SANTA CRUZ EN FERMOSELLE

Es fiesta mayor en Fermoselle. Se celebra la ROMERÍA DE SANTA CRUZ. Este
día todo se para -es fiesta local- y el pueblo se lanza de lleno al jolgorio.
Como dice un joven de la localidad “el día de Santa Cruz es el día más grande y
salvaje del año”. Es lunes de Pentecostés y la madrugada se ofrece fría con
amenaza de lluvia. Los más madrugadores se han acercado hasta la ermita para
coger sitio, aunque algunos grupos ya lo han preparado los días anteriores.

La
comitiva oficial sale desde la plaza mayor a media mañana. Los tamborileros del
Juan de la Encina abren el cortejo, seguidos por las mayordomas, parte de la
corporación municipal presidida por el Sr. alcalde y un numeroso grupo de vecinos.
El sonido de las gaitas y tamboriles hizo llevadero el largo recorrido hasta la
sencilla ermita del Cristo del Pino. Al llegar a la explanada el olor a churros
y chocolate se hacía notar en el ambiente. Antes de degustarlos se asiste a la
misa que oficia el párroco y que es seguida con el templo totalmente
abarrotado.

Todos los romeros continúan con los cánticos y bailes amenizados
por la charanga de Bernardino & Cía. Es inevitable el tradicional “Señora
María, ¿está hecho el chocolate?" Y a correr el hombre detrás de la mujer
intentando darle caza. Los niños se lo pasan a lo grande con los juegos que
organizan y dirigen las chicas de la Cruz Roja local.
Las horas centrales del día discurren en torno a los platos
gastronómicos preparados para la ocasión. Este rato se aprovecha para degustar
los menús y la bebida de otros grupos de conocidos entre chistes y
chascarrillos.

Se aproxima la tarde y comienzan los preparativos para los “asaos”. Los
manojos, los tocorros y la leña de encina arden con intensidad. Mientras, en el
entorno de la ermita alternan los pasodobles con las jotas bailadas a la
perfección por residentes y los venidos del exterior que han sido muchos.

Ya
está todo preparado. Las costillas, los chuletones, la panceta y los chorizos frescos
se acumulan sobre las parrillas. El humo y la aroma a carne asada envuelven al
gentío que se arremolina en torno a las fogatas. No puede faltar el rociado con
el chirri. Vuelta, vuelta y al plato o directamente al pan como a la antigua
usanza. Hay que chuparse los dedos mientras se da cuenta de los apreciados
vinos de las bodegas fermosellanas. Todo exquisito entre el verdor de esta
larga primavera que hace de Fermoselle un vergel.
Los tamborileros no cesan en
su actividad e invitan al gentío a marcarse los últimos pasos de bailes típico
de la zona. Y de esta guisa se inicia el regreso a la localidad. El sol se va
perdiendo en el horizonte. Una hilera interminable de vehículos adornados para
la fiesta y rodeados de romeros eufóricos de dirigen lentamente hasta la zona
de la Portilla. Aquí ya es el no va más. Desde que aparecen las primeras casas hasta
la plaza mayor el reloj se detiene. No hay prisa por llegar y sí muchas ganas
de disfrutar. Cánticos, saltos, apretones, sudor, vaivenes, jóvenes, niños,
adultos…todo al son de “Venimos de Santa Cruz, olé, olé, de comer una merienda,
de pura rica que estaba, olé, olé, no nos ha sobrado nada…” Se llega a la plaza
ya de noche. Los más jóvenes aun continuarán al ritmo de la discomovida artesanal.
Gracias a Sara Garrido por las fotos.
Así finaliza la romería de Santa Cruz 2.013, día grande en Fermoselle. Hasta el próximo año.
2 comentarios:
Gracias por la labor que hacéis en blog de la anunciando todos los acontecimientos que se hacen en Fermoselle .Un saludo Sara
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