miércoles, 19 de julio de 2017

SE PONE EN MARCHA LA PLAZA DE MADERA
No estamos ni en vísperas de las fiestas y ya afloran en la plaza mayor todo el material que dará forma al “coso de madera” que cada año se instala en ese recinto público de Fermoselle.
Sorprendido por tan tempranero acontecimiento me acerco hasta “el ágora popular de la libertad de pensamiento” conocido como “mentirote”. Un vecino allí apostado, desde donde sigue las tareas de la brigada en compañía de unos cuantos más, me comenta, en plan jocoso, que se ha adelantado la fecha del montaje ¡¡para que no nos pille el toro!! Podría ser un motivo para este adelanto. Otro de los contertulios, que no pierde detalle de la conversación y de lo que se cuece entre tablas y tablones, añade, que según ha oído por  el pueblo, la causa se debe “a crear ambiente festivo de cara, en especial, a los forasteros que nos visitan estos días”.
Sea como fuere, la realidad es que emergen del suelo de la plaza los primeros “postes” que servirán de base a las “formas” que sustentarán los asientos. Y todo bajo la maestra dirección del pulijonero José Fernández, “Tarabilla”. A sus órdenes, siempre en plan voluntariado y sin ánimo de lucro, el ayuntamiento ha dispuesto  una serie de operarios que cumplen a rajatabla las directrices marcadas por José. Se nota la experiencia de este personaje curtido en su profesión como constructor y en estos últimos años como “director” de esta obra emblemática admirada por cuantos se acercan durante estas fechas a la Villa. A base de metro, plomada, mazas y otras herramientas manuales ensamblan los miles de piezas que pausadamente recogen en el almacén donde “duermen durante el año” y las depositan, siguiendo un orden escrupuloso, en el suelo de la plaza.
Poco a poco irá tomando forma a medida que se vayan colocando las talanqueras, los tendidos que acogerán a los espectadores, las escaleras que dan acceso a los tendidos, las puertas del coso, las barandillas, los chiqueros, el cañizo central, el escenario…
De vez en cuando se oye la voz enérgica de José para corregir las dudas que aparecen sobre la marcha. No puede quedar nada a medias. Hay que asegurarse de que cada pieza permanezca anclada con firmeza en el lugar que ocupó el año anterior. La numeración correspondiente da fe de ello y así se ejecuta. Son miles de usuarios los que utilizarán este recinto taurino durante las fiestas patronales y hay que velar por su seguridad.
Dejo a los compañeros de “mentirote” con sus elucubraciones sobre todo lo que acontece en su entorno y me dedico a plasmar las obras incipientes para que queden como testimonio. Saludo a mi amigo José a la vez que le trasmito mi enhorabuena por la labor tan encomiable que realiza. Llega la hora del almuerzo y es un buen momento para hacer un alto en el camino, reponer fuerzas y refrescarse del calor que les aprieta de manera inmisericorde.

Amigos lectores, os espero pasados unos días con el finiquito de esta obra de arte para dar cuenta de su belleza y vistosidad.

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