DEPORTE CULTURA Y OCIO
(REVISTA 50
ANIVERSARIO)
En la Asociación del Pulijón, si algo hemos aprendido con el paso de los años, es que el alma de un pueblo no se mide solo por sus calles o sus edificios, sino por los momentos compartidos. Por eso, desde nuestros inicios, decidimos centrar nuestro esfuerzo, entre otros, en tres pilares que, aunque diferentes, se entrelazan como las ramas de una misma raíz: el deporte, la cultura y el ocio.
Podrían parecer ámbitos ajenos entre sí, pero en Fermoselle, gracias a la implicación de vecinos y socios, han encontrado un terreno fértil donde crecer juntos. El deporte, a lo largo de los años, nos ha unido en la actividad física, en las carreras populares, en las caminatas por los senderos tan numerosos en el término municipal, en competiciones de fútbol y de ciclismo, en actividades deportivas en la piscina, etc.
La cultura, por su parte, ha sido nuestra forma de honrar lo que fuimos y lo que somos. Hemos organizado charlas, exposiciones y encuentros donde la historia de Fermoselle, sus tradiciones, sus personajes y su riqueza artística han cobrado vida. Desde conciertos en las plazas hasta tertulias con escritores locales, cada actividad ha sido un pequeño homenaje a la identidad que nos une.
Y el ocio... ese respiro necesario
entre las obligaciones del día a día. El ocio ha sido la excusa perfecta para
reunirnos sin más motivo que el disfrute. Tardes de juegos, noches de cine al
aire libre, excursiones, meriendas populares, verbenas... Cada evento ha sido
una forma de decir: "Aquí estamos, juntos, celebrando la vida".
Dirigimos todas estas actividades con especial cariño a los vecinos, pero muy especialmente a nuestros socios, quienes con su apoyo constante hacen posible que sigamos adelante. Nuestra intención no ha sido otra que crear momentos agradables, de esos que uno recuerda con una sonrisa al cabo del tiempo. Porque al final, eso es lo que queda: los recuerdos compartidos.
Mirando atrás, podemos decir con orgullo que cada iniciativa, cada pequeño proyecto, ha tenido una acogida cálida. No siempre ha sido fácil, claro está, durante tantos años. Ha habido días de lluvia, de poca asistencia o de imprevistos, pero incluso entonces hemos salido airosos, con la satisfacción del deber cumplido y el corazón lleno. Porque el verdadero éxito no se mide en números, sino en abrazos, en conversaciones a media tarde, en las ganas de repetir.
Y así seguimos, con la misma ilusión
del primer día, sabiendo que mientras haya ganas de encontrarnos, de aprender,
de movernos y de reír juntos, el Pulijón seguirá siendo mucho más que una
asociación: será parte del latido de Fermoselle.
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