EL PULIJÓN SE VA A LA “TABANERA”
Nuestra
asociación se ha comprometido en dar a conocer algunos de los puntos más
atractivos y valiosos de los parajes naturales que conforman los arribes del
Duero y Tormes. Si el pasado año descubrimos aspectos desconocidos en el
término municipal de Pinilla, en éste fue una parte del término de la Tabanera en
Fermoselle. Guiados por José Luis, Roberto y Begoña, conocedores de la zona a
visitar, se culminó una jornada medioambiental que no está al alcance de todos.
A
las 9 de la mañana un grupo de 80 socios se encaminaron hacia el lugar
seleccionado. La primera parte se hizo en coche y la última a pie. La mañana se
ofreció fresquita lo que colaboró para que la marcha se realizase con más
rapidez. En la fase de aproximación a la zona de partida Roberto informó del
tramo a recorrer visto en lontananza.

Llegado al punto de inicio de la
actividad fue José Luis, encaramado en un peñasco, quien explicó en qué
consistía el paseo medioambiental. Nos habló como desde hace dos años, a consecuencia
del incendio que calcinó una parte importante de monte de su padre, se propuso
reconvertir aquella amarga experiencia y trabajar para conseguir lo que es hoy,
una especie de reserva botánica.

Utilizando las herramientas y maquinaria
apropiadas se ha dedicado a desbrozar, podar, cortar los arbustos y árboles
afectados, replantar, construir senderos, limpiar el matorral, etc. Con mucho
mimo y esmero ha recuperado parte del monte bajo conservando el hábitat
autóctono complementándolo con nuevas especies vegetales propias de los
Arribes.
Ya
dispuestos a caminar y siguiendo el recorrido marcado, los tres guía dieron
exhaustivas explicaciones del lugar y del entorno.

Se pudieron contemplar
antiguos corrales ganaderos, la señalética utilizada para indicar la
demarcación de cada propiedad a base de cruces grabadas en las piedras, las
formas inverosímiles de las rocas, el arribanzo hacia el Tormes y el Duero con
el embalse de Bemposta incrustado en el cañón y hasta se atrevieron llegar al el
vértice geodésico que señala la máxima elevación de este término.

Pasadas
dos horas largas concluyó la actividad con un almuerzo de hermandad ofrecido
por el Pulijón a base de embutido, queso y hornazo que ayudo a la reposición de
energías necesarias para el regreso.

Ha
sido una experiencia, que a decir de los senderistas, le quedará para el
recuerdo y que habrá que repetir en años venideros.

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