PULIJÓN
(REVISTA 50 ANIVERSARIO)
Socio del Pulijón
Su estructura medieval arracimada en la montaña, su suelo rocoso que en algunos casos sirve de cimentación e incluso comienzo de fachadas, su pasado sefardí marcado y señalado en casas y monumentos, sus iglesias sus miradores; los “Fiordos Ibéricos” de Arribes del Duero, las fuentes primitivas, las bodegas con arcos ancestrales de piedra bien colocada. Todo el conjunto es un claro e indiscutible patrimonio material de la humanidad.
También, como no puede ser de otra manera, podemos fijarnos en su patrimonio inmaterial, que existe en otras partes pero no como en Fermoselle: paisajes cautivadores, el cielo estrellado más puro donde se aprecian estrellas y constelaciones, planetas y muy marcada la Vía Láctea.
Una primavera desbordada de flores endémicas de la comarca: jaras cantuesos y retamas; además del resto de flores primaverales como amapolas, margaritas prímulas, verbenas…, mezcladas con toda clase de vegetación, sin orden ni concierto que ni el mejor jardinero ni el más imaginativo paisajista puede igualar.
La diversión de sus
fiestas, el gozo de compartir vivencias, la alegría sincera del reencuentro, el
paseo entre olivos y viñedos que a veces han propiciado momentos de intenso
frío o insoportable calor a los habitantes de estas tierras recias, sólidas y
ásperas.
Más cosas tiene Fermoselle pero ahora toca hablar del PULIJÓN y su cincuenta aniversario. La Peña se imaginó en otros horizontes pero prendió muy bien en su terruño.
Los peñistas disfrutamos de la sede social funcional y con ampliaciones conseguidas de bonitas y muy visitadas bodegas, del “prao” y la panera. De muchas y variadas actividades sociales destacando en este 50 aniversario EL PULIJÓN DE ORO, este año concedido a nuestro inolvidable Emilio y cuya entrega a sus familiares va a ser muy emotiva.
¡¡Viva el Pulijón y sus
socios!! ¡¡Viva el Pulijón y los fermosellanos!! ¡¡Viva el Pulijón!!
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