miércoles, 17 de abril de 2024

 ADIOS  A LA PLAZA DE TOROS METÁLICA DE FERMOSELLE

En el momento que escribo estas líneas la plaza metálica de toros de Fermoselle ha pasado a mejor vida transformándose en un montón de chatarra. Quedará para la reciente historia del pueblo como una instalación que al igual que otras, con  el devenir de los tiempos, desaparece al no contemplarse sus servicios.


Fechas atrás nos habíamos enterado por la prensa que “el ayuntamiento de Fermoselle desmonta la plaza de toros metálica para dar paso a la construcción de un aparcamiento”.

Algo parecido se recoge en el documento que el consistorio dirigió a la Fundación Conchita Regojo el 2 de noviembre de 2023 en el que se le exponen los motivos, el nuevo proyecto y, así mismo, el agradecimiento a los donantes.



Como es lógico y, es algo que siempre ocurre,  la opinión de los vecinos es muy diversa, tanto a favor como en contra de la medida adoptada por el ayuntamiento. Se supone que el equipo de gobierno  habrá estudiado, sopesado y valorado todos los pros y los contras antes de llevar a efecto  el desmonte de tal instalación.




Y esta es una muestra del  estado deplorable en que se encontraban las estructuras metálicas de la plaza y según el técnico competente esa estructura no reunía ya las exigencias mínimas de seguridad para la celebración de cualquier tipo de eventos.

En la parte superior del frontispicio se refleja la siguiente inscripción: “PLAZA DE TOROS DONADA A FERMOSELLE por D. ANTONIO REGOJO y Dª ESTHER  AÑO  1995”. Que conste para la memoria.

Pero no fue esta la primera plaza que se construyó en el  Paseo. Nos retrotraemos al año 1985 cuando por primera vez se cambia la ubicación de la plaza de toros. Ese año la plaza mayor quedó libre del andamiaje a cambio de la instalación de un coso metálico en la zona del Paseo. Así las cosas, se recogía en los medios escritos de la época lo siguiente:”La polémica surgida a raíz del cambio de ubicación de la plaza de toros ha puesto de actualidad a la comisión de festejos, compuesta por ocho miembros encargados de elaborar un programa de fiestas sin apenas límites preestablecidos…El enfrentamiento velado entre los miembros de la comisión y el propio Ayuntamiento es evidente, y todo por la distinta interpretación que se hace de un documento aprobado en el Pleno.” Ítem más: “La polémica ha estado presente en Fermoselle desde que se iniciaron las fiestas de San Agustín. El cambio de ubicación de la plaza de toros, todavía no ha sido encajado por un sector importante de la población. La lucha entre tradición y modernidad se ha manifestado verbalmente. Los que defienden la tradición esgrimen la importancia de la plaza mayor como centro neurálgico del pueblo y los “modernistas”, por el contrario, defienden la comodidad de una plaza portátil.”

Este año no se montó el andamiaje de madera

Hasta el propio regidor de la Villa opinaba de la siguiente manera: ”Desde mi puesto en la Alcaldía tengo que comprender las dos posturas e incluso pienso que hubiera sido muy fácil contentar a todos los vecinos si, manteniendo la plaza portátil para los espectáculos “grandes”, se hubieran instalado las talanqueras en la plaza del Ayuntamiento para correr las vaquillas y participar en las verbenas populares.”

Al año siguiente, 1986, se vuelve a la situación anterior. El Alcalde lo certifica con estas palabras:”Estoy contento con la comisión de fiestas de este año. Son unos tíos con agallas y yo estoy seguro que todo va a salir bien. No quiero hablar de la comisión de fiestas del año pasado con la que tuve mis más y mis menos. Destaco la decisión de haber vuelto a la plaza tradicional en contra de la portátil pues la fiesta tiene que estar en el centro del pueblo y no a las afueras.”

En el Pulijón también se planteó el debate y para evitar disensiones dentro de la sociedad, en la que se sopesaban ambas opciones, se decidió por mayoría plantear públicamente en su pancarta la posibilidad de atender las dos posturas un tanto encontradas, enarbolando  el lema “Progreso y Tradición”, propugnando que no era mala idea, siempre que económicamente fuese factible, el mantener ambas plazas. Y esta filosofía  no iba muy descaminada y no la entendíamos como descabellada.

El paso del tiempo nos dio la razón, pues el mecenas fermosellano Antonio Regojo regaló la que ahora se desmonta y desde aquel entonces se han alternado espectáculos de diversa índole tanto en la una como en la otra.

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