lunes, 18 de agosto de 2014

I FESTIVAL INFANTIL DE DANZA TRADICIONAL


Novedoso, espectacular, emotivo y hasta divertido son algunos de los adjetivos con los que podríamos calificar el espectáculo ofrecido por los niños que participaron en el I Festival Infantil de Danza Tradicional celebrado en Fermoselle y organizado por la Asociación Cultural El Pulijón. Los anfitriones del “Ocellum Durii” y los tordesillanos del “Juana I de Castilla” se presentaron en la plaza mayor después del pasacalles desde el Arco con cierto nerviosismo pero dispuestos a arrancar los aplausos de los espectadores que a medida que avanzaba la tarde se fueron concentrando en tendidos y entre talanqueras. El calor del público se hizo patente desde el inicio lo que auguraba una tarde llena de emociones y vítores.
Los tordesillanos enseguida salieron al ruedo (nunca mejor dicho al convertirse la plaza de la localidad en coso taurino) poniendo en escena la Jota del Pingacho. Las cuatro parejas formada por niñas y niños con edades comprendidas entre cuatro (Marcos) y ocho años fue una demostración de cómo se interpreta una jota técnicamente casi perfecta en sus pasos y movimientos. El público se desató en aplausos rompiendo el temor de los pequeños. Posteriormente y alternando con los fermosellanos fueron desgranando algunos temas muy populares en tierras castellanas: Jota del Cribero, Jota de los Cántaros, La tía Melitona y Las Carrasquillas. Acompañados por los dulzaineros “La Tamuja” de Valladolid nos dejaron unas pinceladas de lo mucho y bien que saben hacer.
El grupo fermosellano “Ocellum Durii”, agrupación compuesta por una veintena de pequeños danzantes dirigidos por María del Mar y bajo la batuta de su profesora Lorena y del tamborilero Ángel “Linos” ofrecieron lo mejor de su repertorio destacando el Bolero de Algodre, el  Baile de Cintas y el Baile de Cuatro, entre otros. Y faltaba lo más novedoso entre grupos infantiles, bailar simultáneamente las mismas piezas. Así lo hicieron con el Baile del Pelele, la Jota de los Labradores, el Galandum y el Baile de la Botella. Todos gustaron sobremanera y recibieron el beneplácito de los espectadores que aplaudieron largamente.
Ambos grupos vistieron prendas primorosamente elaboradas por madres y abuelas.
Finalizada la jornada folclórica todos los intervinientes junto a sus familiares se reunieron en la bodega de la Peña el Pulijón para degustar los sabrosos productos de la tierra sayaguesa.
Agradecemos a los dos grupos y a sus responsables la labor de siembra en niños y niñas de tan tempranas edades el gusto por nuestro folclore, costumbres y tradiciones que serán los garantes de su promoción y conservación en el futuro poniendo en valor la defensa de nuestras raíces.

 

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