sábado, 11 de septiembre de 2021

 LA VIRGEN DE LA BANDERA Y EL CRISTO DE SANTA COLOMBA

Fermoselle da por clausurado su largo verano festivo con dos  conmemoraciones religiosas que de siempre han disfrutado de  muchísimo arraigo entre los vecinos y que su celebración se pierde en la noche de los tiempos. Desconozco las fechas de sus orígenes; lo que parece factible  es que procedan de épocas muy lejanas y que se han mantenido a pesar de los avatares históricos que han debido sortear. Me refiero a las festividades de la Virgen de la Bandera y del Bendito Cristo de Santa Colomba. Ambas imágenes se custodian en sus respectivas iglesias situadas en la zona de las Eras, la Virgen de la Bandera, y en Santa Colomba, el Bendito Cristo. Las dos festividades se asemejan en cuanto a los rituales jubilosos: el novenario, la eucaristía y el rosario, los bailes populares, la asistencia de las autoridades, el agasajo de los respectivos mayordomos a base de chochos y limonada para todos los asistentes,  y  hasta  las rifas de obsequios (no podía faltar el cordero) entre los que figuran dos cuadros con la reproducción de las imágenes titulares.


El pasado año no se pudieron festejar y este 2.021, de momento, se ha permitido la de la Virgen de la Bandera, aunque sin procesión ni fiesta final. Los vecinos han acudido hasta su santuario en la plaza de San Juan cuyo retablo se adornaba con decenas de ramos de flores aportados por los fieles, que lo son por cientos; no en vano los fermosellanos de uno al otro confín la adoran y la llevan en su corazón y muchos en sus carteras en forma de estampas o enmarcada en sus hogares. 

El templo cumplió con el aforo permitido y hasta se escuchó con máxima devoción la dedicatoria cantada de Agustín Borges desde el centro del coro, siendo aplaudido con emoción. El día, muy soleado y pleno de sensaciones, trascurrió entre la alegría y la esperanza de los asistentes de volver el próximo año sin necesidad de restricciones.


Algo parecido ocurrirá, es lo previsible, pasados exactamente seis días. Es decir, el 14 de septiembre, en su iglesia de la Plazuela, se reunirán los devotos del Bendito Cristo alabado de modo especial por los “colombeses”. 


Es una pena que desde hace varios años no se realice la celebración de la misa dominical que aglutinaba hasta rebosar a los practicantes de esta zona alta de Fermoselle. El próximo día 14 seguro que será una jornada muy emotiva al reencontrase con “su Cristo del Humilladero”, por cierto una talla de incalculable valor escultórico al tratarse de un crucificado románico del siglo XI y que constituye el tesoro artístico más importante de la Villa. Los fermosellanos volverán a sentirse orgullosos con su fiesta septembrina que dará paso a otra fiesta, en este caso campesina, la fiesta de la recolección de la uva.

No hay comentarios: