CENA EN EL PULIJÓN

Ante la
solicitud del Sr. Alcalde en utilizar el asador del Pulijón para la cena de
despedida a los “Hermanos Italianos”, ya que son unas instalaciones que
conservan el sabor de antaño, nuestro presidente concedió el permiso para colaborar
en una conmemoración tan novedosa en Fermoselle.

Así, una
vez finalizados los actos institucionales y folclóricos se reunieron en los
locales de la Peña unas ochenta personas entre los componentes de la delegación
de Roccagloriosa, autoridades locales, participantes en la muestra de danza
tradicional y un reducido grupo de
invitados. Con algún problemilla de luminosidad a causa de la tormenta de la
noche anterior que dejó a Fermoselle sin luz durante cinco largas horas se
visitaron las bodegas donde se comentó la dificultad en la construcción de
estas “cuevas subterráneas”, de su fortaleza a través de los años amparadas en
sus arcos graníticos y de la importancia que tuvieron para la subsistencia de los
vecinos en otros tiempos aun no muy lejanos.

Con el
sabor a lo tradicional se pasó a la planta del asador con las mesas pulcra y primorosamente preparadas por manos de mujer. Los productos de la tierra afloraron con una
envidiable presencia. Hornazo, tortilla fermosellana, empanada casera, embutido
del pueblo, queso de Fornillos…dieron gusto a los más exigentes paladares y
todo ello regado con los vinos de la cooperativa de la localidad.
Para
endulzar el ambiente, no faltaron los periquillos, “Il torroncino degli Sposi”
(turrón típico de Roccagloriosa) y el licor café. En la sobremesa se brindó por
la continuidad de este hermanamiento esperando sea fructífero para ambas comunidades.
Y tratándose
de dos pueblos con una gran riqueza en la música tradicional, enseguida se
iniciaron los cánticos populares de uno y otro lugar acompañados con las
castañuelas, las panderetas y el tamboril. Todo el mundo se unió al coro en una
noche mágica que será difícil olvidar para cuantos allí estuvimos.
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Nicola, alcalde de Roccagloriosa |
Pero aún
faltaba algo totalmente inesperado. Al grupo de rochetanis les hubiese
encantado pisar la plaza de toros, pero no hubo tiempo para ello. En el Pulijón
tuvieron la ocasión de vibrar con el ambiente taurino. Para ello, El Fari,
reconocido ganadero en todo Sayago, puso a disposición de los más valientes y
atrevidos un par de morlacos que en un principio infundieron cierto temor. Una
vez hechos al capote, fue una señorita la primera que se lanzó a la calle dando
unos pases que el resto aplaudieron con cierta emoción en los rostros. De esta
manera se perdió el miedo iniciándose una ronda de intervinientes, incluidos
los dos alcaldes, demostrando que esto del toreo no es tan complicado ante
cornúpetas tan bien amaestrados. Hubo algunos que con su propia americana en
mano y rodillas en tierra se lucieron
ante el respetable.
Y aquí no
acabó todo. Para nuestros “hermanos italianos” era una novedad y una inmersión
en toda regla en el mundo del toro. Por ello se tomó la decisión, autorizada por
la autoridad, de realizar un encierro hasta la plaza. Carreras, gritos,
nerviosismo y cuantas emociones conlleva este espectáculo totalmente
desconocido para la mayoría de europeos colmaron las expectativas de nuestros
huéspedes.
Con cierto
cansancio se llegó al final de la larga jornada. Quedaban pocas horas de sueño
pues había que madrugar para tomar rumbo hacia Madrid y desde allí a sus
hogares.
Os deseamos
un feliz regreso y ¡Hasta la próxima!
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