DOS
VÍRGENES Y DOS FESTIVIDADES
Virgen de la Asunción |
Las
gentes de Fermoselle centran sus vivencias religiosas en torno a dos mujeres, dos vírgenes que suscitan el
amor y la pasión de todos aquellos que han nacido o han compartido días en este
terruño arribeño en el oeste zamorano. Una es la Virgen de la Asunción y la
otra la Virgen de la Bandera. Ambas, consideradas abogadas y protectoras de los
fermosellanos, entre los que se incluyen muchos no creyentes, son loadas en
todos sus hogares repartidos por el
suelo patrio y más allá de nuestras fronteras. Conocemos a muchos de nuestros
paisanos que portan en sus carteras una imagen de la Virgen de la Bandera y que
se acogen a ella para pedirle un favor, para darle gracias e incluso para
solicitarle perdón.
Sus
festividades coinciden con las fiestas patronales de Fermoselle: la de la Asunción
el 15 de agosto y la de la Bandera el 8 de septiembre (aunque durante las
fiestas se “baja” a la parroquia). Este año se han celebrado de manera
consecutiva.
Ofertorio |
El
15 de agosto, en un templo a rebosar, se ofició la eucaristía por el párroco D.
Isaac y presidida por el equipo de gobierno. A la hora del ofertorio y como es
tradicional, un grupo de jóvenes ataviadas con su vestimenta tradicional y al
son de los compases marcados por el tamborilero danzaron desde la parte posterior hasta el altar el RAMO, baile de
ofrendas típico en la comarca sayaguesa. Los asistentes lo agradecieron con
aplausos. Durante la homilía, el oficiante tuvo hermosas palabras y reflexiones
dirigidas a la persona de la Virgen y su función como Madre terrena y
celestial.
Finalizada
la misa se inició la procesión con la imagen de la virgen portada por las
danzantes hasta la Plaza Mayor para realizar el OFERTORIO. Allí, una
interminable hilera de gentes de todas las edades, describiendo el círculo que
marcan las talanqueras, desfilaron ante la virgen, vestida con su atuendo de
gala, depositando su ofrenda, a la vez que se besaban su medalla. Antes de
iniciar el regreso al templo las jóvenes danzantes interpretaron magníficamente
la “Jota de Fermoselle”. Acto seguido la comitiva se dirigió a la parroquial de
la que es titular la Virgen de la Asunción y desde donde preside durante todo
el año todos los oficios religiosos al estar situada en el presbiterio.
Virgen de la Bandera y San Agustín |
El
16 de agosto, domingo, se cumplió con el traslado de la Virgen de la Bandera desde
su santuario, situado en el Convento, hasta la parroquial, donde permanecerá
durante el periodo que duran las fiestas patronales. A media mañana, al son de
flauta y tamboril, se inicia la procesión con el patrón de las fiestas San
Agustín portado por los componentes de la peña “El Pote”. Acompañados por los
mayordomos de la Virgen, las autoridades civiles y el pueblo en general suben
la Cuesta de San Juan hasta el Santuario de la Virgen que amamanta a su hijo.
La explanada del convento repleta de fieles permanece expectante hasta que
aparece la imagen de la “Madre de todos los Fermosellanos” portada en andas por
cuatro jóvenes del pueblo. Con la Cruz procesional, estandartes, mayordomos de
la Bandera, autoridades, mayordomos de San Agustín y romeros se dirigen hasta
el centro del pueblo, donde se encuentra el templo parroquial. Entre cánticos
religiosos y sones de tamboril se realiza la marcha con gran solemnidad y
silencio que respetan escrupulosamente todos los participantes. Ya en la
iglesia, continúa la eucaristía seguida con devoción por numerosos
fermosellanos fieles a sus tradiciones religiosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario