sábado, 19 de marzo de 2016

MANUEL RIVERA LOZANO
“HIJO PREDILECTO DE FERMOSELLE” (II)

Siguiendo con el post anterior relativo al homenaje que se dedicó en el Ayuntamiento de Fermoselle a Manuel Rivera hacemos pública la reflexión que su hija Olga aportó el día de tal efemérides y que ha tenido la amabilidad de cedérnosla para su reproducción en este blog. Reconocemos que es un tanto extensa, pero por su realismo, su profundo sentimiento, su lenguaje sencillo y fluido, sus pormenorizados detalles del sentir de su padre y por la templanza en el momento de su locución, merece la pena ofrecerla íntegra para el deleite de quien se complazca en  leerla.

AGRADECIMIENTO POR EL NOMBRAMIENTO DE HIJO PREDILECTO DE LA VILLA A MANUEL RIVERA LOZANO Y POR LA DENOMINACION DE LA CALLE CON SU NOMBRE.

         Señor Alcalde – Presidente del Excelentísimo Ayuntamiento de Fermoselle y Corporación, amigos y paisanos.
Olga porta el "Pulijón de Oro" de su padre
La satisfacción, emoción y orgullo que hoy nos embargan a toda la familia de Manuel Rivera Lozano son tan inmensos como lo es el agradecimiento sincero y efusivo hacia quienes han logrado enaltecer la memoria de mi padre otorgándole tan magnos honores.
Rivera con el "Pulijón de Oro"
Gracias al Excelentísimo Ayuntamiento de Fermoselle, gracias a su Alcalde, Don Alejandro Fermoselle Berdión y a su Corporación que han sabido reconocer la labor realizada por el beneficio y honor de la villa.
Gracias por el gesto repleto de sensibilidad, gracias por considerar y valorar a quien divulgó el presente y glorioso pasado de la villa fermosellana, gracias por perpetuar su existencia bautizando con su nombre la calle en la que vino al mundo y en la que tan felizmente vivió su niñez y mocedad, gracias por concederle el privilegio de ser hijo distinguido, de ser Hijo Predilecto de esta Villa, de esta bendita tierra que él filmó toda su vida con el corazón y con su virtuosa pluma transcribió al papel día a día, año tras año, para dejar en herencia a las generaciones venideras.
Gracias también a la embajadora de los emigrantes, Iza Flores, gracias por tus palabras de afecto y sincero reconocimiento para quien ejerció un fermosellanismo por convicción y devoción.
Papá, desde la casa del Padre estarás gozando el agradecimiento que hoy te brinda tu pueblo. Un agradecimiento que nunca soñaste porque tu único sueño era dar a conocer más allá de nuestras fronteras el nombre de tu patria chica. Como tú bien dijiste en el prólogo de tu libro, “no buscaste fama y reconocimiento, de los que no eras amigo, tan solo tu propósito fue, porque lo llevabas muy dentro de tu corazón, lanzar a los cuatro vientos lo que es y lo que fue Fermoselle”1. Y así lo dejaste escrito para la posteridad.
Buceo en tu impresionante y ordenado archivo y siento un retroceso en tiempo y espacio, me sumerjo en ti y leo con tus ojos las palabras que un día fueron titular periodístico: “Escribo sobre Fermoselle porque es mi locura y mi pasión”2. Acompaña tu frase tu semblante sereno, sincero, honesto, irradiante de paz…
Intervención de Olga en el Ayuntamiento de Fermoselle
Me invitas a percibir con tu alma, vuelo contigo, me llevas por el laberinto de morunas callejuelas nacidas de la piedra. Recorremos Las Palomberas, La Nogal, Tenerías, Santa Colomba, el paseo de la Ronda…Descansamos en el “desmochado castillo que hoy llora pasadas grandezas pero otrora paladín de una causa, avanzadilla de la incipiente España, retiro de la tristeza de una reina, frontera de religión, refugio de comuneros o fortaleza de un Obispo.”3
Divisando un espectacular escenario te explayas relatándome un pasado…
