sábado, 19 de marzo de 2016

MANUEL RIVERA LOZANO
“HIJO PREDILECTO DE FERMOSELLE” (II)

Siguiendo con el post anterior relativo al homenaje que se dedicó en el Ayuntamiento de Fermoselle a Manuel Rivera hacemos pública la reflexión que su hija Olga aportó el día de tal efemérides y que ha tenido la amabilidad de cedérnosla para su reproducción en este blog. Reconocemos que es un tanto extensa, pero por su realismo, su profundo sentimiento, su lenguaje sencillo y fluido, sus pormenorizados detalles del sentir de su padre y por la templanza en el momento de su locución, merece la pena ofrecerla íntegra para el deleite de quien se complazca en  leerla.

AGRADECIMIENTO POR EL NOMBRAMIENTO DE HIJO PREDILECTO DE LA VILLA A MANUEL RIVERA LOZANO Y POR LA DENOMINACION DE LA CALLE CON SU NOMBRE.

         Señor Alcalde – Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Fermoselle y Corporación, amigos y paisanos.
Olga porta el "Pulijón de Oro" de su padre
La satisfacción, emoción y orgullo que hoy nos embargan a toda la familia de Manuel Rivera Lozano son tan inmensos como lo es el agradecimiento sincero y efusivo hacia quienes han logrado enaltecer la memoria de mi padre otorgándole tan magnos honores.
Rivera con el "Pulijón de Oro"
Gracias al Excelentísimo Ayuntamiento de Fermoselle, gracias a su Alcalde, Don Alejandro Fermoselle Berdión y a su Corporación que han sabido reconocer la labor realizada por el beneficio y honor de la villa.
Gracias por el gesto repleto de sensibilidad, gracias por considerar y valorar a quien divulgó el presente y glorioso pasado de la villa fermosellana, gracias por perpetuar su existencia bautizando con su nombre la calle en la que vino al mundo y en la que tan felizmente vivió su niñez y mocedad, gracias por concederle el privilegio de ser hijo distinguido, de ser Hijo Predilecto de esta Villa, de esta bendita tierra que él filmó toda su vida con el corazón y con su virtuosa pluma transcribió al papel día a día, año tras año, para dejar en herencia a las generaciones venideras.
Gracias también a la embajadora de los emigrantes, Iza Flores, gracias por tus palabras de afecto y sincero reconocimiento para quien ejerció un fermosellanismo por convicción y devoción.
Papá, desde la casa del Padre estarás gozando el agradecimiento que hoy te brinda tu pueblo. Un agradecimiento que nunca soñaste porque tu único sueño era dar a conocer más allá de nuestras fronteras el nombre de tu patria chica. Como tú bien dijiste en el prólogo de tu libro, “no buscaste fama y reconocimiento, de los que no eras amigo, tan solo tu propósito fue, porque lo llevabas muy dentro de tu corazón, lanzar a los cuatro vientos lo que es y lo que fue Fermoselle”1. Y así lo dejaste escrito para la posteridad.
Buceo en tu impresionante y ordenado archivo y siento un retroceso en tiempo y espacio, me sumerjo en ti y leo con tus ojos las palabras que un día fueron titular periodístico: “Escribo sobre Fermoselle porque es mi locura y mi pasión”2. Acompaña tu frase tu semblante sereno, sincero, honesto, irradiante de paz…
Intervención de Olga en el Ayuntamiento de Fermoselle
Me invitas a percibir con tu alma, vuelo contigo, me llevas por el laberinto de morunas callejuelas nacidas de la piedra. Recorremos Las Palomberas, La Nogal, Tenerías, Santa Colomba, el paseo de la Ronda…Descansamos en el “desmochado castillo que hoy llora pasadas grandezas pero otrora paladín de una causa, avanzadilla de la incipiente España, retiro de la tristeza de una reina, frontera de religión, refugio de comuneros o fortaleza de un Obispo.”3
