sábado, 21 de agosto de 2021

 ENMUDECIÓ LA CAMPANA TORERA

La campana Torera de Fermoselle derrama lágrimas de Tristeza y se muestra impotente enfrentándose a un mal que nos envuelve en la penumbra de la nostalgia. Hoy es sábado en Fermoselle, SÁBADO DE TOROS, uno de los días más señalado en las fiestas patronales. Son las 11 de la mañana y el pueblo duerme placenteramente mientras el sonido de la campana ha sido incapaz de convocar a los fermosellanos a despertar del letargo anual que nos amordaza. No ha podido ser. Las calles siguen vacías y en silencio como si de un funeral se tratara. 

Nunca escuché en mis setenta y cuatro años de existencia que la campana enmudeciera un sábado de las fiestas. Ese extraordinario acontecimiento se ha producido en este 21 de agosto de 2012 en la hora matinal señalada. Los vecinos, a pesar de todo, en la frontera del mediodía se han saltado la barrera del recuerdo llenando calles y terrazas demostrando que, aunque pocas, quieren vivir las fiestas. Pero nada que ver con lo que es habitual. Es sábado de toros, pero sin toros, lo que quiere decir que las fiestas de Fermoselle continúan basadas  en sus encierros, y no tanto en otros festejos taurinos. 

El resto de actividades, incluso los festejos taurinos, son un aditamento que no consiguen paliar el amor y el arraigo a la tradición ancestral de las carreras por las calles. Fermoselle, sin sus encierros y su plaza de madera, se queda privado de la esencia que mueve a fermosellanos y forasteros a transitar por sus calles, a buscar un sitio seguro para contemplar el paso de la manada de astados, a arremolinarse en balcones, ventanas, cañizos y zonas elevadas para aplaudir y vitorear a los mozos arriesgados que desafían el empuje de los novillos, a comentar en torno a una buena tapa regada con un vino de los Arribes el resultado final del encierro. ¡Ay mi Campana del alma! ¡Te han dejado sin voz un sábado de toros! ¡Te han dejado sola allá arriba, en lo alto de la torre consistorial!

No obstante, ¡alégrate! porque los fermosellanos te custodiaremos en el corazón esperando que el próximo año recuperes tus traje de gala y lances al viento tu canto de esperanza que seguro volverán a escuchar allá donde se encuentren cada uno de tus vecinos. Duerme y descansa con la ilusión puesta en la madrugada del SÁBADO DE TOROS, fiel a tu cita de las 11 de la mañana del mes de agosto del año 2022. Estate segura de que  aquí estaremos acompañándote.

1 comentario:

JAIME dijo...

Así es Antonio, que pena ver las calles vacías y no oír nuestra CAMPANA. Pero que bien escribes, un autentico periodista. No lo dejes de hacer nunca. Un abrazo