martes, 12 de diciembre de 2023

 EL LICOR CAFÉ…QUE NO FALTE

¿Qué fermosellano o descendiente de Fermoselle no ha oído hablar del licor café? ¿Qué hogar de la Villa de los Arribes o de otras latitudes con paisanos residentes en esos lugares no disponen de una botellita de licor café para ofrecer a familiares y amigos tan delicioso elixir cuando se acercan a visitarles? Y es que el licor café se impone al resto de bebidas, sobre todo a la hora  de la sobremesa o mediada la tarde animando el cotarro de las conversaciones de todo tipo que fluyen en abundancia mientras los chupitos van “cayendo”. Hasta hace unos años era costumbre entre los fermosellanos el reunirse buena parte de la familia en dos días que sin ser festivos oficiales, en cada casa así se les consideraban: las labores de la matanza y la facienda del licor café.


Es verdad que esta bebida se prepara en otros muchos lugares, pero como solemos decir por nuestra tierra “como el de Fermoselle, ninguno”. Y puede que así sea, pues todos cuantos lo prueban, repiten el comentario conocido de…¡qué rico está, es único!

No queremos hacer de menos ni competir con algunos otros que exhiben un  extraordinario reconocimiento, como es el que se fabrica en Galicia. Fijémonos en la letra de este tema cantado en gallego por la banda orensana Lamatumbá en la que magnifican, a modo de himno, la valía del licor café:

“Licor do negro café que me tumbas que me matas,

Licor do negro café fasme andar a catro patas.

LICOR CAFÉ ¡Licor do negro café quén che pode decir NON!

Licor do negro café deixame poñerme en pé,

acompáñame a unha festa,

emborráchate comigo,

que nos atope a mañá abrazados como amigos …”

Por supuesto, entendemos que la “borrachera” es un tratamiento simbólico de la fiesta y la reunión, de la tertulia entre amigos, de la celebración de los acontecimientos felices que nos ofrece la vida.

Pero volvamos al título del Artículo: EL LICOR CAFÉ…QUE NO FALTE. Cada casa guarda con cierto secreto la receta artesanal de su licor café, porque no hay dos iguales y cada uno tiene su toque para hacerlo más rico que el del vecino. Pues bien, también el Pulijón brinda  a sus socios y amigos la posibilidad de paladear una copita del licor café procesado siguiendo la receta de nuestra inolvidable Pilar (e.p.d.) aprendida, según ella, de su bisabuela, que era una mujer  reconocida en Fermoselle por su maestría y perfección en la elaboración del brebaje en cuestión.

Como es habitual, unos días antes de iniciar las fiestas agosteñas, las mujeres del Pulijón se afanan con sumo esmero en la elaboración del que cada año da un resultado loado por cuantos lo catan y brindan con él. Para ello se aposentan en su antiquísima bodega y entre los comentarios sobre el programa que el Pulijón desarrollará durante las fiestas que se avecinan, sobre las compras a realizar para los menús de las diversas meriendas, sobre las travesuras de los nietos y sobre otros aspectos intrascendentes, se centran en su trabajo sin perder el hilo de lo que las ha llevado allí: obtener un licor café de sobresaliente para que todo el mundo se atreva a saborearlo y a repetir.


Permitidnos que respetemos el secreto del proceso pero indicamos los ingredientes necesarios: Café, azúcar, aguardiente blanco de los cosecheros de Fermoselle y agua.

Y no queremos finalizar sin un “chinchín” por la salud de todos los fermosellanos y de cuantos nos visitan cada año. ¡Va por todos ellos!

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