martes, 23 de abril de 2013

EN LOS FOGONES DEL PULIJÓN
Las instalaciones del domicilio del Pulijón, un año más y con permiso escrito de su Presidente, se han puesto a disposición de las gentes de Fermoselle. En esta ocasión para la celebración de un curso de cocina promovido por COAG. Se trata de un curso de inserción social destinado a desemplead@s del medio rural. 

Un total de 23 mujeres se reúnen en torno a los fogones situados en la planta-asador del Pulijón  dirigidas por la fermosellana Mar Marcos, experta en este tipo de actividades, para  elaborar  verdaderos manjares. Como muestra citamos algunos: crema de orujo, mermelada de manzana, licor café, licor de chocolate, torrijas al almíbar de vino, conservas de agridulce, cebolla en Juliana pepinillos y pimientos, buñuelos de viento y bizcocho. Les deseamos que las enseñanzas sean lo más fructíferas posibles y que este tipo de actividades se repitan en años sucesivos. El Pulijón siempre estará apoyando todo aquello que redunde en el bien de nuestros conciudadan@s. 

lunes, 22 de abril de 2013

LOS TAMBORILEROS DE FERMOSELLE 
EN ERMUA (VIZCAYA)
El Centro Cultural de Castilla y León de Ermua (Vizcaya) un año más conmemora el Día de la Comunidad con una serie de actos distribuidos entre los días 19, 20 y 21 de abril. A través de su delegado de cultura ha participado en esa fiesta el grupo de Tamborileros y Danza Tradicional “Juan de la Encina” de Fermoselle. Durante un mes y medio se han dedicado de lleno a preparar esta actuación con sumo cuidado. 

El sábado, 20, llegó el momento esperado. A las 7 de la mañana salían desde Fermoselle  los 16 componentes (no había espacio para más) rumbo a Ermua. A la 1 del mediodía estaba programado un  pasacalles. Apretados en un minibús, entre maletas, bolsos y tamboriles, se presentaron  ante la sede castellanoleonesa con la ilusión de aportar su granito de arena en esta jornada festiva. Y así fue. Sin pérdida de tiempo los tamborileros tomaron los “bártulos folclóricos” y guiados por  representantes del Centro Cultural desgranaron  una serie de piezas hasta llegar a una plazoleta cercana. Allí, las cuatro parejas de baile mostraron su calidad ante un público expectante. Como llegaba la hora de la comida, volvieron a la calle Patakonia donde se sitúa el domicilio social de los anfitriones.


Quiero manifestar, antes de continuar con el relato, la extraordinaria atención y el magnífico servicio prestado por la Junta Directiva que en todo momento se pusieron a disposición de los fermosellanos. El menú, preparado y servido con todo esmero, recibió los parabienes de los comensales. No faltaron el café, los chupitos, el intercambio de recuerdos y la larga sobremesa entre canciones y música tradicional, brindis, chistes y algún que otro baile.
Finalizó este rato festivo a las cinco de la tarde. La segunda parte de la intervención de los tamborileros era una hora después, pero esta vez ataviados con  la vestimenta tradicional. Con rapidez se acercaron al hostal en el que pernoctaron. Reparto de habitaciones, acicalamiento y ya de “bonitos” se concentraron en la puerta de la calle. Se inicia el desfile callejero. A la cabeza el grupillo de gaita de fole, seguido por el de baile y cerrando los tamborileros. Primera parada en la plaza San Pelayo. El profesor Luis Pedraza se dedicó a presentar las diferentes interpretaciones.  “La Jota de Fermoselle”, “Venimos de Santa Cruz”, “El Charro y la Jota de Cerezal” y “Manolo mío” fueron aplaudidas por el numeroso público allí congregado. Continuó la marcha hasta la plaza  Goiko donde se pusieron en escena “la Jota de Cuatro”, “A la luz del cigarro”, “Charro y Fandango de Palazuelo de Sayago” y “La Dolores”. En este escenario les acompañaron algunos fermosellanos residentes en el entorno de Ermua. 

