sábado, 14 de septiembre de 2013

Ante la solicitud de algunos socios y simpatizantes de nuestras fiestas agosteñas de disponer del PREGÓN proclamado por "El Pulijón" en este San Agustín 2.013 que acaba de finalizar, lo hacemos público para el conocimiento de los interesados
PREGÓN DE FIESTAS SAN AGUSTÍN 2.013
PEÑA EL PULIJÓN
  
Hace unos meses la Peña El Pulijón, como acostumbra cada año, presentó en este  consistorio su proyecto de programación para las fiestas que ya se han iniciado; en esta ocasión un tanto reforzadas  con motivo de la celebración de su  40 ANIVERSARIO. Pasados unos días, se recibe una invitación del Sr. Alcalde para pregonar las Fiestas de San Agustín 2013. Gracias anticipadas, Sr. Alcalde, por esa deferencia. Se sopesó la responsabilidad que se contraía y se aceptó con humildad. Es un honor para esta Peña con tanta solera dirigirse a todos vosotros desde este lugar tan emblemático. Y aquí está personalizada en algunos de sus miembros, veteranos y jóvenes, mujeres y hombres. Va por vuestra presencia.

            “Señor corregidor de esta noble y antiquísima villa, señores ediles del consistorio presentes y también ausentes, hijos y simpatizantes de este histórico municipio de Fermoselle. Nuestro pueblo está en fiestas. Hemos venido “A LOS TOROS”, con mayúsculas, como Dios manda. Pero…permitidme que demos un salto en el tiempo…nos trasladamos al AYER.

Uno de agosto. La Campana Torera y su campanero José María Zurrapardales, a mucha honra. El “prao” de la Llagonas. Los encierros a caballo con  jinetes de tronío dominadores  de estos intrincados parajes, como fueron los Borriqueros. El toro de prueba. La charlotada.  Las ruedas artificiales y el “temido” toro de fuego. Los bailes en los salones del Casino y  del  Castillo. Manuel Choto y Paco Marujo portando el pulijón. El tío Muerto y la tía Marandanga.  El Dios y su “cuñao” que un  toro se los llevó por delante en una misma “faena” bajo los tablaos de las Taratolas. La merienda torera. Las cañatas de madera y de caramelo.  El Pereira y el Sardinica. La reina de las Fiestas. Los carros cortando las bocacalles.  Los alguaciles Pinto y Porrino con sus bandos durante las novilladas. El Mortero y el Linos, tamborileros ambos, como lo fueron el Matilla y el Tronito. Las meriendas en las bodegas a base de escabeche y latas de sardinas. La montonera de  melones a la venta en el Arco. El banderillero Pavesio maestro de novilleritos principiantes. Las pepitas del María y los churros de la Petra. Las verbenas en los barrios. Los Tarabillas, el Tomás Calero y Pedro Aniceto montando los tablaos… personajes, situaciones e historias que definen el ayer. La memoria histórica-festiva lejana y cercana a la vez. Memoria que debemos tener presente si queremos entender las fiestas de hoy. No fueron ni mejores ni peores, sencillamente fueron diferentes…
Fermosellanos, cerrad los ojos y escuchad estos versos de otra época…
¡Anda, Sardinica!
¡Anda tú, Cornacho!
¡Métele la pica
A ese toro gacho!
¡Anda, niña bella,
Vamos a subir
Hasta p´al tendido
Frente del toril!

Volvemos al presente y nos situamos en el… HOY

Mes de agosto. La Semana Grande. La Comisión de fiestas.  El Ofertorio de Nuestra Señora de la Asunción. El día de la Banderita. La  procesión de San Agustín y la Virgen de la Bandera.  Los encierros desde San Albín. Las carreras y emociones. Las verbenas y bailes en la discoteca. De tapas por los bares. El murmullo de las terrazas. La ocupación total del “mentirote”. Los tendidos y talanqueras colocados por los descendientes de la familia de los Tarabillas en la Plaza Mayor. La plaza metálica. Las novilladas y el rejoneo con Montero en el palco presidencial. El Ángel Palillos en funciones de fiel alguacilillo. Las vaquillas calle arriba y calle abajo. El campanero y el cohetero. Los libritos y dípticos de fiestas. Los asaos en las calles junto a las bodegas. Los chochos y la limonada. Los encierros infantiles con novillos simulados. Las charangas animando el ambiente. Los hinchables y la fiesta de la espuma para niños. Los cabezudos del Pulijón. Las actividades deportivas y culturales. Los desfiles y participación de las peñas…el hoy. Festejos que conforman unas fiestas aminoradas por la crisis económica y la crisis institucional en nuestro ayuntamiento, pero festejos al fin y al cabo. Festejos a la carta. Festejos con un amplio abanico para elegir…

