portilla. Se divide en ocho cuartos o cuarteles, cada uno con su nombre: San José, San Antonio, San Isidoro. Otros están ilegibles. Para circular por él se hace a través de cuatro calles a lo largo y otras tantas a lo ancho. Dispone de tres puertas de acceso (una desde la ermita), y otra en la parte de atrás exclusivamente  para evacuar desperdicios. También dispone de dos puntos de agua.
Lo conforman sepulturas muy antiguas junto a otras nuevas, desde las más sencillas de tierra, pasando por nichos y panteones familiares de mármol o granito. En algunos de los cuarteles hacen acto de presencia los típicos cipreses. Desde hace unos años la parroquia construye nichos adosados de tres habitáculos que se adquieren con cierta rapidez.
Adosada al camposanto se levanta  la ermita de la Soledad, de estilo románico y de una sola nave. Junto a la capilla mayor se conserva una puerta originaria de curiosos modillones con cabezas humanas esculpidas que da acceso al cementerio.
Piedra saliente en la espadaña
La espadaña presenta una gran losa de piedra que sobresale de su sitio en el frontal prácticamente en el aire y según se cuenta fue un rayo que cayó sobre la ermita quien la movió y que por milagro no se precipitó sobre el tejado inferior.

Junto a la ermita, en el exterior,  hay varias cruces de piedra que formaban parte de un antiguo viacrucis. Hasta hace unos años recogía durante el año un Cristo  yacente articulado  del s. XVII conocido como Nuestro Señor de la Urna y que por seguridad se depositó en la parroquial de la Asunción.
Sería conveniente, entre otras mejoras, reparar el firme de las calles y las cartelas de los cuarteles.
Ermita de la soledad