FERMOSELLE: ALMENDRO EN FLOR
No exagero ni un ápice con el titular que encabeza esta breve loa a
Fermoselle. Como cada año, por ésta época, Fermoselle se viste con sus mejores
galas. Nos muestra su delicada cara plena de aromas silvestres. Nos invita a
extasiarnos ante su desbordante exuberancia que cubre los bancales hacia el
lecho del Duero.
El paisaje del arribanzo adquiere una belleza inusitada e
inigualable. Los almendros en flor, con sus variadas tonalidades rosadas y
blancas, ofrecen un atractivo especial y único para todos los amantes de la
naturaleza. Fermoselle se encuentra en estado de buena esperanza, a punto de
oler a vida, diría que ya huele a vida.
Todo esto se produce coincidiendo con
la floración de los almendros. Durante estos días en Fermoselle se produce una
sensación de belleza mágica, de atracción efímera que invita a abrazarse y quedarse
con ella para que perdure.
Es el momento idóneo para acercarnos hasta la villa de Juan de la
Encina y fotografiar, pintar, describir o contemplar un paraíso al alcance
de nuestras manos. No lo desaproveches.
Presento el texto de Jesús Paredes que en lenguaje lírico corrobora todo lo anterior, es decir, FERMOSELLE: ALMENDRO EN FLOR.
“Ya se viste el almendro de flores para soñar
en silencio
Y abandonar su
pensamiento del pasado seco.
Acompaña en los campos
al olivo,
Dádiva de calor en las
noches de invierno.
Ya se viste de flores
de color blanco y rosa
Y nos regala pétalos
con escala suave y hermosa.
A finales de enero
quiere alzar su mano,
se reivindica como
desafío al frío.
Ya se viste de flores,
ya inunda el campo de alegría
Y con su garbo
generoso y recio la primavera anuncia.
Cómplice del sol y de
los pájaros, alma de vital energía,
Una invitación a la
vida, un despertar eres en el nuevo día.”
En el montaje visual de Caracosta se aprecia que hoy, Fermoselle, rebosa de savia nueva.
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