Fiestas de Fermoselle: Atracción mágica de las gentes que viven o veranean en el entorno zamorano-salmantino. Toros de Fermoselle: Acontecimiento indeleble que permanece en el subconsciente de quienes han tenido la suerte de seguir su recorrido por las angostas calles de esta villa medieval. Peñas y pandas de Fermoselle: Conglomerado colorista y bullanguero que reparte y comparte alegría y entusiasmo a raudales con propios y extraños. Pueblo de Fermoselle: Lugar acogedor donde los haya siempre dispuesto a ofrecer su hospitalidad a quienes le honran con su visita. Hijos de Fermoselle: del interior y del exterior, trabajadores ejemplares que domaron la tierra que les circunda y dejaron huella de su laboriosidad en los cinco continentes. Iconos festivos de Fermoselle: atributos señeros de nuestras fiestas; días y fechas con nombre propio que nadie se quiere perder. El Sábado y el Lunes de Toros, La Campana Torera, los tradicionales encierros, el Ofertorio…son algunos de esos iconos que hacen grandes y diferentes nuestras fiestas de Fermoselle. Vamos a por ellos…

Es el primer día de agosto y suena nuestra  Campana Torera…¡TAN, TAN ,TAN..!
Fermoselle, Fermoselle,
Tu campana suena ya
Anunciando al mundo entero
Que la fiesta va a empezar.
Miro arriba, al campanero
Con qué energía le da
El badajo a la campana
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Que repite sin cesar.

Fermoselle, Fermoselle
Ya te puedes preparar
Que en este mes agosteño
Tus hijos te ensalzarán.

Tradicionalmente aparece en los programas de las fiestas que “este primer día del mes, a las 12 horas, la Campana Torera lanzará sus sones a los cuatro vientos para anunciar a todos los fermosellanos  y simpatizantes de la villa que comienza el mes festivo por excelencia, es decir, el mes de agosto”.
Este histórico momento  ha tenido lugar días pasados en la Plaza Mayor, ya convertida en Plaza de Toros,  por “arte y magia” de muchos fermosellanos anónimos que han aportado su granito desinteresado de arena para que se produjera tal milagro. Minutos antes de llegada la hora del mediodía, varios centenares de personas se concentraron frente a la fachada de este ayuntamiento  con sus miradas puestas en la torre de la Campana. También el alcalde y parte de la corporación esperaban el acontecimiento. A la hora en punto el mazo golpeaba con contundencia sobre el anillo sonoro escuchándose las doce campanadas. El campanero, sin tiempo casi para que se apagase el eco de la última, inició con fuerza y pericia el repiqueteo, esta vez con el badajo, que mantuvo con intensidad durante cinco minutos. Los asistentes, con la emoción contenida, aplaudieron largo rato. Comenzaban las fiestas de SAN AGUSTÍN 2013.

Fermosellanos: Dejadme que ponga voz a nuestra Campana…

Desde esta mi atalaya
Os invito a disfrutar,
A correr nuestros encierros
Y a que bailéis sin parar.
Tened presente aquello
De la hospitalidad.
Ofrecedla al mundo entero
Que os lo agradecerán…  

Y ya todo el mundo espera el… SÁBADO Y LUNES DE TOROS
Junto al tantán de la Torera se escucha el ¡YA,YA,YA! del gentío en los encierros. Es el Sábado de Toros y después el Lunes, también de Toros. Días taurinos por excelencia porque los toros son los que acaparan estas dos fechas. Encierros y novilladas. Recortes y Festivales. Su conjunto entretiene al respetable sin pausa durante las dos jornadas. El encierro a las 11 de la mañana hasta la plaza de madera. La novillada y los cortes a las 7 de la tarde en la portátil…¡Qué riqueza y lujo de cosos tiene nuestro pueblo a pesar de la crisis y el pobre presupuesto del ayuntamiento!
¡Que vienen, que vienen! Esa emoción, ese instante cuando suena la campana, cuando tiemblan las piernas, cuando se hace un nudo en la garganta, es el momento cumbre de la fiesta fermosellana: el encierro.
Imaginemos, en Fermoselle es el “Sábado de Toros”. En el corazón del fermosellano se barrunta algo. El reloj marca las 9 en punto de la mañana. Nuestra Campana lanza al viento sus sones para desperezar los cuerpos cansados de tanto jolgorio. En las casas el trajín de las gentes aumenta sin límite. Hay que salir pitando para situarse en los lugares estratégicos, de la emoción, del riesgo, para participar o presenciar el espectáculo que se avecina. Es la hora del encierro. No hay fermosellano, ausente o presente, que deje de realizar el recorrido. El presente de forma activa, el ausente a través del sentimiento. La campana suena en la lejanía en todos los corazones de los hijos de nuestra villa.
Los minutos pasan y el ritmo se acelera. Este se va al desenjaule en los corrales de San Albín, aquel prefiere quedarse en la plaza, otros les esperan en el Terradillo, estos prefieren el tramo del Arco. Todos visualizan, nerviosos, sus acciones futuras. Las bombas reales anuncian que ha llegado la hora álgida de la fiesta. La campana se enerva y enerva al pueblo entero.