La organización obliga a un alto en el camino para tomar un refrigerio en una cafetería anexa.  Nueva marcha con pasacalles hasta la plaza Orbe Cardinala. Aquí la estancia es mayor y se aprovecha para deleitar al respetable con “El baile de Lao”, “La Molinera”, “La Jota de los Toritos”, “Los Pastores”, “Charro y Fandango de Mayalde”, “Las Pulgas”, “La Jota de la Ribera” y “La Botella”. Como es habitual, esta última danza es compartida con los más atrevidos de los espectadores, que en esta ocasión fueron numerosos, sobre todos en edad infantil. Finalizó la actuación con “La Coronela” que fue despedida con una  larga ovación de los ermuarras. La cena se realiza en el mismo Centro Cultural aprovechando para comentar el desarrollo de la actividad de la tarde. La evaluación es positiva tanto por los tamborileros como por los representantes locales. A media noche se da como finiquitada una jornada que dejó muy alto el pabellón fermosellano así como la profesionalidad de este grupo dedicado al folclore de la tierra por afición.
Al día siguiente tras visitar el ayuntamiento donde se muestra un busto dedicado a Miguel Angel Blanco, Concejal ejecutado por ETA, y la iglesia de Santiago, en cuyo retablo de madera sin policromar y de estilo barroco preside una talla de Santiago Matamoros se regresa a Fermoselle con la satisfacción del deber cumplido. Parte de la Junta Directiva del Centro Cultural de Castilla y León en Ermua les despidieron con muestras de agradecimiento, que en este caso fueron mutuos.

domingo, 7 de abril de 2013

ROMERÍA DE SAN ALBÍN 
Ermita de San Albín
Según nos informa Ángel Marcos, el pasado 2 de abril, Fermoselle celebró la festividad de San Albín en medio de una climatología bastante desapacible. Como cada año, el Martes de Pascua de Resurrección, los vecinos de la localidad se desplazaron a la ermita de San Albín situada en los extrarradios, junto a la carretera de Zamora. 
Interior de la ermita
Eran las 11 de la mañana cuando llegó al lugar la comitiva popular encabezada por el Sr. Alcalde, parte de su Corporación y el Sr. Cura-Párroco, acompañados del grupo de tamborileros “Juan de la Encina” que pusieron una muestra de folklore popular durante el recorrido. Siguió el oficio eucarístico con un lleno absoluto en un templo totalmente restaurado en fechas recientes. A la salida, los cofrades invitaron a todos los asistentes a dulces típicos y licor-café elaborados artesanalmente.
Continuó la fiesta por la tarde con el rezo del Santo Rosario. Posteriormente, por grupos de familiares, peñas y amigos, se llevó a cabo la ya tradicional merienda a base de huevos cocidos, hornazo y lomo cular, todo ello regado por los afamados caldos de los “Arribes del Duero”. Los tamborileros de Fermoselle pusieron en acción a la mayoría de los asistentes con sus canciones y bailes tradicionales.
Según Manuel Rivera Lozano, “esta ermita con vocación de viajera, ha sufrido al menos tres cambios en su ubicación a lo largo de su historia. Su localización inicial fue en el pago de “Las Llagonas”, cercana a un caserío arruinado con restos de una antigua necrópolis; más tarde, y según reza en el frontispicio de la edificación actual, fue traslada en el año 1553 a la cuesta del Palombo y hacia principios del XIX es reconstruida en su emplazamiento actual, con planta de una nave y cubierta de dos aguas, con frente porticado.”
Tamborileros de Fermoselle
Aunque la titular del santuario es la Virgen de la Merced, queremos destacar lo que el profesor y escritor extremeño José Luis Rodríguez Plasencia cuenta sobre el santo y su ermita: “San Albín es un santo que no aparece en el santoral, por lo que algunos han pensado que pudiera tratarse de una forma apocopada de Albino. Sin embargo ninguno de los especialistas consultados reconoce esa posibilidad por lo que debemos considerar a San Albín como uno más de los muchos santos que Juan G. Atienza califica de “imposibles”.
En plena fiesta
 En Fermoselle, en los Arribes del Duero – al suroeste de Zamora – hay una ermita dedicada a San Albín – tal vez la única que se mantenga en pie hoy día, posiblemente erigida en 1553 – desde la cual salen los toros hacia la Plaza Mayor en las fiestas patronales de San Agustín – la tercera semana de agosto -  que es llamada la “Semana del Toro”. En esta localidad zamorana es tradición que el día de San Albín se vaya a la ermita a comer los típicos hornazos rellenos con “buen chorizo de la tierra”.