miércoles, 22 de octubre de 2025

CANTO A LA MEMORIA VIVA 

"ENTRE LEYENDAS Y POEMAS"

Fermoselle se rindió, como antaño se rinden los pueblos que conservan su esencia, ante la lírica poética, dejando que su alma se impregnase de un perfume antiguo y noble: el aroma de la palabra que nace del corazón de los poetas.



Días atrás, la Asociación de Mujeres Fermosellanas (AMFER) tejió con delicadeza una jornada consagrada a la evocación de las leyendas populares y al recitado de poemas, como si el tiempo mismo se detuviera para escuchar. Un nutrido grupo de mujeres y hombres (pocos) de Sayago y de Fermoselle se erigieron en protagonistas de este encuentro luminoso, donde la convivencia se tornó en un río sereno de emociones compartidas.



En la mañana, guiadas por Aurora y Toño —custodios de la memoria oral y conocedores de las sendas del relato—, recorrieron calles y rincones de la Villa cargados de historia. En cada parada, la voz de los guías desgranó leyendas que aún palpitan en el aire, relatos transmitidos de generación en generación, tan firmes como las piedras que sostienen al pueblo. Las asistentes, fascinadas, sintieron en cada palabra el pulso antiguo de Fermoselle.

La tarde halló su refugio en la planta noble de la Asociación Cultural El Pulijón, templo laico de la palabra compartida, donde la atmósfera se impregnó de un recogimiento casi litúrgico. Allí, Lumi —poetisa fermosellana de verbo firme y delicado, dueña de versos publicados y de un alma encendida— tomó la batuta invisible de la emoción para entrelazar mitos, leyendas y poemas en un único y armonioso canto.




Una a una, mujeres y hombres alzaron su voz: versos propios y otros  rescatados de poemarios de escritores con renombre se elevaron como aves en vuelo, rozando lo sublime. La palabra fue puente, fue ofrenda, fue canto a la belleza y a lo inmaterial; una celebración íntima del arte de sentir y decir.



Cuando el espíritu quedó saciado de poesía, fue el cuerpo quien tomó el relevo en un ágape fraterno que estrechó aún más los lazos de las asistentes. Y así, entre versos y brindis, quedó sembrada una semilla más en ese fértil terreno que es la cultura viva de Fermoselle, que resiste al olvido con la fuerza tranquila de sus gentes.




Gratitud del Pulijón hacia los organizadores deseando y confiando  que sea un augurio de que esta senda de belleza y palabra continuará siendo andada, verso a verso, leyenda a leyenda.

Fuente fotográfica: Aurora y Antonio

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