Son las once en el reloj. El largo y tortuoso recorrido se encuentra preñado de ansiedad. Se rompe la tensa calma. Se abre la puerta de los corrales. Los primeros mozos reciben a los morlacos. La polvareda se hace visible desde las zonas altas. Se oyen los primeros gritos. Mozos y toros se confunden en el cruce de la carretera. Cambia el polvo por el golpeteo de las pezuñas en el cemento. El gentío es numeroso. La carrera continúa aumentando en velocidad y emoción. Están ya en el Terradillo. Suben un fuerte desnivel para llegar al Arco. En este punto todo se desborda; el encierro se trasforma en algo inenarrable. El sonido latigante de la campana, los grito del “ya, ya, ya”, los resoplidos de los toros y la respiración acelerada de los mozos se entremezclan calle abajo para desembocar en la plaza de rancio maderamen. La columna humana que se forma a la entrada para no perderse el último tramo aprieta lo indecible desmembrándose súbitamente, dando entrada a los novillos en el redondel. Tras unos recortes y quites de los más atrevidos entre gritos de ánimo y emoción, el ganado es enchiquerado.
Fermosellanos, D. José Flores escribía en 1965…

“...La calle es un hervidero
De gente que corre y grita.
Todos se sienten toreros
Y en estas fiestas desquitan
La murria de un año entero…”

Esperamos que la iniciativa presentada hace un tiempo por nuestro ayuntamiento y apoyada por El Pulijón  a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León para que los ENCIERROS DE FERMOSELLE sean considerados como FIESTA DE INTERÉS TURISTICO DE CASTILLA Y LEÓN, se haga realidad en fechas no muy lejanas. Al parecer no están muy por la labor. Desde esta tribuna les pedimos a los responsables de tal decisión que no sean cicateros, que sopesen con rigor las razones aportadas, que abran sus puertas a la zona rural y den un SÍ definitivo al proyecto. Fermoselle y sus encierros se lo merecen…también por ORIGINALES.

Y ha llegado la hora del… TAPEO

Con el sudor en el cuerpo
Y el corazón en un vilo
Nos iremos de tapeo
por recorrido divino.
En el Siglo Veintiuno
A Miguel le pedirás
Que te sirva ese jamón
Que tan bien sabe cortar.
En la esquina de los Andes
Manolo esperando está
con unos bacalaítos
y ancas de rana, ¡Genial!
Damos un salto al bar Plaza.
Don Pedro te ofrecerá
Sus pinchitos de alcachofas
Y un clarete del Ordial.
Nos pasamos al Aníbal
Aquí el morro probarás.
Más abajo en bar la Calle
Sus tubos degustarás.
Mientras pasa El Pulijón
Animando al personal
al Refugio nos metemos
¡Oh, qué tapas tan “variás”.
Ya subimos Calle Arriba
Y al España llegarás
A catar los champiñones
Del fogón de Mary Mar.
Y en lo alto, la Colomba,
Donde puedes disfrutar
De la rana, la tortilla
Y otras muchas cosas más.
Ya se acaba este tapeo
Y nos vamos a mudar
Que mañana es domingo
Día DE FIESTA GUARDAR…

 Y así llegamos al DOMINGO DE TOROS
Combinación de lo religioso con lo taurino. Religiosidad por la mañana y tauromaquia por la tarde. Misa y rejoneo mano a mano. Combinación de la elegancia del traje recién planchado con la frescura de la indumentaria deportiva. Y entre la mañana y la tarde, comida familiar para comentar el discurrir de las fiestas.
Domingo de Toros…¡Qué nominación tan sonora para un domingo que sólo existe en Fermoselle! Lamentablemente, para algunos es el “domingo de despedidas”. No hay tiempo para más, se reanuda el trabajo y hay que presentarse al tajo, a la faena diaria…Mientras, para los demás, el domingo avanza plácidamente finalizando con noche verbenera y de terrazas, de cafés y de refrescos, de copas y de jarana…

El tiempo se nos escapa. Nos quedan en el tintero otros iconos que no desmerecen a los anteriores.