Divisando un espectacular escenario te explayas relatándome un pasado…
“Fermoselle, solar patrio, noble desde siempre, cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad. Tierra marginada de olvidos, separada por fronteras naturales o inventadas, pero unida en la resignación y en el esfuerzo de unas gentes sencillas en su vivir, de limpias y despejadas mentes y de muy buen corazón. Renombrados escritores y poetas cantaron sus ancestrales virtudes, sus usos, costumbres y el respeto a sus mayores. Sus gentes son humildes, trabajadoras en exceso y honrados a carta cabal.”4
Mirando hacia el poniente divisamos el país vecino, adivinamos el océano inmenso e imaginamos las américas. Nos acompaña un almendro nacido de la piedra, nacido del milagro, nacido de glorias pasadas.
Me cuentas que “somos descendientes de pobladores ligados a sus señores feudales en tierras de realengo o abadengo, de misioneros en lejanas latitudes o de conquistadores de Indias, de labriegos curtidos al sol. Somos también descendientes de ejemplares funcionarios del orden, de la administración o de destacados maestros en la escuela, instituto o Universidad; somos descendientes de forzados emigrantes.”5 De aquellos que un día abandonaron su patria chica para buscar nuevos mundos, para buscar mejores horizontes por la variada rosa de los vientos, cruzando fronteras, mares y océanos, sin temor a las distancias sin temor a los riesgos. Y todos ellos llevando por bandera, llevando con orgullo, el nombre de su tierra.
Olga con Iza Flores, profesora e investigadora
Me llevas de la mano a los lugares santos. Comenzamos con el franciscano convento, santuario de la Virgen de la Bandera, patrona excelsa de este Fermoselle trabajador y honrado, emigrante, sufrido, emprendedor y amante de sus tradiciones.
Hija, mira ese “dulce rostro y a los misericordiosos ojos de esta Virgen que lleva primorosamente en su regazo a Jesús Niño.”6
Junto al camposanto, en la ermita de la Soledad, le pedimos al cristo Yacente, al Señor de la Urna, descanso eterno para los que ya no están con nosotros.
Caminamos hasta Santa Cruz y San Albín, rezamos junto al Santísimo Cristo de Santa Colomba, y en la parroquia nos encontramos a nuestra Señora de la Asunción y a una Virgen Inmaculada que bien sabes tú por qué te guiña un ojo. Y de fondo, nos acompaña un miserere o el mater dolorosa entonados con el rancio tipismo sacristanil de Ramiro.
Sobrevolamos los trabajados y escalonados campos de vid y olivo, regados por el Padre Duero y su Tributario Tormes, divisamos La Cicutina, la Cárcaba, El Piélago, El Caracol, Las Llagonas... A orillas del Tormes, entre lavandas y brétulas una lágrima recorre tu mejilla.
Papá, ¿por qué lloras?
Lloro de emoción, lloro al recordar un sueño hecho realidad. “Un feliz 27 de junio de 1953, Fermoselle vistió sus mejores galas para celebrar por todo lo alto y recibir con una de sus mayores alegrías el agua del río Tormes que, hasta entonces pasaba burlón y tranquilo con toda indiferencia a nuestro lado. Una obra titánica y de envergadura logró el abastecimiento de agua. Yo era un niño de pantalón corto y recuerdo las interminables esperas en el Pozo “Portal”, en “El Penao” o en “María Abril; las zozobras y rabietas de los chiquillos que rompían sus cántaros, las fatigas para ir a buscar el preciado líquido a varios Kilómetros y sé bastante de largas  ausencias en el hogar paterno de un ser querido. Fermoselle no olvida fácilmente las múltiples gestiones  llevadas a cabo por aquella admirable y recordada Comisión Pro-Abastecimiento de Agua.”7 ¡Fue un día grande, memorable, un día que Fermoselle logró sacar el agua de la piedra!
