DESFILE PEÑERO CON EL PULIJÓN

Cada año y coincidiendo con el
Sábado de Toros, a media noche se enciende el pulijón, antorcha que da nombre a
esta sociedad y que es un símbolo festivo en Fermoselle. Espectáculo visual en
su preparación e inicio de encendido. El olor a pez quemada se nota en el
entorno. El humo y la llama se confunden en lo alto del pebetero. El dulzainero
Daniel Gavilanes calienta boquilla mientras la caja y el bombo son templados
por sus tocadores. Los pulijoneros esperan con cierta impaciencia el inicio del
desfile portando la antorcha por las principales calles de la localidad para
que pueda ser contemplada por propios y extraños. Se arranca Calle Arriba con
dirección a la Plazuela de Santa Colomba.

El pulijón, la pancarta, la charanga
y muchísimos peñistas, sobre todo jóvenes, conforman la larga comitiva. En la
oscuridad de la noche el fuego que sobresale por encima del cántaro apoyado en
el tridente produce un efecto fantasmagórico en las callejuelas de la judería
fermosellana.
Cánticos, toques de dulzaina, caja y bombo y el acompañamiento
rítmico de palmas se entremezclan y animan el cotarro empujando a danzar a todo
el mundo, mientras los que se encontraban en las casa salían al balcón y a las
puertas para recibir a la tradicional luminaria. El desfile finalizó pasado el
Arco medieval en la plazuela del Pulijón. ¡Enhorabuena y felicitaciones al
numeroso y festivo público asistente!
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