jueves, 8 de septiembre de 2016

HOY, EN FERMOSELLE,
LA VIRGEN DE LA BANDERA
Una de las muchas fiestas que se celebran en honor de la madre de Dios es la de su  Natividad coincidiendo con el día 8 de septiembre. Son numerosas las advocaciones con las que se denomina a la Santísima Virgen María. En Fermoselle se la designa como Nuestra Señora la Virgen de la Bandera (de la “Bandeira” como la conocían en la otra parte del Duero, Portugal, cuando los frailes franciscanos la portaban en un estandarte en sus jornadas de evangelización en el siglo XVIII).
La Virgen de la Bandera se venera en el santuario que lleva su nombre, antigua iglesia San Juan, en la zona del Convento. Consta de dos figuras, madre e hijo, representando el momento de darle el pecho. Ella se muestra en posición sedente sobre un trono, mientras el hijo reposa en el regazo de María quien le contempla con una dulce mirada mientras el niño hace un breve receso en el acto de amamantar.
Con motivo de las fiestas de agosto y desde 1.948 se la procesiona hasta la parroquia donde pasa varios días hasta que finalizan los festejos y nuevamente es trasladada a su santuario.
Hoy es fiesta marcada con letras de oro en el calendario de los fermosellanos. Es una fecha que llevan grabada en su corazón y que les empuja a estar junto a ella, aunque sea desde la lejanía. La devoción a la excelsa patrona pasa de padres a hijos y su fervor permanece intacto con el paso del tiempo. No conozco a  ningún fermosellano que no la lleve en forma de estampa en su cartera, en su  vehículo o la tenga en algún rincón de su vivienda.
Hoy es el día de la Patrona en Fermoselle. Después del novenario en su santuario se inicia la jornada festiva con la eucaristía. En esta ocasión tres sacerdotes han participado en el ritual, presididos por el párroco, y seguido por numerosos fieles que han llenado el templo. En los primeros bancos aparecían los representantes del ayuntamiento y el equipo de mayordomas que se encargan durante el año de que el templo permanezca aseado, que no falten las flores y que no se apague la lamparilla del Santísimo. El oficiante, en su homilía, ha destacado los valores de María como madre de Jesús y como madre de todos los creyentes.
Finalizado el acto religioso, entre cánticos populares y las marchas de la correspondiente orquesta se la ha trasladado a hombros en unas artísticas andas hasta la parroquial.
Tras unas horas para el tapeo y la comida, a media tarde se repite la operación pero a la inversa. Siguiendo el mismo protocolo se la devuelve a su santuario no pudiendo faltar la Salve de despedida. Mientras el templo permanece abierto hasta el atardecer en la explanada sigue la actividad: las mayordomas invitan a chochos y limonada, las cofrades ofrecen una gran variedad de souvenirs, la charanga invita al bailoteo tradicional, los más pequeños juguetean entre los adultos, algunos vecinos comentan lo más sobresaliente de las pasadas fiestas patronales, otros aprovechan para despedirse del periodo vacacional y hay quien se anima pensando en la próxima fiesta del Cristo de Santa Colomba. Ha sido una tarde que ha dado para mucho.
El punto final del día de la Virgen de la Bandera lo pone la rifa de los obsequios a cargo de los cofrades, en la que no puede faltar un cuadro de la misma y un cordero.
La mayordomía para el próximo año recayó en la familia García Gómez. ¡Agradecimientos a vuestra buena voluntad!
Transcribo un poema de JFD escrito en Zamora el 8 de noviembre de 1.982 que dice:
Desde “El Convento”, en que tu trono mora
Contemplas a tus hijos con ternura,
Mil gracias derramando tu hermosura,
sobre los pueblos que a tus pies te adoran:
Hermanos portugueses, que aún añoran
Lejanos tiempos que tu imagen pura,
Retando al “Padre Duero” su bravura,
Franciscanos te llevan Mediadora;
Y en tu entrañable manto cobijado,
Tu pueblo Fermoselle, en tu regazo,
Se abandona cual niño descuidado,
En la bondad de tu amoroso abrazo.
La bella entre nacidas. ¡Oh María!
Sé de estos hijos, faro, luz y guía.

(Fotos cedidas por Sara Garrido)

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