RECONOCIMIENTO MERECIDO A IZA FLORES
Iza Flores con su libro |
Siempre resulta emotivo y significativo que el nombre de
Fermoselle aparezca en los “papeles”. Si además se hace debido al trabajo de
una tercera persona descendiente de fermosellanos con mayor motivo y por ende, tiene
un valor añadido. Este es el caso que nos ocupa. Nos referimos a la crítica que
realiza José Andrés Casquero Fernández sobre el libro de Iza Flores Marcos que el
pasado mes de octubre presentó en su pueblo de adopción, Fermoselle, con el
título de “La familia de Tomaz García
Rodríguez”. El cronista tiene base suficiente para hacerlo, no por ello es
Licenciado en Historia por la Universidad de Salamanca y Funcionario de Carrera
del Cuerpo de Ayudantes de Archivo del Estado. Desempeña su trabajo en el Archivo
Histórico Provincial de Zamora.
Dice José Andrés lo siguiente:
“ALEGRIA GARCIA DE AGUIAR y FLORES MARCOS,
Iza: A Família de Tomaz García Rodriguez. Portugal/Espanha, Oliveira de
Azeméis, 2015, 267 pp.
José Andrés casquero |
Hace ya algunas
décadas apareció en los archivos un nuevo tipo de investigador, interesado en
conocer sus orígenes familiares. Hasta entonces únicamente habían mostrado
interés por esta faceta de la historia los miembros de la Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días – mormones – que a propósito desplazaron sus
equipos de microfilmación, para reproducir toda información de carácter
personal, e incorporarla a los fondos que tiene en Utha (USA). Este nuevo
investigador no contó inicialmente con la simpatía de los archiveros e
historiadores, si bien hoy es parte importante en el conjunto de usuarios de
los archivos españoles, singularmente de los eclesiásticos, donde es sabido se
conservan los registros parroquiales de bautizados, casados y difuntos, que
obligó a formar el Concilio de Trento. Y pese a crearse en España, en 1871, el
Registro Civil, no obstante su validez administrativa y consulta gratuita, aún
la investigación se hace mayoritariamente en los supradichos archivos
eclesiásticos. Además, habida cuenta que la investigación genealógica muchas
veces obedece a mera curiosidad personal, pues es materia que forma parte de
ese territorio donde acontece la vida privada y protegemos nuestra intimidad,
rara vez suele darse a la imprenta.
Entre los escasos estudios que han
traspasado esa frontera de lo íntimo, está el libro que nos ocupa, escrito por
Manuel-Antonio Alegria García de Aguiar e Iza Florez Marcos, para hacer memoria
de la aventura vital, que al alborear el siglo XX, iniciase Tomaz García, que
un día salió de Fermoselle en busca de una vida mejor, que paradójicamente
habría de encontrar, no en el destino que allende los mares soñaron muchos
otros, sino en el cercano Portugal. Se ha escrito este libro con cariño y
sentimiento, pero sobre todo con rigor, a partir de la tradición oral y de la
pesquisa documental, pacientemente realizada en los archivos portugueses y
españoles. A ello une una esmerada edición bilingüe, un buen diseño y atractiva
maqueta, ilustrada con gran número de fotografías, que ponen rostro a los
protagonistas.
Iza con fermosellanos en Pocinho |
Los autores han querido, como se dice ahora, contextualizar el
estudio genealógico, con una semblanza de la geografía familiar: las
localidades de Fermoselle, en el confín fronterizo de la provincia de Zamora, y
Oliveira de Azemeis, en el área metropolitana de Oporto, que repara en su
demografía, la fisonomía urbana de sus calles y plazas, sus edificios
singulares, su historia y tradiciones. A partir de aquí el libro recorre el
camino trazado en su propósito: reconstruir paso a paso la familia del fundador
y su descendencia portuguesa hasta nuestros días, formando una pequeña
biografía de cada uno de sus miembros, y el correspondiente árbol con su tronco
y ramas de enlaces y descendencias a que daría lugar el matrimonio entre Tomaz
Garcia y Cecilia de Aguiar. Un segundo capítulo se ocupa de los padres y
hermanos del fundador, es decir, de la vertiente familiar española que no
emigró, y aún vive en su Fermoselle natal. Mientras que los capítulos tercero y
cuarto profundizan en los orígenes de Tomaz García, en sus ramas paterna y
materna. Labor que se torna investigación compleja, pues supone rastrear, hasta
donde la documentación permite, las raíces familiares que llegan al siglo XVII.
Iza, amante del camino, en Peso da Regua |
Este trabajo de escrutinio de la documentación histórica, aquí transcrita en parte,
necesitó de la consulta de los registros parroquiales, y del Catastro del
Marqués de la Ensenada, valioso instrumento de averiguación fiscal de la
política ilustrada española de mediados del siglo XVIII, cuya información
permite conocer no solo datos genealógicos, sino también profesionales,
propiedades y bienes de sus titulares, etcétera. Por último el capítulo quinto
hace lo propio con los antepasados de Cecilia Augusta de Aguiar, que remontan
sus orígenes al siglo XVI, a partir asimismo de la investigación de los libros
parroquiales, con el que han formado los autores tres árboles genealógicos: los
de sus padres Joao y Joaquina, y los de su abuela Gracinda María. Cierra el
libro un apéndice documental con reproducción de algunas partidas sacramentales,
certificaciones registrales y declaraciones catastrales, que completa un
apartado con las fuentes y bibliografía consultadas. Un libro en definitiva
útil, y sin duda entrañable para los muchos descendientes de Tomaz García, así
como un referente metodológico para los estudiosos de la vida familiar, ese
pequeño universo donde discurre nuestra más preciada existencia.
Iza en el Pulijón |
José-Andrés
Casquero Fernández
Archivero e
Historiador
Zamora, 14 de
abril de 2016”
Sin comentarios. Conocemos a Iza Flores como una gran humanista
y una reconocida profesional en la enseñanza. Ahora descubrimos su faceta de
investigadora como se muestra en la crítica de un profesional en la materia. Su
profundo amor por nuestra tierra zamorana y en especial por Fermoselle y cuanto
le rodea le ha servido para ser una persona muy querida y apreciada en la
localidad arribeña. Así se lo queremos transmitir desde la Asociación del
“Pulijón” con la que le une un profundo respeto y admiración.
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