domingo, 16 de agosto de 2020

SAN AGUSTÍN Y LA VIRGEN DE LA BANDERA NO SE ENCONTRARON
Procesión 2.019
Ayer decía que  Nuestra Señora de la Asunción no recibió la ofrenda del pueblo y hoy le ha ocurrido otro tanto a la Virgen de la Bandera y a San Agustín. Es costumbre que el domingo que marca el comienzo de  la “Semana Grande” fermosellana procesionen por nuestras calles las dos imágenes. Primero lo hace San Agustín, patrón de las fiestas, que sale desde la iglesia parroquial, acompañado del sacerdote revestido, de los mayordomos, de las autoridades civiles y del pueblo en general para dirigirse en devota procesión hasta el santuario de nuestra Señora la Virgen de la Bandera situado en el barrio alto de Las Eras.  Allí espera la salida de la patrona acompañada también por sus correspondientes mayordomos. 
Ya en mutua compañía descienden lentamente hasta la Plaza Vieja al ritmo marcado por la banda de música o el tamborilero de turno. Alternan con los sones musicales las canciones perfectamente entonadas por los participantes  dedicadas en especial a la Santa Madre que amamanta a su Hijo en brazos. Por una de las vías principales de la Villa continúa el cortejo hasta llegar al templo donde se introducirán al son del Himno Nacional. En él permanecerán durante los días festivos que restan hasta finales de agosto

El principal motivo de que la Virgen de la Bandera se acerque estas jornadas a los fermosellanos viene de muy antiguo. Siempre se ha dicho que Ella tiende su “manto” para proteger a todos cuantos llegan a Fermoselle con el ánimo de participar y disfrutar de los festejos taurinos. En ella confían y a ella ofrecen sus plegarias pidiendo ese “favor” y otros muchos. 
Que así sea, aunque este año no podrá “echarnos una mano” al no contemplarse ningún tipo de fiestas. ¡Viva la Virgen de la Bandera! ¡Viva San Agustín!

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