PINCELADAS DE PASIÓN
EN FERMOSELLE (I)
La Semana
Santa en Fermoselle se centra en los tres días más importantes para el
creyente: Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección. Además de los
actos religiosos, los momentos especialmente elegidos por los fermosellanos y
visitantes son los relacionados con las procesiones. Destacamos los detalles
más llamativos de cada una y que conviene no perder.
JUEVES SANTO
Este día
comienzan los desfiles procesionales con dos salidas: La procesión del Nazareno
y la del Bendito Cristo de la Agonía.
PROCESIÓN DEL NAZARENO
A media tarde parten desde la iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción dos imágenes de vestir que durante el año se pueden contemplar en
dicha iglesia. Su recorrido le lleva hasta la zona del cementerio (carretera de
Portugal) para retornar a la parroquial:
“Cuando pasa el
Nazareno
de la túnica morada
con la frente
ensangrentada,
la mirada del Dios
bueno…”
No se puede perder la maniobra de salida de las imágenes al
son del himno nacional, los cánticos populares en algunas de las estaciones del
Vía Crucis, volver la vista atrás para contemplar el rostro de sufrimiento del
Nazareno enmarcado en lo más alto del pueblo desde la Portilla, el giro en
torno al “descendimiento” y la toma desde la Plaza Mayor al regreso.
PROCESIÓN
DEL BENDITO CRISTO DE LA AGONÍA


A las 11 de la noche
ya están los cofrades en la parroquia preparados para procesionar una magnífica
talla de un crucificado con el Cristo que está a punto de expirar. El trayecto
se aventura un tanto largo pero lleno de emoción y espectacularidad: Iglesia de
la Asunción, Plaza Vieja, el Punto, Las Cuatro Calles, la Plazuela, El Arco…Y
el pueblo entero respetuoso con el silencio prometido, como debe ser.
“La noche se
está alejando;
está temblando la brisa
y las calles se han quedado
del amor a Dios prendidas,
contemplando al bendito Cristo
que adora su Cofradía.”
Atentos al Juramento de Silencio en
el interior del templo, la lenta salida de los cofrades uniformados con sus
hábitos morados, el paso por el Seco iluminados por los destellos lunares, el
canto popular del Miserere en las Eras, la subida hacia el barrio alto de la
villa a través de la Moralina y el prolongado descenso hasta la parroquia…sin
olvidar el cruce bajo el arco medieval y el “baile” de los portadores enfilando
los últimos doscientos metros. De auténtico vértigo pleno de recogimiento.
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