AGUSTÍN “EL MADRILEÑO”
“ALMA DE FERMOSELLE Y SU TRADICIÓN”
Este hombre, que ha hecho de su vida un reflejo de la laboriosidad y el compromiso con su comunidad, destaca no solo por su cercanía con todos los vecinos de Fermoselle, sino también por su vasto conocimiento de los Arribes y del término municipal. Como informante incansable, Agustín está siempre dispuesto a responder a cualquier pregunta, siempre con la misma pasión por lo que repercute positivamente en el devenir de su pueblo.
Desde su jubilación, que llegó después de años de servicio al pueblo, Agustín ha dedicado su tiempo a una de sus grandes pasiones: la música tradicional. En especial, al tamboril, un instrumento que maneja con destreza y al que le ha dado una nueva vida, componiendo sus propias canciones y creando letras llenas de sabor fermosellano. Es un hombre de múltiples talentos; canta, baila y domina varios instrumentos del folklore local. La flauta, el tamboril, las castañuelas, la pandereta y otros instrumentos de percusión están bajo su control, lo que le permite revivir las raíces musicales de la tierra de una manera única.
Hoy,
1 de agosto, en un día marcado por el sonido de la campana torera que lanza la
convocatoria de las fiestas agosteñas en Fermoselle, he tenido la fortuna de
compartir un rato de homenaje a dos de los símbolos festivos más
representativos de nuestro pueblo: La Coronela y la Campana Torera.
A pesar del fresco matinal hemos vivido un momento mágico muy satisfactorio. Frente al campanil, y con el eco de La Coronela resonando en el aire, Agustín y yo nos encontramos en dos puntos opuestos del escenario, él junto al campanil y yo en el tendido de las Taratolas. A pesar de la distancia, los acordes de nuestro himno taurino, interpretados magistralmente de forma instrumental, nos unieron en un homenaje perfecto a nuestras tradiciones.
No solo es un virtuoso del tamboril, sino también un gran intérprete vocal de la canción, pues La Coronela en su voz también adquiere una dimensión especial, capaz de emocionar a cualquiera que escuche. Este gesto, tan desinteresado y cargado de cariño por la música y por Fermoselle, ha sido uno de esos momentos que quedan grabados en la memoria de quienes, como yo, amamos la cultura de nuestra tierra.
Así
que, en este día tan significativo, quiero rendir homenaje a Agustín Borges,
"el Madrileño", maestro tamborilero y custodio de nuestras
tradiciones. Gracias por mantener viva la llama del folklore y por tu
generosidad al compartir tus conocimientos con todos nosotros. Salud, amigo.
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