jueves, 13 de mayo de 2021

 -HEMEROTECA-

LA PEÑA EL PULIJÓN MARCA LA DIFERENCIA

ACTÚA COMO MINI-MINISTERIO DE CULTURA

El día 22 de agosto de 1991 aparece en el diario La Opinión de Zamora el texto siguiente en el que se describen algunos aspectos que definen al Pulijón:

“Es una peña distinta. Más que una peña es un colectivo de dinamismo, animación y cultura. Todo lo contrario a lo que uno espera encontrar en Fermoselle. El Pulijón-nombre que hace alusión a una antorcha de pez que anunciaba las fiestas- cuenta con 80 socios, un presupuesto festivo que supera el medio millón de pesetas, un local-bodega que no tardando pasará a la guía turística de la provincia, y un programa de actividades propio.

Con el apoyo de una firma fermosellana -Camilo Marcos- Caja Salamanca y Soria y la Junta de Castilla y León -subvención de 50.000 pesetas de 500.000 solicitadas- ha programado desde juegos infantiles y de salón hasta una muestra de folclore, unas jornadas de medio ambiente, competiciones deportivas, una sesión de magia o una ruta cultural-turística. Y eso en lo que va del mes de agosto.

Para hoy, por ejemplo, los socios de El Pulijón se vestirán sus mejores galas festivas y visitarán a los ancianos de la residencia. También ellos tienen derecho a una jornada lúdica, dice el presidente de la peña, Antonio Gavilanes Pérez. El colectivo organiza también esta tarde un concurso gastronómico abierto a todos los fermosellanos. Y mañana una ginkana juvenil y una maratón de vídeo que se prolongará durante doce horas hasta el encierro taurino del sábado.

Pero El Pulijón es mucho más que una máquina de organizar actividades. Es también un colectivo reivindicativo, y así lo demuestra, un año tras otro, en la pancarta que luce durante las fiestas. En la de este año se hace alusión, cómo no,  al año 1992, y se pregunta:”En Fermoselle, para cuándo el 92”. También se pide consenso municipal, la reparación de la carretera a Bermillo y la D.O. para los vinos.

El Pulijón se creó en 1973. En la actualidad, cuenta con 80 socios que aportan anualmente 6000 pesetas. Todos, a excepción de tres, residen fuera de la localidad. Su sede es un verdadero museo, con una bodega típica, digna de ser visitada.

Desde mañana y hasta el final de las fiestas sus socios buscan con ahínco la diversión. De vez en cuando comen. Como muestra de este afán gastronómico ahí van estos datos: Mañana degustarán 220 raciones de paella, el sábado darán buena cuenta de 100 kilogramos de chuletas. Además durante estos días se meterán entre pecho y espalda 120 kilogramos de carne de pollo, 35 de carne de conejo, y 80 de sardinas. Todo un “récord”.

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