ISAÍAS HERNÁNDEZ MARINO
IN MEMORIAM
La peña “El Pulijón” se encuentra apesadumbrada tras recibir la triste noticia del fallecimiento de ISAÍAS HERNÁNDEZ MARINO. Y es que Isaías era y será un símbolo festivo para todos sus socios, no en vano convivió 30 años consecutivos animando todas nuestras reuniones gastronómicas y de ocio.
Ya en el año 1978 participó en el I Concurso de Tamborileros, junto a su hija Montserrat de 9 años (recientemente fallecida). Para entonces, Isaías había pasado a formar parte de esta gran familia “pulijonera” manteniéndose activo los cuatro o cinco días que era contratado para actuar como tamborilero y dulzainero. Y la verdad es que cumplió con creces en su trabajo.
Isaías fue un hombre íntegro, cumplidor, amigo de
todos, cercano a cuantos se encontraran a su lado, dicharachero, siempre
dispuesto a echar una mano en lo que se le solicitara, entendido en la cultura
tradicional de su querida Salamanca…
En todos esos años no solo se dedicó fundamentalmente a lo suyo, es decir a tocar la flauta, el tamboril y la dulzaina, sino que nos enseñó a cantar muchas tonadas, animaba los ratos libres con sus chascarrillos, nos descubría aspectos hartamente interesantes de las tradiciones y costumbres salmantinas.
Era un músico incansable. Un verdadero “todoterreno”.
Resistía, siempre acompañado por la percusión de aficionados del Pulijón, los
largos pasacalles por las calles empinadas de Fermoselle, tocó en alguna
ocasión en la procesión de la Virgen de la Bandera el “domingo de toros”, por
tres veces participó en los festejos taurinos para avisar de los cambios de
tercio y animar la novillada. Aunque nada tenga que ver con el Pulijón,
intervino dos años en el desfile de faroles de Tordesillas con la panda el “Niloko”
y alegró bastantes bodas de los hijos de socios.
Desde agosto de 2000 su foto con traje charro permanece enmarcada en una de las paredes del domicilio social. En el mes de agosto de 2013 y durante la XXIX Muestra de Música y Danza Tradicional se le entregó una placa como reconocimiento a su compromiso con nuestra Asociación
Isaías fue maestro de tamborileros en las aulas de
cultura tradicional de la Diputación de Salamanca y uno de los últimos
referentes de aquellos tamborileros autodidactas que han sido modelos para
cientos de aficionados a la gaita y el tamboril. Son incontables las personas
que disfrutaron escuchándole en la plaza mayor de Salamanca.
“Para ser tamborilero
se necesita tener,
corazón muy jaranero
y un alma para querer.
Hay que ser como los
robles
de la hidalga tierra
charra,
que siempre miran al
cielo
y no les arredra nada…
Amigo Isaías, ahora que ya estás junto al Padre Celestial seguro que te dedicarás a reunir a cuantos “pulijoneros” se encuentran en ese “lugar” para desfilar al son de tu tamboril.
Descansa en paz
y siempre con nosotros…en el corazón del PULIJÓN.