CAMINO DEL 50 ANIVERSARIO
Año histórico este 2.023 que acabamos de iniciar para la Asociación Cultural “El Pulijón”. Nos encaminamos a celebrar su 50 cumpleaños que coincidirá con la segunda quincena del mes de septiembre (la fecha concreta fue el domingo, 23 de septiembre de 1.973). No es frecuente que una sociedad de este tipo llegue a la media centuria de existencia con tanta salud como lo hace “El Pulijón”. Y siempre con nuestro principio a seguir: “NADIE MÁS QUE NADIE, ENTUSIASMO Y BUEN HUMOR”. Esa ha sido una constante que ha marcado a nuestros asociados, que nos ha guiado durante tantos y tantos años y que ha producido frutos fecundos.
Habían trascurrido las
fiestas patronales de 1.973 con más pena que gloria, y algunos fermosellanos
comprometidos con el pueblo ya hablaban sobre la necesidad de dar un empujón a
los festejos con una serie de actividades que complementaran a las taurinas.
Esta idea cuajó entre un grupito de hijos del pueblo en el exterior, más
concretamente residentes en el entorno de Basauri, abanderados por Alfredo
Marcos, que sería el primer presidente, acordaron reunirse en el bar Fermoselle,
propiedad del Sr. Tomás “Calero”, enclavado en esa localidad vizcaína. Ese fue
el germen que dio vida a un ser que poco a poco creció, no sin dificultades de
muy diverso tipo, pero que se hizo adulto y que ha llegado a lo que es en la
actualidad.
Pocos, en aquellos inicios, apostaban por el éxito de la asociación recién fundada; más bien auguraban un corto periodo de tiempo de existencia comparándola con algunos otros intentos asociativos de muy diversa índole que se constituyeron en la Villa.
A nadie se le pidió
nada y nada debemos a nadie. El tesón de los socios fundadores se extendió con
fuerza por muchos de los lugares de España, incluso del extranjero, donde los
fermosellanos, que emigraron en su momento buscando mejores condiciones de vida
para su familia, habían enraizado con firmeza su vivir diario pero sin olvidar
su terruño y éste fue el momento de aglutinarlos en torno a una enseña que
sirviera de guía de cara al futuro. Ese símbolo o enseña se materializó en el “pulijón”, como antorcha, no solo festiva,
sino que su llama se transformaría en la luz que prendió en la conciencia de
muchos de los hijos del pueblo, unos residentes y otros en la diáspora, con
vistas a las mejoras que redundarían en beneficio de todos los que decidieran
disfrutar de los actos festivos durante el mes de agosto.
Y en eso estamos y en eso continuaremos avanzando. Hasta cuatro generaciones han convivido en esta gran familia que es el Pulijón. Desde hace varios años, vienen tomado las riendas de la sociedad un grupo de mujeres y hombres de mediana edad, plenos de entusiasmo y con ideas renovadas que van aplicando con seriedad, armonía y eficacia. Y vaya si se nota esta renovación. Ya han adquirido la experiencia suficiente para dar continuidad y mejorar lo que han vivido y compartido junto a sus mayores. El futuro es de ellos y de todos en comunidad.
Vamos a celebrar
cincuenta años de trabajo por y para Fermoselle. Cincuenta años que ya son
historia no solo del Pulijón, sino del mismo pueblo. Cincuenta años que darán pie
a otros cincuenta de éxitos. Cincuenta años que servirán para rendir cuentas
ante los socios y ante los fermosellanos con una serie de actividades que se
irán desgranando a medida que avance el 2023.
¡¡SUERTE EN ESTE
PROYECTO Y FELICIDADES ANTICIPADAS!!
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