Calle que lleva su nombre, anteriormente de la Libertad
Los sones de una campana irrumpen los nostálgicos y sentidos recuerdos de tiempos pasados.
Escucha…, son los sones de la campana torera, los sones de la campana que anuncian el milagro de la fiesta eterna. “A finales de agosto surge el Fermoselle multicolor, el de las grandes galas y de alegrías incontenibles, donde todo es alborozo y vida risueña. Es nuestra fiesta con esencias de olor, color y sabor más típicamente fermosellano, con una algarabía y variedad que causan admiración a propios y extraños. Es la hora en que el corazón sencillo y magnánimo de un pueblo abre su mano desparramando la semilla del buen humor a los cuatro vientos; es la hora hermosa y esperada para el saludo y el abrazo del hijo ausente, del visitante que llega o del huésped que comparte con nosotros el hogar.”8
Aligeramos el paso y entre cohetes e incesantes repiques, contemplamos desde la familiar casa de “Los Regidores”, uno de esos espectáculos, el más fuerte y original, el que atrae con más intensidad a sus gentes, el encierro de los toros.
Las madres claman protección a los santos patrones, San Agustín y Virgen de la Bandera. Las reses sortean maletillas, gritos, capotes y mozos con valor torero hasta llegar hasta la artesanal e improvisada plaza de madera, hasta esa obra de arte que es el corazón de la fiesta. Los aplausos, el gentío, los asados con tíos y primos cantando la Coronela y la antorcha del Pulijón coronan la fiesta.
Son los días de gloria de Fermoselle, víspera siempre de la tranquilidad, sosiego y monotonía de la villa. Vísperas de soledades y de sudor de frente, víspera de recogida de frutos de vid y olivo, sustento de sus gentes.
Placa colocada en la fachada de su casa natal
 Continúas contándome anécdotas y las grandezas de la tierra. Te adentras de nuevo en el castillo y con tu ilusión divisas de nuevo la ahora inexistente Torre del Homenaje, las caballerizas, la plaza de armas…y como soldado que lucha por su tierra, como Alférez eventual de complemento al Regimiento de Infantería, caes en plena guerra.
Te busco y no te encuentro. De nuevo me rodea tu palabra eterna, tu espectacular cuaderno de bitácora. Descubro la biografía de un pueblo desde tiempos remotos; me rodean montañas de documentos, fotografías, cartas, periódicos…
Encuentro las palabras del que ejerció y sembró en ti su magisterio: “Vas a ocupar la plaza de tu maestro, trabaja por tu pueblo y por sus niños”9; encuentro tu detalladísima vida profesional, tus silenciadas felicitaciones de tus superiores  como ejemplar maestro de esta villa, encuentro tu ilusión, tu vocación, tu afán de superación, tus anhelos y tu corazón.
Me pierdo entre los papeles que fueron tu vida y tu tesoro.
Ahora entiendo aquellos días de mi tierna infancia, ahora entiendo el interminable e incansable tecleo de aquella  “Olivetti” de color verde, transcribiendo datos, redactando artículos, dando forma a la primera publicación de tu libro..., y yo a tu vera, merodeándote, jugando y hasta recortando en pedazos tu pequeña colección de sellos.
