viernes, 29 de enero de 2016

UN MURCIÉLAGO.
“DISTINGUIDO” MORADOR DEL PULIJÓN

Ni soñamos, ni fabulamos, ni mentimos. El título de este post es una auténtica realidad que con tiempo habrá que estudiar como un caso un tanto desconocido por los lares en los que se asienta el hecho que vamos a tratar. Sí, señores, un Chiroptera, más conocido como murciélago, habita a sus anchas entre las paredes del Pulijón.
abril 2004
Corría el mes de abril del año 2.004 cuando se atisbó por primera vez a este mamífero volando en la planta-bar de nuestra asociación desapareciendo con rapidez a la vista de los allí presentes. Pasados unos días y acompañando a un grupo de visitantes asturianos pudimos comprobar cómo dormitaba en una de las estancias de la bodega (la que se encuentra horadada en la roca del fondo) colgado de la pared. La sorpresa fue mayúscula y se aprovechó la ocasión para inmortalizarlo con la cámara de fotos.
noviembre 2011
Pasaron varios años sin localizarlo aunque desconfiamos de que seguiría habitando entre las paredes húmedas de  las cuevas graníticas del Pulijón debido a unas muestras de pequeños excrementos que aparecían en un determinado lugar y siempre el mismo. Se recogían de vez en cuando apareciendo nuevamente. Aun así, nos quedaba la duda de si para su alimentación saldría al exterior por la zarcera o haría recorrido por alguna otra zona a través de dos pasadizos existentes en este piso subterráneo y que nunca se han escrutado.
abril 2012
Así llegamos a noviembre de  2.011 detectando su presencia en la pared izquierda de las escaleras que dan acceso a la otra salida desde la bodega del fondo. Su estado y posición era el mismo que el de unos años antes. Tras ser fotografiado en abril de 2.012, nos presentamos en enero del presente año 2.016 y coincidiendo con unos amigos tordesillanos nos dimos de cara con tan “distinguido” morador que se colgaba justamente de la sujeción que une  la verja que separa dos de las bodegas a la pared.
En todas las ocasiones hizo caso omiso a los ruidos y a los flases, por lo que deducimos que, como sus apariciones coinciden con meses entorno al invierno, se encontraría en estado de hibernación ya que “escogen lugares como cuevas, minas, oquedades de árboles, grietas o incluso en lugares expuestos, con humedad alta, a fin de evitar el exceso de pérdidas por evaporación, que les obligaría a despertarse con más frecuencia para beber y para evitar que se le sequen las alas”.
enero 2016

Somos desconocedores de si se trata del mismo ejemplar pues siempre ha aparecido en solitario, pero si tenemos en cuenta que “la longevidad media de los murciélagos suele ser de cuatro o cinco años, aunque a menudo alcanzan diez y hasta veinticinco años, y algunas especies pueden llegar a vivir treinta años de edad”, no sería de extrañar que estemos hablando del mismo ejemplar que, por supuesto, se siente muy a gusto en las estancias pulijoneras. 

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