jueves, 26 de agosto de 2021

 CENTENARES DE VERSOS 

PARA UN ATARDECER FESTIVO

Centenares de versos revolotearon como aves mensajeras desde un recóndito y acogedor rincón de Fermoselle hacia el olimpo onírico. Cientos de versos, salidos de las entrañas del corazón de poetas fermosellanos, impregnaron de aromas líricas el XII atardecer poético. Decenas de poemas iluminaron con luz propia, durante una larga hora, el agora pulijonera preparada para ello, dejando una estela poética difuminada entre los asistentes.


Una decena de declamadores, ya veteranos, utilizaron sus propias composiciones con una maestría que dejaron ensimismados al personal amante de ese género literario congregado en la plazoleta Juan de la Encina (nunca mejor lugar con renombre, también, de un fermosellano).


Rosi, Agustín, Lumi, Manoli, Eduardo, Montero, Carmina, Luis y Antonio mostraron sus cualidades de poetas y de rapsodas. El Duero y su arribanzo, las calles y rincones de Fermoselle, los diferentes aspectos que conforman las fiestas patronales, las bodegas, las añoranzas de tiempos pasados aparecieron incardinados en sus sentires y decires. Un auténtico espectáculo cultural fundamentado en la sabiduría popular de nuestras gentes. Un tiempo  de aprender escuchando a nuestros vecinos que nada tienen que envidiar a poetas más encumbrados. Un espacio para saborear en el silencio del entorno la cadencia rítmica de la lectura sosegada ofrecida por los intervinientes. Un momento para testimoniar nuestro más sincero agradecimiento a cuantos se acercaron hasta el Pulijón. 
 



Hubo recuerdos emocionas para los fallecidos  durante la pandemia así como para Emilio, tesorero del Pulijón.

Damos las gracias por su asistencia a  Pilo, alcalde, y a Tita, concejala de cultura, a este acto y les emplazamos (al igual que lo hemos hecho en ediciones anteriores) a la edición de un poemario en el que se recoja muestras de  las composiciones poéticas de los participantes y de otros fermosellanos, que los hay, gustosos de la estrofa y la rima.


Sonaban en el reloj de la casa consistorial las nueve campanadas  que anunciaron el momento de  echar el telón de un atardecer pleno de centenares de versos.

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