“Fermoselle, solar patrio, noble desde siempre, cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad. Tierra marginada de olvidos, separada por fronteras naturales o inventadas, pero unida en la resignación y en el esfuerzo de unas gentes sencillas en su vivir, de limpias y despejadas mentes y de muy buen corazón. Renombrados escritores y poetas cantaron sus ancestrales virtudes, sus usos, costumbres y el respeto a sus mayores. Sus gentes son humildes, trabajadoras en exceso y honrados a carta cabal.”4
Mirando hacia el poniente divisamos el país vecino, adivinamos el océano inmenso e imaginamos las américas. Nos acompaña un almendro nacido de la piedra, nacido del milagro, nacido de glorias pasadas.
Me cuentas que “somos descendientes de pobladores ligados a sus señores feudales en tierras de realengo o abadengo, de misioneros en lejanas latitudes o de conquistadores de Indias, de labriegos curtidos al sol. Somos también descendientes de ejemplares funcionarios del orden, de la administración o de destacados maestros en la escuela, instituto o Universidad; somos descendientes de forzados emigrantes.”5 De aquellos que un día abandonaron su patria chica para buscar nuevos mundos, para buscar mejores horizontes por la variada rosa de los vientos, cruzando fronteras, mares y océanos, sin temor a las distancias sin temor a los riesgos. Y todos ellos llevando por bandera, llevando con orgullo, el nombre de su tierra.
Olga con Iza Flores, profesora e investigadora
Me llevas de la mano a los lugares santos. Comenzamos con el franciscano convento, santuario de la Virgen de la Bandera, patrona excelsa de este Fermoselle trabajador y honrado, emigrante, sufrido, emprendedor y amante de sus tradiciones.
Hija, mira ese “dulce rostro y a los misericordiosos ojos de esta Virgen que lleva primorosamente en su regazo a Jesús Niño.”6
Junto al camposanto, en la ermita de la Soledad, le pedimos al cristo Yacente, al Señor de la Urna, descanso eterno para los que ya no están con nosotros.
Caminamos hasta Santa Cruz y San Albín, rezamos junto al Santísimo Cristo de Santa Colomba, y en la parroquia nos encontramos a nuestra Señora de la Asunción y a una Virgen Inmaculada que bien sabes tú por qué te guiña un ojo. Y de fondo, nos acompaña un miserere o el mater dolorosa entonados con el rancio tipismo sacristanil de Ramiro.
Sobrevolamos los trabajados y escalonados campos de vid y olivo, regados por el Padre Duero y su Tributario Tormes, divisamos La Cicutina, la Cárcaba, El Piélago, El Caracol, Las Llagonas... A orillas del Tormes, entre lavandas y brétulas una lágrima recorre tu mejilla.
Papá, ¿por qué lloras?
Lloro de emoción, lloro al recordar un sueño hecho realidad. “Un feliz 27 de junio de 1953, Fermoselle vistió sus mejores galas para celebrar por todo lo alto y recibir con una de sus mayores alegrías el agua del río Tormes que, hasta entonces pasaba burlón y tranquilo con toda indiferencia a nuestro lado. Una obra titánica y de envergadura logró el abastecimiento de agua. Yo era un niño de pantalón corto y recuerdo las interminables esperas en el Pozo “Portal”, en “El Penao” o en “María Abril; las zozobras y rabietas de los chiquillos que rompían sus cántaros, las fatigas para ir a buscar el preciado líquido a varios Kilómetros y sé bastante de largas  ausencias en el hogar paterno de un ser querido. Fermoselle no olvida fácilmente las múltiples gestiones  llevadas a cabo por aquella admirable y recordada Comisión Pro-Abastecimiento de Agua.”7 ¡Fue un día grande, memorable, un día que Fermoselle logró sacar el agua de la piedra!
Calle que lleva su nombre, anteriormente de la Libertad