Con apenas dos décadas de vida, ven la luz tus primeros artículos en el zamorano periódico sobre la vida escolar en Fermoselle. Te sirve este medio para plasmar agradecimientos, cuentas a los niños la Leyenda de la cigüeña en Fermoselle, pregonas los orígenes de creador del teatro, de Juan de la Encina, recuerdas aniversarios del abastecimiento de aguas, congratulas al niño fermosellano “Premio Nacional Plus Ultra”, o al niño ganador de un concurso literario (hoy regidor de esta casa y discípulo agradecido), dedicas necrológicas a quien te cantó sus nanas o te enseñó a leer, festejas el triunfo provincial del grupo de Coros y Danzas de Fermoselle, solicitas instalaciones deportivas, recuerdas la efeméride de las escuelas, agradeces al programa “300 millones” la difusión de La Coronela, himno de esta tierra, homenajeas a los corresponsales del periódico en Fermoselle, a José Rivera, tu padre y das las gracias a los que cantan la gloria y admiran su belleza.
Casa natal de Manuel Rivera Lozano
El periódico “La Opinión- El Correo de Zamora” será durante largos años el  difusor dominical de tus prolongados trabajos de investigación, divulgación y defensa de  la cuna de tu sangre. Fue el espacio que utilizaste para seguir pregonando que “esta antiquísima villa tuvo y tiene en sus entrañas suficiente agua limpia, sabia vigorosa y sangre vivificadora para mantener con dignidad a este pueblo que se niega a perder sus señas de identidad.”10
Y hoy has recogido el grandioso fruto de la semilla que sembraste durante toda tu vida sin escatimar trabajo, has recibido el inimaginable regalo del cumpleaños que ayer hubieras celebrado  en esta vida terrenal.
En vida gozaste  el anticipo de este día de gloria, pues tu pueblo te aplaudió, sintió y se emocionó contigo cuando, por encargo del actual Sr. Alcalde pregonaste, con todo tu sentimiento, las fiestas estivales. Gozaste y luciste orgullosísimo el “Pulijón de Oro”, galardón que te concedió la gran Peña Fermosellana. Y gozaste y agradeciste el frecuente elogio y alabanza recibidos por las gentes de aquí y de allá.
Desde la otra vida les estarás eternamente agradecido y en tu nombre, les doy las gracias. Y me consta que continuarás descubriendo las entrañas de esta villa y pidiendo indulgencia para aquella cigüeña excomulgada por arrebatar el sudario de la cruz, para que con su regreso las calles se llenen de retoños que perpetúen la existencia y aseguren la prosperidad de la villa.
Olga y una de sus hijas con el vicepresidente del Pulijón
Has sido heraldo, clarín y pregonero. Por eso hoy todos te aplauden, tu pueblo que te quiso y te quiere, tus amigos, tus discípulos, tu familia, tu hermana Tere y hermanos, tus sobrinos, tu yerno, tus queridísimas nietas Elisa y Teresa, quien sabe si continuadoras de tu inacabada investigación, tu esposa Charo, mamá, que te añora en su silente soledad y yo, hija de padre ejemplar, que sufrí con tu partida la estocada que todo hijo desafía creyéndote eterno, creyéndote inmortal, retando las leyes de la vida.
En herencia me dejaste tus valores, tus verdaderos caudales, y tu palabra perpetua, la que hoy ha estado con nosotros.
Desde el cielo, también tus padres, quienes te inculcaron el amor por la tierra que te vio nacer, estarán plenos de gozo; el abuelo José, como funcionario entregado que fue de esta casa, estará levantando acta del grandioso acontecimiento, la abuela Pilar preparará sabrosos periquillos para festejarlo y la Virgen de la Bandera, habrá dejado por un momento a su hijo para darte un abrazo y recoger tu ofrenda, las ramas de vid y olivo con las que compartiste raíces y que te arroparon, entre flores multicolores de abrazo, hasta tu última morada como humilde y noble escolta.
¡Y todos al unísono te aplaudiremos y cantaremos a ritmo de coronela, brindaremos con los caldos de esta madre tierra y jamás olvidaremos que Fermoselle fue tu locura y tu pasión!
¡Muchas gracias a todos por compartir con nosotros este día tan entrañable!
En Fermoselle, a 12 de Marzo de 2016

