SOS…CABINA TELEFÓNICA DE FERMOSELLE
Las cabinas telefónicas tienen los
días contados

Pero sobre la que nos
queda en pie pende una espada de Damocles que en cualquier momento puede caer
sobre ella. Reconozco que su utilidad primigenia ha quedado prácticamente
reducida a la nada debido a la aparición de la telefonía móvil, pero no por ello se
debe hacer tabla rasa y liquidarla porque ahora a la empresa gestora no le es
productiva. Claro, como el interés económico prima por encima de cualquier otro
estamos seguros que su vida se encuentra en la recta final.


Seguro que más de uno
pensará todo lo contrario al considerarla un trasto muerto que lo único que
hace es afear el entorno. Todos mis respetos para el que así lo sienta.
Viene esto a cuento a
que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia remitió el pasado mes
de diciembre un informe al Ministerio de Industria, Energía y Turismo en el que
aconseja que se revise la función de servicio universal de telecomunicaciones
frente a la irrupción de la generación de los teléfonos móviles. Ello supone,
en la práctica, la retirada total de las cabinas.


Como conclusión me
permito indicar que ese mobiliario urbano que nos resultó tan característico y
útil desaparece de nuestro entorno. No le damos mayor importancia, pero algún
día nos servirá de reflexión de los cambios que tan vertiginosamente vivimos.
Entonces nos volveremos nostálgicos y preguntaremos por qué no se conservó al
menos esta última cabina como un elemento integrado en el paisaje y recuerdo de
otra época.