Los sones de una campana irrumpen los nostálgicos y sentidos recuerdos de tiempos pasados.
Escucha…, son los sones de la campana torera, los sones de la campana que anuncian el milagro de la fiesta eterna. “A finales de agosto surge el Fermoselle multicolor, el de las grandes galas y de alegrías incontenibles, donde todo es alborozo y vida risueña. Es nuestra fiesta con esencias de olor, color y sabor más típicamente fermosellano, con una algarabía y variedad que causan admiración a propios y extraños. Es la hora en que el corazón sencillo y magnánimo de un pueblo abre su mano desparramando la semilla del buen humor a los cuatro vientos; es la hora hermosa y esperada para el saludo y el abrazo del hijo ausente, del visitante que llega o del huésped que comparte con nosotros el hogar.”8
Aligeramos el paso y entre cohetes e incesantes repiques, contemplamos desde la familiar casa de “Los Regidores”, uno de esos espectáculos, el más fuerte y original, el que atrae con más intensidad a sus gentes, el encierro de los toros.
Las madres claman protección a los santos patrones, San Agustín y Virgen de la Bandera. Las reses sortean maletillas, gritos, capotes y mozos con valor torero hasta llegar hasta la artesanal e improvisada plaza de madera, hasta esa obra de arte que es el corazón de la fiesta. Los aplausos, el gentío, los asados con tíos y primos cantando la Coronela y la antorcha del Pulijón coronan la fiesta.
Son los días de gloria de Fermoselle, víspera siempre de la tranquilidad, sosiego y monotonía de la villa. Vísperas de soledades y de sudor de frente, víspera de recogida de frutos de vid y olivo, sustento de sus gentes.
Placa colocada en la fachada de su casa natal
 Continúas contándome anécdotas y las grandezas de la tierra. Te adentras de nuevo en el castillo y con tu ilusión divisas de nuevo la ahora inexistente Torre del Homenaje, las caballerizas, la plaza de armas…y como soldado que lucha por su tierra, como Alférez eventual de complemento al Regimiento de Infantería, caes en plena guerra.
Te busco y no te encuentro. De nuevo me rodea tu palabra eterna, tu espectacular cuaderno de bitácora. Descubro la biografía de un pueblo desde tiempos remotos; me rodean montañas de documentos, fotografías, cartas, periódicos…
Encuentro las palabras del que ejerció y sembró en ti su magisterio: “Vas a ocupar la plaza de tu maestro, trabaja por tu pueblo y por sus niños”9; encuentro tu detalladísima vida profesional, tus silenciadas felicitaciones de tus superiores  como ejemplar maestro de esta villa, encuentro tu ilusión, tu vocación, tu afán de superación, tus anhelos y tu corazón.
Me pierdo entre los papeles que fueron tu vida y tu tesoro.
Ahora entiendo aquellos días de mi tierna infancia, ahora entiendo el interminable e incansable tecleo de aquella  “Olivetti” de color verde, transcribiendo datos, redactando artículos, dando forma a la primera publicación de tu libro..., y yo a tu vera, merodeándote, jugando y hasta recortando en pedazos tu pequeña colección de sellos.
Con apenas dos décadas de vida, ven la luz tus primeros artículos en el zamorano periódico sobre la vida escolar en Fermoselle. Te sirve este medio para plasmar agradecimientos, cuentas a los niños la Leyenda de la cigüeña en Fermoselle, pregonas los orígenes de creador del teatro, de Juan de la Encina, recuerdas aniversarios del abastecimiento de aguas, congratulas al niño fermosellano “Premio Nacional Plus Ultra”, o al niño ganador de un concurso literario (hoy regidor de esta casa y discípulo agradecido), dedicas necrológicas a quien te cantó sus nanas o te enseñó a leer, festejas el triunfo provincial del grupo de Coros y Danzas de Fermoselle, solicitas instalaciones deportivas, recuerdas la efeméride de las escuelas, agradeces al programa “300 millones” la difusión de La Coronela, himno de esta tierra, homenajeas a los corresponsales del periódico en Fermoselle, a José Rivera, tu padre y das las gracias a los que cantan la gloria y admiran su belleza.