Olga Mª Rivera Esteban

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10: Libro Fermoselle y artículos del periódico “La Opinión- El Correo de Zamora”. Autor Manuel Rivera Lozano.

9: Texto de D. Manuel de San Faustino.

jueves, 17 de marzo de 2016

A VUELAPLUMA
GILDO, un regidor con arrestos
CELEDONIO PÉREZ SÁNCHEZ
Traemos a esta sección a una persona enamorada de Fermoselle a pesar de no haber nacido en la localidad. Y lo hacemos en una fecha muy dolorosa para la villa cual es el fallecimiento de Hermenegildo Píriz, “Gildo Borriquero” para los conocidos. Y lo hacemos hoy por las palabras que le dedica en el diario La Opinión-El Correo de Zamora como un panegírico al uso y a título póstumo.
Celedonio es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Con aproximadamente 32 años dedicados al ejercicio de esta profesión es actualmente redactor jefe de dicho diario. La carrera profesional de Celedonio ha estado siempre vinculada al medio rural. Sus artículos en otras publicaciones regionales y nacionales han estado relacionados al ámbito rural o a la temática agropecuaria. En 2.011 recibió el Premio Nacional Galgos de España por su defensa a esta modalidad de caza.
Celedonio, conocedor de Gildo, de quien dice que “paró un tiempo la caída de Fermoselle”, le dedica el siguiente panegírico a modo de “In Memoriam”:
Gildo en 2010 (centro) siendo concejal, junto a Luelmo, alcalde
“No me cambio de partido por nada, ni por cien millones". Esa frase u otra similar, pero con el mismo mensaje, fue el titular de una entrevista que le hice a Gildo (Hermenegildo Píriz) hace 30 años o así -que el tiempo es líquido y se escapa por las costuras-, cuando él era alcalde de Fermoselle por la UCD. A los pocos meses, claro, se pasó a AP, como hicieron otros muchos regidores en Zamora y otras provincias, huyendo de la quema del partido centrista, abierto en canal por los intereses de las familias políticas que lo desarmaron. Gildo tuvo que aguantar críticas y chanzas de sus vecinos, pero su decisión no tuvo que ver con ninguna compra y sí con los intereses del pueblo, que ganó conexión con la Diputación y se enganchó en un buen vagón a las obras provinciales. 
Así era Gildo y así eran aquellos tiempos, donde la necesidad se convertía en virtud o se ahogaba en la pena negra. Los mandatos de Gildo como alcalde fueron muy prolíficos para Fermoselle, que consiguió recomponerse en parte tras la sangría de la emigración que se prolongó durante décadas y dejó exhausto a un pueblo que sumó a finales del siglo XIX cerca de 5.500 habitantes. Fue un alcalde racial, de carácter, temido por sus enemigos y también por los políticos "amigos" de Zamora, los que repartían el bacalao. "A Gildo no hay nadie que le toree", le escuché decir alguna vez. Y era verdad porque imponía con su presencia, su voz gastada de vendedor y su inteligencia natural, labrada entre los culebreos de la supervivencia.
 

Ir a Fermoselle, al centro, a la Plaza Mayor y era verlo a él. Siempre estaba allí. Por oficio y por curiosidad. Lo sabía todo del pueblo y de los vecinos. Siempre le echaba la bronca -cariñosa- al periodista por alguna noticia que no le hubiera gustado. Había que conocerlo para no tener en cuenta sus comentarios acerados. 
Contrariamente a lo que le pasa a muchos alcaldes, cuando él se encontraba más a gusto en su pueblo era en las fiestas y sus preparativos. Disfrutaba con los encierros y con su parafernalia. Y resolvía los problemas cuando llegaban. La última vez que lo vi estaba con
 Manuel Luelmo. En Fermoselle, claro. Pelo blanco, amplia presencia y ojos listos. Así era él. Un alcalde con arrestos”.


