viernes, 1 de mayo de 2020

LAS CIGÜEÑAS Y EL DESCENDIMIENTO
Los días que lleva entre nosotros  esta maldita pandemia producida por el COVID-19 van transcurriendo lenta y soporíferamente mientras el virus se ensaña con nuestro pueblo: fallecimientos, contagios, confinación, soledades, temores, pérdidas económicas…son algunas de las secuelas que permanecerán indelebles en los anales de su  memoria popular.
1 de mayo de 2.020. Mes de “las flores” y del “Día de la Madre”. Mes dedicado a la virgen María. La primavera se muestra en su máximo esplendor en el arribanzo. La nueva savia nos lleva a proclamar las buenas noticias que se producen en la Villa sintiendo que hay vida más allá de la oscuridad. En esta ocasión queremos reseñar dos acciones que se encuentran en pleno apogeo en Fermoselle, Se tratan del arreglo del Descendimiento y del anidamiento de una pareja de cigüeñas blancas.
Presentábamos  en este mismo medio a primeros de año, una carta a los Reyes Magos con algunas peticiones. Entre ellas aparecía la  siguiente: Extrarradios del pueblo, allá junto al cementerio parroquial, aparece acotada, para evitar desgracias personales, una antigua construcción conocida como “el descendimiento” que acoge momentos importantes durante la Semana Santa. Echadnos una manita para que sea reparada, pues las fiestas semanasanteras llegan pronto.Pues ahora se ha hecho realidad. Es el Obispado de Zamora quien se encarga de sufragar la reparación y consolidación del citado monumento tan emblemático para las gentes de Fermoselle. Desconocemos si la obra solamente de ciñe a la cubierta. Si así fuere bien vendría aprovechar el momento para adecentar el entorno de este espacio con algún tipo de ajardinamiento que invite a los vecinos, incluso a visitantes, a disfrutar de él. A tener en cuenta que se encuentra a la entrada de la localidad a través de la carretera procedente de Portugal. No obstante se agradece la iniciativa.

“Que ya tenemos cigüeñas en el pueblo”, comentaban con voz potente unas vecinas desde sus balcones mientras aplaudían a los que trabajan estos días por los enclaustrados. Y es una auténtica verdad. Por enésima vez se observa que una pareja de estas aves ha decidido instalar su nido sobre la espadaña de la  iglesia de San Francisco, más conocida como Santuario de la Virgen de la Bandera. Anteriormente nunca lo consiguieron. Tal vez en esta ocasión se rompa la maldición que, según cuentan los lugareños, recayó sobre estos alados que fueron castigados por el párroco al llevarse el sudario que había quedado colgado en la cruz del Descendimiento para rellenar su nido. Durante estas jornadas el habitáculo va tomando forma y la pareja parece disfrutar con su nuevo aposento, como se puede ver en el video grabado por Olvido Peños. Es una buena noticia que nos congratula  pues será el único pueblo de Sayago en el que entre su fauna no aparezca esta especie avícola.
¡Y una curiosidad! En las mismas fechas que se repara el Descendimiento que alberga la cruz del sudario vuelven las cigüeñas a Fermoselle. ¡Vaya conjunción! ¿Un buen presagio de cara al futuro?
Fotos cedidas por Begoña García y Olvido Peños.

1 comentario:

Luis BORGES CORDERO dijo...

Me alegro mucho por el pueblo...ya que se rompe el famoso maleficio y ojalá sirva para reine la paz y felicidad en Fermoselle.