ASÍ SE DESARROLLARON NUESTRAS FIESTAS
Estamos a un mes desde que finalizaron las fiestas patronales de “San Agustín 2024” y es de buena práctica realizar una evaluación y valoración de las actividades que la Asociación Cultural “El Pulijón” realizó en Fermoselle durante dichas fiestas. Nos limitaremos solamente a aquellas externas, es decir, las que se ofrecieron a todos los vecinos, pública y gratuitamente.
Iniciamos la evaluación por la que tal vez concita más expectación entre los niños. Nos referimos a los populares encierros infantiles. Tuvieron lugar los días 21 y 24, siempre nocturnos. A la hora indicada en el programa decenas de niños, muchas veces acompañados de padres o abuelos, hicieron el recorrido de ida y vuelta desde el Arco a la Plaza Mayor tratando de solventar el “peligro” de los cuatro morlacos simulados de la ganadería del Fari. En tres ocasiones se repitió la escena no habiéndose producido incidencias que reseñar. Al final, y para recuperar el gasto físico realizado, los hermanos Tronito invitaron a los participantes a un rico refresco de chocolate. Todo salió como se había programado.
El día 25, domingo, se recreó un desfile medieval abierto a todos los vecinos por lo que apareció en el programa oficial de fiestas. La participación de socios del Pulijón fue numerosa algo que no ocurrió con las gentes de Fermoselle. No obstante el colorido y la variedad de vestimentas y personajes estuvieron a la altura de lo esperado. El animoso grupo de músicos portugueses cumplieron con lo ofertado aunque será preciso mejorarlo.
Restan dos actividades musicales correspondientes a los días 17 y 23 con un atractivo especial: la ambientación en las residencias “Conchita Regojo” y el concierto de “Paco Moya”. En la primera llevaron la fiesta a los residentes los Atronadores del Pulijón y algunos tamborileros del “Juan de la Encina”. Tanto en una como en la otra algunos de los mayores se lanzaron a bailar como si de sus años mozos se tratara. Sus aplausos de agradecimiento sirven para repetir el próximo año. Se lo merecen.
Paco Moya hizo gala de toda su sapiencia en el manejo del saxo, el acordeón y el piano. Desplegó un amplio abanico de piezas, tanto de épocas pasadas como de actualidad, algunas tarareadas por los asistentes. Nos recordó otras noches pasadas en los salones de baile del Castillo en el que durante muchos años y junto a otros miembros de su familia animaba los fines de semana.
Hasta aquí una breve crónica de las actividades
públicas del Pulijón. Nos sentimos satisfechos con el resultado obtenido
habiendo cumplido con los objetivos propuestos. Siempre cabe algún punto de
mejora que se tendrá en cuenta de cara al próximo año. ¡¡Hasta entonces!! que
esperamos contar nuevamente con la complicidad de los vecinos.
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