LA
CAMPANA TORERA SE SUBLEVÓ…
levantando
el vuelo sobre el virus y animando a los fermosellanos en esta época de
penurias varias. En esta ocasión no nos ha vencido el maligno. Ha sido dominado
en toda regla. Nuestra Campana siempre ha estado presente en los momentos
importantes, buenos o malos, y ahora lo hace sin tener miedo a nada ni a nadie
para comunicar a los cuatro vientos que en Fermoselle se respira aire de fiesta
contenida y limitada, aire de fraternidad con la llegada de los familiares que
durante todo el año han estado alejados y añorando el reencontrarse con sus
seres queridos, aire de cercanía con los amigos (guardando las distancias) para
compartir las experiencias habidas durante el periodo de confinamiento, aire de
pasearse sin prisas por el callejero
medieval, aire para sentarse junto a la puerta saboreando los pareceres del
vecino, aires para hablar del gobierno y otros asuntos en el mentirote, aire de
disfrutar del medio natural y ambiental
en este rincón acariciado por el Duero y el Tormes, aire de tantas cosas que
esta sabia Campana transmite a los fermosellanos.
Nada más
aparecer a través de la minúscula y angosta puerta que da acceso a la torre del
Ayuntamiento sus miradas se han cruzado casi sin saber qué decirse. Algo raro
se produce frente a ellos. Observan que no existen ni las talanqueras ni los
tendidos que cada año conforman la plaza de madera, que el “abuelo” ha
renunciado a estar presente en esta tan extraordinaria cita y que los asistentes,
encabezados por las autoridades, les dirigen sus miradas con una separación
entre unos y otros que no es frecuente y cubriendo parte de sus rostros con un
atuendo un tanto misterioso conocido como mascarillas que casi les amedrentan.
Pero
la pareja de Campana y Campanero deciden de forma instantánea dedicarse a lo
suyo. Emilio sujeta con seguridad la soga que cuelga de su badajo e inicia el
enérgico repiqueteo a la vez que los vecinos de abajo aplauden y vitorean largamente
y con entusiasmo el trepidante sonar de las alturas. El campanero, que se ha
deshecho momentáneamente de su
mascarilla para poder respirar sin dificultad, imprime, a petición de su compañera,
un frenético y continuo tan tan con la trascendental misión de trasladar a los
fermosellanos y simpatizantes de la Villa de dentro y fuera que también este
año 2.020 hay que vivir la fiesta, aunque de otra forma, con precaución y
seguridad. Los de abajo así lo entienden y se felicitan “coco con codo” para
que así sea después de 9 minutos de duración.
Simultáneamente,
en la plaza de Santa Colomba, sonaron las campanadas desde la torre del
campanario.
Video cedido por Alberto Gavilanes
Ha comenzado el mes festivo en Fermoselle. Es
una realidad aunque mal acompañados por el temor al COVID 19. Felices días
desde “El Pulijón”. ¡Disfrutad!
Video cedido por Francisco Marcos
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