ROMERÍA DE
SAN ALBÍN
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Plaza Mayor de Fermoselle |
Fermoselle
ha cerrado el ciclo de la Semana Santa
con la romería a la ermita de San Albín. Han sido unas jornadas plenas de
bullicio que han dado vitalidad a la villa como no se recordaba desde hace muchos
años. Atraídos por la tradición de nuestras procesiones y acompañados por el
tiempo veraniego no ha habido un rincón por los que no hayan deambulado los
cientos de visitantes que se han acercado a esta zona de los Arribes. Las
terrazas, bares, restaurantes y casas de alojamiento se han llenado al completo
como si se tratara de las fiestas agosteñas.
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Ermita de San Albín |
Pero una
vez concluidos esos días de asueto, en Fermoselle se espera con cierto regusto
festivo el “Martes de Pascua” o más conocido como el “Día de San Albín”. Aunque
no está considerada como fiesta oficial, ello no es óbice para que se celebre
con toda la solemnidad que requiere esta tradición. Autoridades y vecinos peregrinan desde la plaza mayor, acompañados por los Tamborileros Juan de la
Encina, hasta la ermita de la Merced, templo posiblemente anterior al siglo X
cuyo nombre se debe a un moro converso martirizado y situada a
las afueras de la localidad en dirección a Zamora. Los romeros, después de
participar en la misa comunitaria oficiada por el párroco D. Isaac, toman en el
atrio los periquillos y el licor café ofrecidos, como ya es
costumbre, por el ayuntamiento.

Por la
tarde continúa la algarabía, los cánticos y los bailes en la explanada de la
ermita que acoge nuevamente a los adultos acompañados de los niños, libres ya
de sus tareas escolares. A estas horas se disponen a degustar el tradicional
“menú” conformado por el hornazo, los huevos cocidos y el lomo curado. Posteriormente
al son de gaita y tamboril danzan sin parar hasta el atardecer.
Agradecemos a Roberto Fariza su cesión de las fotos.
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