miércoles, 19 de abril de 2017

ROMERÍA DE SAN ALBÍN
Plaza Mayor de Fermoselle
Fermoselle ha cerrado el ciclo  de la Semana Santa con la romería a la ermita de San Albín. Han sido unas jornadas plenas de bullicio que han dado vitalidad a la villa como no se recordaba desde hace muchos años. Atraídos por la tradición de nuestras procesiones y acompañados por el tiempo veraniego no ha habido un rincón por los que no hayan deambulado los cientos de visitantes que se han acercado a esta zona de los Arribes. Las terrazas, bares, restaurantes y casas de alojamiento se han llenado al completo como si se tratara de las fiestas agosteñas.
Ermita de San Albín
Pero una vez concluidos esos días de asueto, en Fermoselle se espera con cierto regusto festivo el “Martes de Pascua” o más conocido como el “Día de San Albín”. Aunque no está considerada como fiesta oficial, ello no es óbice para que se celebre con toda la solemnidad que requiere esta tradición. Autoridades y vecinos peregrinan desde la plaza mayor, acompañados por los Tamborileros Juan de la Encina, hasta la ermita de la Merced, templo posiblemente anterior al siglo X cuyo nombre se debe a un moro converso martirizado  y situada a las afueras de la localidad en dirección a Zamora. Los romeros, después de participar en la misa comunitaria oficiada por el párroco D. Isaac, toman en el atrio  los periquillos  y el licor café ofrecidos, como ya es costumbre, por el ayuntamiento.

Por la tarde continúa la algarabía, los cánticos y los bailes en la explanada de la ermita que acoge nuevamente a los adultos acompañados de los niños, libres ya de sus tareas escolares. A estas horas se disponen a degustar el tradicional “menú” conformado por el hornazo, los huevos cocidos y el lomo curado. Posteriormente al son de gaita y tamboril danzan sin parar hasta el atardecer.
Agradecemos a Roberto Fariza su cesión de las fotos.

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