LA VIRGEN DE LA BANDERA
VITOREADA EN FERMOSELLE
La festividad de la Virgen de la Bandera pone el punto y final al ciclo festivo en la Villa de Fermoselle. A pesar de que los festejos patronales quedaron atrás a finales de agosto, hay un buen número de vecinos que alargan su periodo vacacional hasta esta fecha religiosa (algunos esperan hasta el Bendito Cristo de Santa Colomba, una semana después) que embarga a los fermosellanos plenamente enamorados y devotos de esta bella imagen que representa a uno de los dones más queridos del pueblo.
La Virgen de la Bandera toma un protagonismo muy destacado durante estas fiestas. Concretamente se le dedican tres jornadas, además de los días de la novena en su Santuario del Convento de San Francisco: El domingo anterior a los “días grandes” se le procesiona hasta la parroquia, acompañada por el patrón San Agustín, desde donde protege a los fermosellanos de los “males y peligros” que surjan durante el extenso periodo festivo; el día de inicio de la novena se le retorna a su santuario, donde permanece durante todo el año y por último, el 8 de septiembre, Natividad de la Virgen María -en Fermoselle con la advocación de “la Bandera”,- se vuelve a procesionar por partida doble.
Este año ha sido multitudinario el gentío que participó durante todo el día en los actos organizados en torno a ella. Siempre acompañada por los mayordomos, en esta ocasión la familia de los “Cuarenta”, de las autoridades, del párroco y de los fieles, se le ha cantado y vitoreado a su paso por las calles y durante todo el desfile religioso. Fue una jornada cargada de fe y religiosidad que los fermosellanos las transmiten desde cualquier lugar en el que se encuentren. Todos son amantes de su “VIRGEN”.
Al atardecer, entre
dos luces, se celebró el tradicional sorteo (no puede faltar el cordero y el
cuadro de la Virgen) y se remató el día con la música de un conocido y animado disk-jockey.
Virgen: 1947
Cordero: 2177
Televisor: 0889
Microondas: 0861
Vajilla: 0811
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