Finalizaba el año 1.973 cuando un grupo de fermosellanos en el exterior tomaron la decisión de formar un grupo de trabajo de cara a la constitución de lo que sería la Asociación “Gran Peña Fermosellana El Pulijón”. Desde entonces no ha dejado de trabajar por y para Fermoselle y sus gentes teniendo como principio básico que aquí tienen cabida todas aquellas personas de bien. ¡Entrad y conoced al PULIJÓN!
Verdaderos
maestros de la cocina. Así son la mayoría de los niños que se reúnen en el
asador del Pulijón durante estos días festivos. Derrochando sus dotes de
imaginación, sus ganas locas de pasárselo bien y su interés desmedido por los
fogones (influencia de la “tele”) dedican una jornada entera a este menester:
preparar el menú que al atardecer presentarán a todos los socios para que,
después de degustarlo, puedan opinar del buen hacer de estos “profesionales” en
ciernes.
Por la mañana se reparten en grupos para la ornamentación de la
estancia principal del laboreo, la elaboración de carteles y gorros y la selección
de ingredientes para su posterior preparado (en todo momento bajo el control y
la supervisión de algunos padres). Por la tarde es el tiempo para la
elaboración, este año, de una enorme, suculenta y completa hamburguesa al más puro estilo
“pulijonero”. Como postre, ya es tradicional, unas soberbias brochetas de
frutas que, solamente por su colorido, suscitan el deseo de entrar con ellas de
lleno. Pero no hay que preocuparse pues todos los asistentes reciben su ración
correspondiente con la posibilidad de repetir, lo que hacen una gran mayor. Y
es que lo preparan tan rico…
Los
“cocineros” reciben a modo de agradecimiento un obsequio muy gratificante para
endulzar los paladares.
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