¡¡BIEN
“TOCAO” Y “MEJOR BAILAO”!!
Grito con el que se
puede resumir, pero con letras mayúsculas, la actuación del Grupo de Danza y
Percusión “Juana I de Castilla” de Tordesillas en la plaza mayor de Fermoselle.
Esta actividad folclórica se enmarca en la XXXII Muestra de Música y Danza
Tradicional que El Pulijón organiza y patrocina dentro de una serie de actos
culturales que complementan la programación festiva del Ayuntamiento. Se
desarrolla en dos jornadas contando en la primera con el grupo tordesillano.
A pesar del tiempo
vacacional se desplazaron hasta Fermoselle una treintena de componentes del
Juana I para henchir el ambiente de una música que gusta y regusta sobremanera
en nuestras zonas rurales. Dulzaineros y
danzantes, a la hora prevista, iniciaron un pasacalles desde los locales de la
Peña El Pulijón hasta la plaza mayor donde fueron recibidos con muestras de
cariño por los cientos de personas que se apostaban en las zonas de sombra de
terrazas y tendidos.
Fue el presidente del
Pulijón el encargado de presentar con brevedad el evento y a la agrupación destacando que al
final ofrecerían la “Danza del Toro de la Vega”, como no podía ser de otra
manera al tratarse de representantes de la villa del Tratado.
Esta agrupación la constituyen
tres secciones: percusión, infantil y
mayores. Su experiencia y la compenetración adquirida entre sus miembros le han
llevado a recorrer buena parte de nuestra comunidad y otros puntos de España
donde se ha podido constatar su valía. El tesón y trabajo en los ensayos les ha
servido para dominar las piezas que muestran en su amplio repertorio.
En Fermoselle así ha
ocurrido. Durante hora y media, la sección de mayores y jóvenes, muy bien
acompañadas por un grupo de dulzaineros, nos ofrecieron un conjunto de jotas de
Valladolid, León, Palencia y Segovia. Se lucieron con la Jota de Boñar, la de
los Cántaros, la del Valle y la de la Niña.
Igualmente los
pequeños, intercalando sus apariciones con el grupo principal, tuvieron su momento de gloria al interpretar
la jota de los Labradores y las canciones infantiles del Galandum, el Pingacho
y el Pelele, entre otras.
Para el final y con la
intervención de casi la totalidad de danzantes dejaron dos piezas muy taurinas:
La jota de los Toritos y la Danza del Toro de la Vega. Con la indumentaria
apropiada de camisa y pantalón blanco rematada con el complemento de la faja y
pañuelo rojo pusieron en escena estos dos temas con los que lograron transmitir
a cuantos se encontraban en el coso maderil la intensidad y la emoción que
caracterizan la fiesta taurómaca.
Los espectadores
correspondieron con una larga ovación como agradecimiento a la tarde tan
entretenida que las tordesillanas le habían deparado. Ellas finiquitaron la
jornada folclórica con una cena en el asador del Pulijón a base de productos de
los Arribes y ¡cómo no! con sobremesa de cánticos y bailes.
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