jueves, 18 de agosto de 2016

¡¡BIEN “TOCAO” Y “MEJOR BAILAO”!!
Grito con el que se puede resumir, pero con letras mayúsculas, la actuación del Grupo de Danza y Percusión “Juana I de Castilla” de Tordesillas en la plaza mayor de Fermoselle. Esta actividad folclórica se enmarca en la XXXII Muestra de Música y Danza Tradicional que El Pulijón organiza y patrocina dentro de una serie de actos culturales que complementan la programación festiva del Ayuntamiento. Se desarrolla en dos jornadas contando en la primera con el grupo tordesillano.
A pesar del tiempo vacacional se desplazaron hasta Fermoselle una treintena de componentes del Juana I para henchir el ambiente de una música que gusta y regusta sobremanera en  nuestras zonas rurales. Dulzaineros y danzantes, a la hora prevista, iniciaron un pasacalles desde los locales de la Peña El Pulijón hasta la plaza mayor donde fueron recibidos con muestras de cariño por los cientos de personas que se apostaban en las zonas de sombra de terrazas y tendidos.
Fue el presidente del Pulijón el encargado de presentar con brevedad el  evento y a la agrupación destacando que al final ofrecerían la “Danza del Toro de la Vega”, como no podía ser de otra manera al tratarse de representantes de la villa del Tratado.
Esta agrupación la constituyen  tres secciones: percusión, infantil y mayores. Su experiencia y la compenetración adquirida entre sus miembros le han llevado a recorrer buena parte de nuestra comunidad y otros puntos de España donde se ha podido constatar su valía. El tesón y trabajo en los ensayos les ha servido para dominar las piezas que muestran en su amplio repertorio.
En Fermoselle así ha ocurrido. Durante hora y media, la sección de mayores y jóvenes, muy bien acompañadas por un grupo de dulzaineros, nos ofrecieron un conjunto de jotas de Valladolid, León, Palencia y Segovia. Se lucieron con la Jota de Boñar, la de los Cántaros, la del Valle y la de la Niña.
Igualmente los pequeños, intercalando sus apariciones con el grupo principal,  tuvieron su momento de gloria al interpretar la jota de los Labradores y las canciones infantiles del Galandum, el Pingacho y el Pelele, entre otras.
Para el final y con la intervención de casi la totalidad de danzantes dejaron dos piezas muy taurinas: La jota de los Toritos y la Danza del Toro de la Vega. Con la indumentaria apropiada de camisa y pantalón blanco rematada con el complemento de la faja y pañuelo rojo pusieron en escena estos dos temas con los que lograron transmitir a cuantos se encontraban en el coso maderil la intensidad y la emoción que caracterizan la fiesta taurómaca.

Los espectadores correspondieron con una larga ovación como agradecimiento a la tarde tan entretenida que las tordesillanas le habían deparado. Ellas finiquitaron la jornada folclórica con una cena en el asador del Pulijón a base de productos de los Arribes y ¡cómo no! con sobremesa de cánticos y bailes.

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