lunes, 5 de diciembre de 2016

SILENCIO EN EL PULIJÓN
No pasa nada especial. Solamente que estamos a principios de diciembre y nuestro hogar peñero guarda silencio, reposa en soledad esperando tiempos mejores y se recupera de los trotes estivales. Tal vez la mayor parte de socios no la han visitado en esta época del año. Todo  sigue tal cual la dejasteis en el mes de agosto, pasadas las fiestas, pero ahora rezuma un toque especial. No hay apreturas, ni algarabía infantil,  tampoco sones de tamboril ni cánticos destemplados, ni por supuesto “cubatas” y meriendas. El ajetreo de la cocina y las faenas del tractor no causan problemas. La bodega sigue allá, abajo, sin limonada ni chochos para saborear. Todo se encuentra en estado de letargo incluido nuestro ínclito murciélago que de momento no se hace visible. ¿Y qué pasa con las partidas de la sobremesa? Pues que no es necesario madrugar mucho para encontrar pareja de juego puesto que no las hay.

No queremos trasmitir tristeza ni mucho menos desolación. Es otra forma de vivir y sentir nuestra peña. Así es nuestro querido Fermoselle y por ende, nuestro Pulijón. Las obligaciones del laboreo de unos y los estudios de otros no les permiten disponer de varios días de asueto para regresar al terruño y darse un paseo por las dependencias del Pulijón. Pero no hay que preocuparse. Para romper con esa especie de inactividad peñera, ya habréis recibido la información que se envía por estas fechas junto a las cuestas anuales. Y para que todo sea más completo y aunque de manera virtual, aquí disponéis de una serie de instantáneas que reflejan el orden y la tranquilidad que se respira en la peña. Solamente es una situación pasajera. Pronto llegará el verano.

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