martes, 21 de agosto de 2012

ROBERTO FARIZA PRESENTA SU 
“DICCIONARIO FERMOSELLANO”
A las 8 de la tarde el salón de usos múltiples del Pulijón se encontraba totalmente lleno. Un centenar de  personas, algunas de ellas de pie, esperaban con cierta impaciencia el inicio del acto académico. Fue Antonio Gavilanes, vicepresidente de la Asociación, quien tomó la palabra diciendo:
“Unos follacos, la Nieves y el tío Granizo, la Sardinica y el tío Garapao se levantaron cierto día empampanaos, calzaron al macho, tomaron el hacha podón, apecharon el postigo y a la zacapella se dirigieron al bao de la Peña Escacha Barcos. Durante el trayecto, cagamangos y chirivitas, pitas barranqueras y guirlios amenizaron su caminar. A ambos lados del sendero los cojonicos del Niño Jesús, las aupas y las untapijas decoraban cunetas y paredones. 
A media mañana se pararon a echar las diez a base de acéas y ajungeras, borrachines y carnizuelos de botija mientras se pasaban el cancarrio para degustar la espiensa y la gazpolla a base de repetidos chisquetes…uno de ellos estuvo a punto de empisparse. La Sardinica les ofreció unos trozos de callos de las tías y pestorejo recién asados de madrugada. Para postre, de un bambera cercana cogieron unas abrieras asoliás y unas rojizas amarganas. Así quedaron todos embotijaos.Antes de regresar al pueblo, un tanto escabrotaos, el tío Granizo se apartó para tirar del pantalón, mientras los demás se quitaban los pirifuelles”.
Para descifrar este galimatías de vocablos y palabras autóctonas se hace imprescindible utilizar el Diccionario Fermosellanos que hoy presentamos y cuyo autor es Roberto Fariza.

Roberto, hijo adoptivo de Fermoselle y un enamorado de esta tierra, aparte de su vida profesional, tiene otras aficiones que practica en sus ratos de ocio: Estudioso de las costumbres, conocedor de los rincones más recónditos, investigador empedernido e insaciable, amante y protector de la flora y fauna de los Arribes. Diría, sin ánimo de exagerar, que cuando camina por esos sinuosos senderos de los arribanzos, animales y plantas le reciben con un simbólico abrazo percibiéndose, como un susurro, una agradecida ovación en todo el entorno. Como escritor, presenta su ópera prima en este Diccionario Fermosellano. Pero no para aquí su labor literaria. Dos obras esperan sobre su mesa de trabajo ver la luz en breve plazo: contrabando y acontecimientos históricos y leyendas relacionadas con fermoselle… Este es Roberto Fariza”.
A continuación tomó la palabra el autor quien, utilizando un montaje audiovisual que se emitió en “off” y producido por él mismo, explicó el proceso de recogida de palabras, anécdotas durante su trabajo de campo, consultas en el diccionario de la RAE, personas que aportaron su granito de arena, en especial a Manuel Laguno (d.e.p.), el tiempo dedicado a la  corrección y otra serie de curiosidades. Hizo un rápido recorrido por sus páginas comentando el significado de algunas de las palabras por las que sentía una especial atracción e incluso se atrevió a presentar objetos recogidos en su diccionario a modo de clase práctica. En opinión del público asistente, el acto fue ameno e interesante lo que se corroboró con la venta de ejemplares firmados por el escritor.

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