SE
PONE EN MARCHA LA PLAZA DE MADERA
No estamos ni en
vísperas de las fiestas y ya afloran en la plaza mayor todo el material que
dará forma al “coso de madera” que cada año se instala en ese recinto público
de Fermoselle.
Sorprendido por
tan tempranero acontecimiento me acerco hasta “el ágora popular de la libertad
de pensamiento” conocido como “mentirote”. Un vecino allí apostado, desde donde
sigue las tareas de la brigada en compañía de unos cuantos más, me comenta, en
plan jocoso, que se ha adelantado la fecha del montaje ¡¡para que no nos pille
el toro!! Podría ser un motivo para este adelanto. Otro de los contertulios,
que no pierde detalle de la conversación y de lo que se cuece entre tablas y
tablones, añade, que según ha oído por
el pueblo, la causa se debe “a crear ambiente festivo de cara, en
especial, a los forasteros que nos visitan estos días”.
Sea como fuere,
la realidad es que emergen del suelo de la plaza los primeros “postes” que
servirán de base a las “formas” que sustentarán los asientos. Y todo bajo la
maestra dirección del pulijonero José Fernández, “Tarabilla”. A sus órdenes,
siempre en plan voluntariado y sin ánimo de lucro, el ayuntamiento ha dispuesto
una serie de operarios que cumplen a
rajatabla las directrices marcadas por José. Se nota la experiencia de este personaje
curtido en su profesión como constructor y en estos últimos años como
“director” de esta obra emblemática admirada por cuantos se acercan durante
estas fechas a la Villa. A base de metro, plomada, mazas y otras herramientas
manuales ensamblan los miles de piezas que pausadamente recogen en el almacén
donde “duermen durante el año” y las depositan, siguiendo un orden escrupuloso,
en el suelo de la plaza.
Poco a poco irá
tomando forma a medida que se vayan colocando las talanqueras, los tendidos que
acogerán a los espectadores, las escaleras que dan acceso a los tendidos, las
puertas del coso, las barandillas, los chiqueros, el cañizo central, el
escenario…
De vez en cuando
se oye la voz enérgica de José para corregir las dudas que aparecen sobre la marcha.
No puede quedar nada a medias. Hay que asegurarse de que cada pieza permanezca
anclada con firmeza en el lugar que ocupó el año anterior. La numeración
correspondiente da fe de ello y así se ejecuta. Son miles de usuarios los que
utilizarán este recinto taurino durante las fiestas patronales y hay que velar
por su seguridad.
Dejo a los
compañeros de “mentirote” con sus elucubraciones sobre todo lo que acontece en
su entorno y me dedico a plasmar las obras incipientes para que queden como
testimonio. Saludo a mi amigo José a la vez que le trasmito mi enhorabuena por la labor tan encomiable que realiza. Llega la
hora del almuerzo y es un buen momento para hacer un alto en el camino, reponer
fuerzas y refrescarse del calor que les aprieta de manera inmisericorde.
Amigos lectores,
os espero pasados unos días con el finiquito de esta obra de arte para dar
cuenta de su belleza y vistosidad.
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