miércoles, 16 de marzo de 2016

MANUEL RIVERA LOZANO
“HIJO PREDILECTO DE FERMOSELLE” (I)
Sábado, 12 de marzo. El Salón de Plenos del Consistorio fermosellano está a rebosar antes, incluso, de las 12 de la mañana, hora programada para el inicio del “NOMBRAMIENTO DE HIJO PREDILECTO DE LA VILLA DE FERMOSELLE A TÍTULO PÓSTUMO A D. MANUEL RIVERA LOZANO”. Asistieron al acto el  alcalde acompañado por su equipo de gobierno, los familiares de Rivera y un numerosísimo grupo de amigos procedentes de Zamora y Fermoselle
Inició las locuciones el Sr. Alcalde Alejandro Fermoselle con el siguiente texto:
“Ante el fallecimiento de D. Manuel Rivera Lozano, natural oriundo en este municipio, destacado de manera extraordinaria por sus cualidades culturales y méritos hacia este su pueblo de Fermoselle, comprometido con él en todo momento, en calidad de cronista en el dominical La Opinión de Zamora a lo largo de los años, publicaciones de libros sobre Fermoselle, difusión de su cultura, sin negarse jamás a una infinidad de esfuerzos o colaboraciones desinteresadas de promoción de su pueblo natal.
Como méritos justificativos para este título quiero señalar:
D. Manuel Rivera Lozano, nació en Fermoselle en 1942,  en la casa 47 de la que fue calle de la Cárcel, durante algún tiempo Libertad, y posteriormente General Mola. Falleció el 30 de septiembre de 2013 a la edad de 71 años.
Cursó la Enseñanza Primaria y el Bachillerato en su villa natal, Fermoselle, y la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de la capital de la provincia, que finaliza con premio extraordinario.
En 1976 obtiene el título de Graduado en la Escuela Social de Salamanca, defendiendo la tesina “Estudio socio-económico de Fermoselle”, que es calificada con sobresaliente.
Ejerció su profesión a lo largo de 44 años en distintas localidades de la provincia, entre ellas su lugar de nacimiento, Fermoselle, y la mayor parte en Zamora, donde fue director del Colegio “Arias Gonzalo”.
Ha colaborado en diversos medios de comunicación, principalmente en La Opinión-El Correo de Zamora, como cronista, dedicando cientos y cientos de artículos, mediante un somero y exhaustivo trabajo de investigación a la divulgación y defensa de la historia de su querido Fermoselle.
Obtuvo el 2º premio periodístico del “Día de la Provincia 1973” que se celebró en esta localidad. Autor del libro “Fermoselle”, pregonero en la Feria “Intur” de Valladolid de 1997 con el tema:”Fermoselle: Conjunto-Histórico-Artístico-Capital de los Arribes del Duero”, colaboró en la confección del informe artístico-monumental sobre el convento de San Francisco, hoy “Casa del Parque de los Arribes” y “Pulijón de Oro” del pasado año 2010.
El año 2011 fue designado para realizar el pregón de las Fiestas de Fermoselle, donde dejó plasmada su fina pluma y el reconocimiento del público congregado en la Plaza Mayor por su magnífico pregón.
Quisiera, en estos momentos, rememorar algunos párrafos del mencionado pregón:
“En el adiós primaveral y a las puertas del incipiente verano, cuando los campos en flor embellecían aun más los singulares parajes de Fermoselle, el señor Alcalde electo tuvo a bien manifestarme en persona, en tiempo y forma, que este año de gracia de 2011 había sido designado para pregonar en alta voz y en lugar público las bondades y excelencias de nuestras tradicionales fiestas de agosto.
La misiva era sumamente atractiva: pregonar a todos los vientos y a todas las gentes la celebración de unas fiestas famosas desde hace siglos, que conviene mantener en la tradición leal de sus orígenes.
La responsabilidad de ser pregonero en mi solar patrio, más que una carga, ha sido una tarea ligera, un honor para mí y los míos, que acepté gustosamente, con el consiguiente orgullo de fermosellano, de hecho y de derecho, puesto que aquí nací y aquí mantengo la casa de mis mayores, satisfecho al considerarme distinguido en la comunidad de la que formé parte, en la que todavía, creo yo, conservo viejos y leales amigos entre sus moradores paisanos.
A punto de concluir quiero traer al recuerdo a los que se fueron para siempre, a tantos conocidos que ya no estarán entre nosotros, a mis amigos de toda la vida, que ahora más que nunca los tengo especialmente presentes, a mis padres, que supieron inculcarme las esencias del ser y sentir de este pueblo, a mi esposa Charo, a mis hijos Olga y Josué y a mis nietas Elisa y Teresa, que saben compartir con paciencia y a diario estos mis amores a la tierra que me vio nacer.”
El Técnico del Archivo Histórico Diocesano, D. José Carlos de Lera, ha dicho:” Nadie ha dedicado tanta investigación a un pueblo como él con Fermoselle. Es sus artículos exponía documentos de archivos inéditos. Para los historiadores es una fuente y una referencia”.
La Directora de La Opinión-El Correo de3 Zamora, Dª Marisol López, ha manifestado:”Fermoselle pierde a un investigador perseverante, cuya labor ha sido fundamental para la divulgación de la historia de la villa”.
Por todo ello, en D. Manuel Rivera Lozano concurren méritos más que suficientes para ser distinguido con dicha condecoración por haber sido cronista, investigador de la historia de Fermoselle, como anteriormente he comentado a través de su muchas publicaciones, su fermosellanismo, extraordinario embajador y, cómo no, sus valores humanos.
En el Pleno celebrado el pasado mes de septiembre fue aprobado su nombramiento como Hijo Predilecto de la Villa de Fermoselle, a título póstumo.
LA CALLE LIBERTAD PASE A DENOMINARSE CALLE MANUEL RIVERA LOZANO.
Nombrado D. Manuel Rivera Lozano, como hijo predilecto de este municipio a título póstumo.
Destacado de manera extraordinaria por sus cualidades culturales y méritos hacia este su pueblo de Fermoselle, desde el Ayuntamiento pensamos que también es necesario en memoria de su recuerdo el dedicarle la denominación de una calle.
En el Pleno celebrado el pasado mes de septiembre fue aprobado que la calle Libertad pase a denominarse calle Manuel Rivera Lozano, quedando patente el reconocimiento del pueblo de Fermoselle a su persona y que posteriormente procederemos a su descubrimiento, así como, la placa a situar en la que fue su vivienda habitual.
Manolo, maestro, cronista, investigador, extraordinario embajador de tu patria chica, querido amigo, gracias y mil veces gracias por el legado que nos has dejado, siempre estarás en el corazón y en el recuerdo de todos los fermosellanos.