Casa natal de Manuel Rivera Lozano
El periódico “La Opinión- El Correo de Zamora” será durante largos años el  difusor dominical de tus prolongados trabajos de investigación, divulgación y defensa de  la cuna de tu sangre. Fue el espacio que utilizaste para seguir pregonando que “esta antiquísima villa tuvo y tiene en sus entrañas suficiente agua limpia, sabia vigorosa y sangre vivificadora para mantener con dignidad a este pueblo que se niega a perder sus señas de identidad.”10
Y hoy has recogido el grandioso fruto de la semilla que sembraste durante toda tu vida sin escatimar trabajo, has recibido el inimaginable regalo del cumpleaños que ayer hubieras celebrado  en esta vida terrenal.
En vida gozaste  el anticipo de este día de gloria, pues tu pueblo te aplaudió, sintió y se emocionó contigo cuando, por encargo del actual Sr. Alcalde pregonaste, con todo tu sentimiento, las fiestas estivales. Gozaste y luciste orgullosísimo el “Pulijón de Oro”, galardón que te concedió la gran Peña Fermosellana. Y gozaste y agradeciste el frecuente elogio y alabanza recibidos por las gentes de aquí y de allá.
Desde la otra vida les estarás eternamente agradecido y en tu nombre, les doy las gracias. Y me consta que continuarás descubriendo las entrañas de esta villa y pidiendo indulgencia para aquella cigüeña excomulgada por arrebatar el sudario de la cruz, para que con su regreso las calles se llenen de retoños que perpetúen la existencia y aseguren la prosperidad de la villa.
Olga y una de sus hijas con el vicepresidente del Pulijón
Has sido heraldo, clarín y pregonero. Por eso hoy todos te aplauden, tu pueblo que te quiso y te quiere, tus amigos, tus discípulos, tu familia, tu hermana Tere y hermanos, tus sobrinos, tu yerno, tus queridísimas nietas Elisa y Teresa, quien sabe si continuadoras de tu inacabada investigación, tu esposa Charo, mamá, que te añora en su silente soledad y yo, hija de padre ejemplar, que sufrí con tu partida la estocada que todo hijo desafía creyéndote eterno, creyéndote inmortal, retando las leyes de la vida.
En herencia me dejaste tus valores, tus verdaderos caudales, y tu palabra perpetua, la que hoy ha estado con nosotros.
Desde el cielo, también tus padres, quienes te inculcaron el amor por la tierra que te vio nacer, estarán plenos de gozo; el abuelo José, como funcionario entregado que fue de esta casa, estará levantando acta del grandioso acontecimiento, la abuela Pilar preparará sabrosos periquillos para festejarlo y la Virgen de la Bandera, habrá dejado por un momento a su hijo para darte un abrazo y recoger tu ofrenda, las ramas de vid y olivo con las que compartiste raíces y que te arroparon, entre flores multicolores de abrazo, hasta tu última morada como humilde y noble escolta.
¡Y todos al unísono te aplaudiremos y cantaremos a ritmo de coronela, brindaremos con los caldos de esta madre tierra y jamás olvidaremos que Fermoselle fue tu locura y tu pasión!
¡Muchas gracias a todos por compartir con nosotros este día tan entrañable!
En Fermoselle, a 12 de Marzo de 2016

Olga Mª Rivera Esteban

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10: Libro Fermoselle y artículos del periódico “La Opinión- El Correo de Zamora”. Autor Manuel Rivera Lozano.

9: Texto de D. Manuel de San Faustino.

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