FERMOSELLE
“El Pueblo más Bello de Castilla y León 2017”
La Asociación Cultural "El Pulijón", cumpliendo con las bases de este concurso, presentó en su día a Fermoselle como candidato a ser "EL PUEBLO MÁS BONITO DE CASTILLA Y LEÓN". Ya se encuentra en el listado y a partir del día 6 de marzo y hasta el 29 de junio se puede realizar la votación.
Aunque iremos informando a través de las redes sociales sobre la fórmula de la votación, ya podéis leerla para ponerla en práctica en la web de RTVCYL. Ahora entra pinchando en el enlace coloreado y vota a Fermoselle. Es tarea de todos los amantes de la Villa de losArribes. Invita a hacer lo mismo a familiares, amigos y vecinos.
Esta es parte de la presentación que se remitió a RTVCYL junto a una veintena de fotos.
Escribía D. Miguel de Unamuno en su libro DE MI VIDA lo siguiente“…Es Fermoselle… Un pueblecito cuyas casas parecen
sembradas a voleo entre peñascales, a los que se agarran para no caer, en medio
de un paisaje de berruecos, tormos y peñascos, en que donde quiera se
resquebraja el suelo mostrando sus entrañas rocosas. Y a este paisaje pedernoso
de entrañas rocosas a flor de tierra, adulcígualo una fresca verdura de
vegetación que medra allí a sus anchas, merced al calor que incuba en la
cuenca…”
En su primera visita a Fermoselle en carnavales
de 1.898 relata: “Fuimos a Fermoselle
desde Zamora, atravesando la mísera tierra de Sayago, llena de calvicies, entre
enclenques robles. Según de baja hacia la Ribera, las arboledas menudean más y
se hacen más lozanas y de un verde más rico, y dais vista a Fermoselle,
encaramada sobre peñascos cual para ver cómo se abrazan Tormes y Duero. Diríase
que han sido sus viviendas sembradas a voleo sobre los peñascos, y peñascosas a
su vez”.
Estos comentarios del
profesor nos sirven como magnífica presentación al concurso “Fermoselle, pueblo
más bello de Castilla y León”
Y es que a esta localidad del oeste zamorano, cuyo
significado etimológico es el de “FERMOSA ELLA” se la conoce por su tipismo y por las impresionantes vistas que ofrece del
río Duero y de su afluente, el Tormes, donde se abrazan y fusionan. Esta parte
de Zamora, enclavado en una zona
sumamente agreste, es uno de aquellos territorios donde parece que el tiempo ha
pasado de largo, preservando la vida tradicional de sus gentes y los incomparables
paisajes que la conforman. Es un lugar de ensueño que invita al paseo sin
prisas y a descubrir que la vida hay que saborearla día a día, a la vez que la
disfrutas arrastrado por la autenticidad de cuanto te rodea.
Fermoselle es pueblo medieval
como pocos y lo testifica con su estructura:
Las calles, angostas, quebradas
y sinuosas en extremo, trepan con dificultad sobre el desnivel en el que se
asientan y lucen unas denominaciones tan evocadoras como: el Guapo, la
Callejina, la Amargura, el Mesón, las Tenerías. Algunas, como la Nogal, el
Montón de Tierra o la Cuesta de San Juan, mantienen su empedrado original como
ejemplo de la prestancia que tuvieron en otros tiempos todas las arterias
del casco antiguo. Y qué decir del entramado laberíntico de
las callejuelas en las Palomberas, antigua judería, donde se confunden el
principio y el fin.
Sus sugerentes rincones,
silenciosos y mágicos, enredan en un aura, entre misteriosa y diabólica, que
impiden seguir avanzando. Hay que introducirse en el Callejón de la Cárcel o en
el Corral de Concejo para entender de verdad la aseveración.
No faltan los miradores, magníficamente adaptados para
contemplar cualquiera de los puntos, tanto paisajísticos como urbanos, que
desde ellos se divisan en perfecta conjunción. Ahí están el Castillo, el Torojón,
el Terraplén, las Peñas, los Barrancos, las Escaleras. Sus vistas panorámicas
no dejan indiferentes a cuantos se acercan a sus lugares de emplazamiento.
Y qué decir de sus viviendas,
construidas de mampostería o cantería, aprovechan la base de roca para
utilizarla como cimientos, disponiéndose muy juntas y formando pasos estrechos,
como en la calle las Tenerías, donde los aleros parecen querer darse la mano.
Puertas minúsculas de madera dan acceso a
las innumerables bodegas, ¡hasta 1.400
tiene contabilizadas un vecino!, verdaderos refugios pétreos donde antaño se
elaboraban los conocidos caldos de los Arribes. Algunas, como las del Pulijón,
se ofrecen como reclamo a los visitantes siendo uno de los activos turísticos
de la localidad.
El conjunto estaba rodeado de
murallas en la época medieval, quedando en pie una puerta conocida por el Arco.
Todo esto y mucho más se aportó
para que Fermoselle fuese declarado Conjunto Histórico Artístico el 24 de
octubre de 1.974
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