Gracias.






miércoles, 9 de marzo de 2016

DESCANSE EN PAZ
ÁNGEL, TAMBORILERO DE FERMOSELLE
Las gaitas y los tamboriles en Fermoselle están de luto.  Sus sones, por unos momentos, han quedado silenciados por la triste noticia que ha sacudido a cuantos aman la música tradicional. Y no es para menos. El último tamborilero autodidacta que se ha paseado y llevado su música por las calles de Fermoselle ha fallecido tras larga y dolorosa enfermedad. Nos estamos refiriendo a Ángel Garrote.
Ángel en  la procesión de San Isidro
Ángel, a pesar de que no era natural de Fermoselle, sino del cercano Pinilla, siempre fue considerado como uno más de la localidad. Aunque  solía decir que “no era tamborilero de escuela”, no nos cabe la menor duda que fue un magnífico tocador de la gaita y el tamboril. Un verdadero conocedor  e intérprete de las canciones típicas de la zona (charros, alboradas, pasacalle, jotas)  y, además, con una larga experiencia contrastada por sus participaciones en algunos de los eventos anuales de Fermoselle. Su presencia fue activa en procesiones, bodas, bautizos y en cualquier fiesta que se necesitase alguien que la animara. Bien es verdad que cuando apareció la nueva hornada de tamborileros allá por el año 2.000 su presencia como tamborilero “oficial” disminuyó un tanto debido a su edad y a que había que compartir tiempos y momentos con el resto de compañeros. No obstante siempre se le tuvo presente tanto por la Asociación de Tamborileros como por la Peña “El Pulijón” en todas las muestras y festivales de música tradicional que ambas asociaciones organizaron en Fermoselle siendo invitado para actuar, aunque la mayor parte de las veces  declinó su participación. De hecho se le homenajeó por parte de la Asociación “Juan de la Encina”.
Su fallecimiento causó gran consternación en todo el pueblo y la presencia de vecinos en su entierro se hizo patente. Decir que se produjo una fuerte emoción cuando el coche fúnebre llegó a las puertas del templo parroquial. Agustín, tamborilero de la Asociación, interpretó una de las piezas que Ángel tocaba con asiduidad, un pasacalles de bodas, que los asistentes escucharon con silencio sepulcral.

Desde estas páginas le deseamos descanso eterno y trasmitimos nuestro más sincero pesar a su familia.

martes, 8 de marzo de 2016

“A VUELAPLUMA”
IN MEMORIAM A MANUEL RIVERA
IZA FLORES MARCOS
Cercana la fecha de que se cumpla la iniciativa del Consistorio de Fermoselle de conceder a Manuel Rivera (q.e.d.) el reconocimiento de Hijo Predilecto, a título póstumo, así como la dedicación a su persona de la calle donde nació, desde “El Pulijón” nos congratulamos con ese acuerdo.
Por ello, y en recuerdo a Manolo, trascribimos en esta sección de “a vuelapluma” el texto que le ofreció Iza Flores el 8 de octubre de 2.013, días después de su fallecimiento.

