lunes, 5 de enero de 2015

TRADICIONES NAVIDEÑAS EN FERMOSELLE
Fermoselle ha cerrado el periodo navideño con tres acontecimientos ya tradicionales en la villa. Son tres actos muy significativos seguidos con expectación e ilusión por los habitantes del lugar.
 A primera hora de la tarde en la residencia Conchita Regojo se celebró el “Misterio viviente en el Belén”.  En esta escenificación navideña participan activamente un gran número de residentes con la inestimable colaboración de la Asociación de  Tamborileros “Juan de la Encina” y el  grupo infantil de danza “Ocellum Durii” que entonaron varios villancicos. A continuación y antes de iniciarse la “Cabalgata de Reyes”, los Magos de Oriente fueron recibidos en el salón de recreo por todo el personal de servicio, las hermanas Misioneras de la Inmaculada y la gran mayoría de los residentes. La acogida fue muy calurosa y llena de aplausos. Su Majestades tuvieron palabras de cariño y ánimo para todos los asistentes que seguían con emoción, y seguro que con añoranza, todo lo que allí acontecía. Al final hubo regalos y abrazos para todos.
Entre dos luces se inició la cabalgata desde la explanada de la residencia en una noche “de perros” por el intenso frío y la humedad. Es tiempo de crisis y en esta ocasión Melchor, Gaspar y Baltasar optaron por un vehículo a motor sin prácticamente aditamentos para hacer el trayecto que les conduciría hasta la Plaza Mayor tras un kilómetro de separación. 
Encabezaban la marcha los Tamborileros y personas ataviadas con trajes tradicionales, le seguía la “carroza real”, el grupo de quintos y algunos niños acompañados por sus padres. Por las arterias más céntricas de la villa fue seguida la comitiva por numeroso público que salía a la calle para aplaudir y recoger los caramelos que reyes y pajes lanzaban al aire. 
Alto de Santa Colomba, la Plazuela y el Arco fueron los puntos más intensos del recorrido. Llegados a la plaza y desde la escalinata situada junto a la casa consistorial, los Reyes Magos de dirigieron a todo el público allí congregado, especialmente a los niños, a los que invitaron a ser buenos durante el año y a que no se olviden de dejar los zapatos bien limpios en el balcón o en algún punto de la casa, puesto que después de cenar pasarían por todas las viviendas para dejar los regalos que cada uno hubiese pedido. De esta forma se cerró una noche de magia y esperanza.

El tercer acto, de tradición que se pierde en el tiempo, es el “Canto de los Reyes de los Quint@s”. Entre la víspera y el día de Reyes realizan una serie de actividades festivas y de hermandad que perdurarán en la memoria de todos. Portando las capas de sus abuelos, en la mañana del Día de la Epifanía, recorrerán las calles de Fermoselle y casa por casa solicitarán el aguinaldo de cada uno de los vecinos. No faltará la charanga, la botella de aguardiente y el burro para colocar en sus alforjas aquellos dones en especie que algunos siguen ofreciendo. Celebrarán sesiones de baile, comidas y otros festejos que animan la fiesta. ¡Enhorabuena, muchach@s por mantener la tradición!

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