La Coronela, himno taurino donde los haya, con un origen auténticamente follaco y que se adelantó a los tiempos contemplando a una torera, la propia Coronela, desafiando a los toritos cuando dice:
“Ven aquí, torito,
Ven aquí, galán,
Yo soy la torera
Que te ha de matar.

La procesión y el ofertorio en honor a Nuestra Señora de la Asunción ante la que pasan los fermosellanos para besar su imagen y dejar su anual óbolo poco después de que un grupo de mujeres hayan bailado en la parroquial el tradicional “RAMO”.

El domingo de patrones: San Agustín y la Virgen de la Bandera. Un patrón, San Agustín, que se queda sin día de fiesta y que acompañará durante varias jornadas a nuestra dama mayor, a la madre que nos bendice. A la madre adorada sin límites que con su invisible manto nos protege durante estos días de excesos y peligros. A la Virgen de la Bandera…

“Tú, Virgen, reina de Fermoselle,
Coronada por Tormes y Duero,
Tú, que desde el convento,
Proteges el pueblo entero.
A ti, que tanto queremos,
¡Oh Virgen de la Bandera,
por ser como tú eres,
Todo el pueblo te venera.”

La antorcha señera. El Pulijón. El tridente con su cántaro de barro donde la pez de odres viejos arde y aromatiza a la vez. La tea que ilumina calles y rincones…escribía D. Luis Colino…
“Pulijón” de Fermoselle,
Vieja antorcha de las fiestas,
Sin el “Choto” y el “Marujo”
Yo no sé quién te encendiera.

Y las peñas, auténticos pulmones de las fiestas. Unas recién llegadas y otras ya veteranas. Los Quinquis, Los Fronterizos, Las Toreras, El Pote, La Albarda, Los Cardos, La Talanquera, El Desmadre, Los Bravos, Los Desertores, El Descoloke, El Desenfreno, Los Desfasaos, El Kaos, El Descojone, Los Inconscientes, Los Mamaos, El Embudo,  Los Toros Locos, Los Deprabados, Los Pierdemisas, Juan Cebollas, Follacos SL, Pechotes de Goofy, Los Pillaos, Los Fenómenos, El Pulijón…y algunas más que no recordamos, ponen el colorido de sus atuendos y la salsa festiva a su paso por las arterias de la villa. Gracias a vosotras,  Fermoselle mantiene unas fiestas dignas y admiradas por cuantos por aquí se acercan. Continuad así y trabajad en común ofreciendo cada una lo mejor de lo que dispone. Siendo así, el éxito de las fiestas está asegurado.

Y como el tiempo apremia, a modo de DESPEDIDA os digo:
Amigas y amigos, fermosellanos y fermosellanas. Olvidaos de la crisis, dejad vuestros problemas por unos días…son vuestras fiestas. Salid a la calle, invadid las plazas, aferraos a las talanqueras, apretaos en los tendidos,  soltad  amarras y marchaos de fiesta, vivid a tope respetando a todo el mundo. Estos días son vuestros y nuestros. Disfrutad en la familia, en las peñas, en los bares, en las bodegas, en las meriendas. Atended con agrado a los forasteros. Cuidaos de los cuernos durante los encierros y las vaquillas. Asistid a los festejos taurinos. Saltad al ritmo del tamboril y la charanga. Entonad con fuerza La Coronela. Empapaos de los sones de la Campana Torera…al máximo, sin respiro, sin descanso, sin pausa. Empinad la bota con vino de los Arribes, no temáis al qué dirán, llenaos de limonada sin que os tiemble el pulso y compartid, como punto final, este brindis con la Peña El Pulijón.
“La despedida os doy
La que echa el fermosellano
Con una jarra de vino
Y un chuletón en la mano
Para brindar por vosotros
Y volváis “pa” otro año…”

¡Viva San Agustín!
¡Viva la Virgen de la Bandera!

¡Viva Fermoselle!

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