CENTENARES DE VERSOS
PARA UN ATARDECER FESTIVO
Centenares de versos revolotearon como aves
mensajeras desde un recóndito y acogedor rincón de Fermoselle hacia el olimpo
onírico. Cientos de versos, salidos de las entrañas del corazón de poetas
fermosellanos, impregnaron de aromas líricas el XII atardecer poético. Decenas de poemas iluminaron con luz propia, durante
una larga hora, el agora pulijonera preparada para ello, dejando una estela poética
difuminada entre los asistentes.
Hubo recuerdos emocionas para los fallecidos durante la pandemia así como para Emilio, tesorero del Pulijón.
Damos las gracias por su asistencia a Pilo, alcalde, y a Tita, concejala de cultura,
a este acto y les emplazamos (al igual que lo hemos hecho en ediciones
anteriores) a la edición de un poemario en el que se recoja muestras de las composiciones poéticas de los
participantes y de otros fermosellanos, que los hay, gustosos de la estrofa y
la rima.
Sonaban en el reloj de la casa consistorial las
nueve campanadas que anunciaron el
momento de echar el telón de un atardecer
pleno de centenares de versos.
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