Iza Flores Marcos, aunque portuguesa de nacimiento, se reconoce una admiradora de “su pueblo de adopción” que no es otro que Fermoselle, localidad natal de algunos de sus antepasados. Iza, profesora jubilada, apasionada investigadora y escritora presentó hace unos meses en la villa arribeña el libro titulado “La familia de Tomás García Rodríguez”.
He aquí su “In Memoriam”. Las fotos corresponden al 19 de agosto de 2.010 durante el acto de la concesión del "Pulijón de Oro" a Manuel Rivera. en la que estuvo presente Iza Flores.
“Manuel Rivera Lozano – “Hijo entusiasmado de Fermoselle!
Manuel Rivera Lozano, falleció el pasado día 30 de septiembre, a sus 71 años de edad, en Zamora.
Es con profundo pesar que recordamos su excelencia como Maestro que fue de esta villa que le vio nacer y donde pasó felizmente su infancia y sabemos que aunque, trasladado posteriormente a Zamora donde formó un hogar entrañable, siguió siempre unido a Fermoselle por lazos familiares y la relación con tantos amigos donde se contaban asimismo sus alumnos .
Pero es como infatigable investigador y divulgador de la Historia de Fermoselle que su nombre es reconocido y respectado no solamente en España si no que del otro lado del Atlántico, desde Estados Unidos a Argentina y Chile como es probado por la correspondencia con muchos descendientes de fermosellanos que ahí tienen que llevar su vida, sin olvidar a su patria chica.
Sus crónicas sobre Fermoselle, en el periódico zamorano “La Opinión de Zamora” eran un bálsamo para todos aquellos que esperan cada domingo sus artículos sobre las historias de la Historia de Fermoselle. Aunque solía decir que “lo que pretendía era dar a conocer la historia o el pasado de esta milenaria villa en todas sus vertientes”, Manuel Rivera Lozano fue más allá de un historiador... Hijo entusiasmado de esta hermosa villa, “no se conformaba con cumplir el papel de observador distante sino que interviene directamente en el acontecer de su villa y se acerca a sus paisanos para con ellos enhebrar soluciones o compartir esperanzas”.

De toda su extensa bibliografía en libros, textos, artículos, programas y folletos que abarcan los más variados temas, hay que subrayar la importancia de Fermoselle -la Biblia de su querido pueblo- donde los paisanos y descendientes de esta tierra de tanta emigración pueden coger los datos más importantes sobre sus antepasados.
¡Fue lo que pasó conmigo! Con efecto, tuve el honor de conocerle y convivir con él, primero en los Archivos de Zamora y después aquí, en su pueblo donde le gustaba venir con su familia y donde restauró con esmero la casa de sus ancestros. ¡Recuerdo también su felicidad, compartida por tantos fermosellanos, en el día 21 de Agosto de 2010, tras la entrega del Pulijón de Oro de manos de Alberto Gavilanes, presidente de la emblemática Peña El Pulijón, Fermoselle!
Tantos momentos inolvidables, tantos consejos...tanta amistad!
¡Crean que fue una de las personas que más me ha marcado en toda mi vida: persona muy culta y asimismo de una sencillez única, amable y de una gran humanidad, un señor, un verdadero caballero!

A su apenada esposa Charo, su hija Olga María, su yerno y a sus queridas nietas a quien tanto quería, presento mis saludos, con profunda amistad y pido a Dios Nuestro Señor que le tenga en cuenta sus virtudes, su trabajo, su amor a la tierra y a las personas que tuvieron la suerte de compartir su vida.
Os dejo ahora con sus palabras que atisban la sencillez de su pensamiento: “No busco fama ni reconocimiento, de los que no soy amigo, tampoco pretendo sentar cátedra ni imponer criterios tal vez subjetivos, ni busco polémica fácil (...) y por supuesto no aspiro ni persigo negocio alguno, en cuya especialidad nunca pretendí destacar”.

¡Hasta siempre, Manolo!”