"A VUELAPLUMA"
REJONES DE MUERTE CERCA DEL TORMES
REJONES DE MUERTE CERCA DEL TORMES
E.J. DE ÁVILA


Sobre el albero, dos jóvenes caballeros, émulos de los que antaño jugaron
con los toros del mar Mediterráneo, con los toros cretenses, con los toros del
tiempo, hicieron vibrar a los fermosellanos, con sus quiebros, sus banderillas,
sus rejones de muerte. La vida y la muerte, el ser y el no ser, bajo el sol,
bajo el destino, para crear arte, hacer algo de la nada, buscar las líneas
geométricas que traducen nuestra cosmovisión. El toro y todo lo que le rodea es
religión, porque reúne a gente de toda edad y condición social en una creencia
unitaria. La tauromaquia es una fe que se ha ido escribiendo con la pluma del
tiempo sobre el papel del espacio. Hay un rito, una liturgia y un catecismo,
que no todos comprenden, porque, en el corazón del toro, en la muerte de la
bestia, se imprime toda la historia de
la humanidad desde que empezó a creer en Dios, en la eternidad, hasta que fue
asesinado en el altar de la razón.

Como escribió Lorca, “cuando los erales sueñan verónicas de alhelíe,
cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, voces de muerte sonaron cerca
del Guadalquivir”. Qué importa el nombre del río si la mar es el morir”.
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