jueves, 4 de diciembre de 2014

TAL COMO SOIS, TAL COMO SOMOS
Julio César Iglesias, fermosellano y "Maestro de Periodistas"
Julio César Iglesias, periodista y escritor, hijo de D. Julio y Dñª Pilar, ambos maestros en Fermoselle, vivió en la villa hasta pasada su adolescencia. Posteriormente dejó el pueblo para realizar  sus estudios y más tarde ejercer su vida profesional toda ella dedicada a los medios de comunicación. Maestro y referencia en el periodismo español trabajó en el diario AS, en la cadena SER, en RNE y en TVE. Tiene en su haber dos libros con temas deportivos, “El deporte en España” y “La esfera y el guante”. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Periodismo, tres Premios Ondas y dos Antenas de Oro, siendo el gestor del célebre artículo ‘Amancio y la Quinta del Buitre’, que dio origen a la denominación del grupo formado por Pardeza, Sanchís, Martín Vázquez, Butragueño y Míchel, publicado el 14 de noviembre de 1983 en El País.
Recibiendo la "Uva de Oro"
Siempre ha sido amante de Fermoselle y su entorno. En numerosas ocasiones ha visitado la localidad habiendo recibido en 2.008 la “Uva de Oro” en la VII Fiesta de la Vendimia de la que fue pregonero.
Con la peña “El Pulijón” mantiene una relación de amistad, habiendo compartido con sus socios momentos muy emotivos como fue el día que acompañó a su padre D. Julio en la recepción del “Pulijón de Oro” en 1.989. Nuestra asociación se siente orgullosa de tenerle como firmante en el “Libro de Oro”.
Con el chaleco de la Peña
Con motivo del 40 Aniversario de la fundación de la peña nos dedicó el texto que recogemos a continuación para que figurara en la revista que se editó el pasado 2.013.

Entregando trofeos en la Plaza (1985)
“Hace sesenta años, los niños de Fermoselle esperábamos con impaciencia la llegada de dos señales liberadoras. Aparecían después de las dos únicas estaciones que conocíamos: el invierno y el verano. A últimos de agosto, por fin, oíamos un tañido urgente de campana y veíamos acercarse la llama de una antorcha; eran El Pulijón y La Campana Torera. De pronto recuperábamos nuestras conexiones íntimas con la luz y el sonido. Reivindicábamos el espíritu de la fiesta.
Junto a sus padres en el asador del Pulijón (1989)
La peña El Pulijón se inspiró en uno de aquellos símbolos. Desde su fundación ha sido una referencia sentimental, el sistema nervioso conjunto de los fermosellanos que optaron por el exilio y compartieron un distintivo universal de la nostalgia: el impulso de volver. Desde primera hora, sus actividades mantuvieron una imagen de marca; en ellas se vislumbraban la solidaridad, la confianza, la gratitud o la compasión, los sentimientos que hacen posible un buen paisanaje. Más que una sociedad recreativa, fue siempre una conciencia colectiva y, en último término, un timbre de identidad.
Ahora, cuando cumple cuarenta años, reconozcamos también que su tiempo representa todo lo que conseguimos recordar o, mejor dicho, lo que nos negamos a olvidar. Es, por tanto, un hilo conductor que nos une con lo que fuimos y, necesariamente, la explicación de que seamos como somos. Es, además, la prueba de que crecimos en aquella montaña de piedra berroqueña y la de que seguimos tan vivos como entonces.
Por el aire que respiráis, ese aire que compartíamos bajo el sol y bajo la escarcha, permitidme que brinde con vosotros.
A vuestra salud, a mi salud.
A nuestra salud”..

Julio César Iglesias



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