A VUELAPLUMA
AURORA CORTÉS
MARCOS
“LA RONDA” – “UN PASEO POR FERMOSELLE NEVADO”
Aurora Cortés estudió enfermería en la universidad de Salamanca, ejerciendo actualmente esa profesión en el subcentro de salud en Villarino de los Aires y anteriormente en otros pueblos de la zona desde hace treinta años. Reside en Fermoselle, su pueblo, donde está implicada en una serie de iniciativas que se traducen en frutos apetecibles de cara a la ornamentación de la Villa. Gran enamorada de la naturaleza gusta de realizar rutas por las diferentes zonas de los Arribes y Sayago, al igual que paseos por los rincones de Fermoselle, acompañada de su marido, Toño, encargado de inmortalizar con su máquina de fotos todos los detalles con los que se topan en sus desplazamientos. Dominadora del lenguaje y conocedora de la idiosincrasia fermosellana, Aurora remata todas sus salidas con unas excelentes descripciones que te trasladan a la auténtica realidad. Aquí dejo dos muestras de su valía como escritora.
“Si todos
los caminos conducen a Roma, por qué no desviarse un poquito a la izquierda y
disfrutar del paseo de la Ronda en Fermoselle. Antiguamente los mozos y mozas
las tardes de domingo acudían a este paseo. ¿Y cómo no enamorarse en semejante
escenario?
Si miras
hacia arriba dos inmensas moles de piedra granítica, las Cachas del Culo,
sostienen el mirador del castillo vista sin igual hacia el río Duero.
Paseando
tranquilamente disfruta de unas casas colgadas que desafían la gravedad. El sol
del atardecer las tiñe de un color dorado tan intenso que no es posible dejar
de mirarlas.
A ambos
lados de la carretera te puedes encontrar cornicabra, llamada cuerna en
Fermoselle, un pequeño arbusto utilizado para injertar la planta del pistacho.
Otra curiosidad es que esta planta desarrolla una agalla en forma de cuerno que
no es ni flor, ni fruto, ni semilla, sino una hoja hipertrofiada inducida por
un pulgón.
También te
puedes encontrar zumaques utilizados para curtir pieles, muy importante en la
época en que se hacían los pellejos y para teñir las ropas de un color parduzco
de las señoras que quedaban viudas y tenían que vestir el luto.
Sigue
mirando hacia arriba y observa lo poco que queda de la muralla del castillo.
Para terminar abre la puerta en la fuente del pozo Mergúbez.”
“Me gusta
mirar por la ventana y ver caer los primeros copos de nieve. La ilusión de ver
a todos gritando... Que va a cuajar., Que ya está cuajando...
Abrigarme y pasear lentamente por este pueblo mirando tanta belleza. Y lo que más me gusta... es vivir aquí.”
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